Espero que les guste~
Nota: Pondré esta letra para cuando Macaque habla por el momento
-Dime monito...- MK tarareo para si mismo, viendo al pequeño mono de peluche entre sus manos, acostado cómodamente en su cama y esperando pacientemente a que los adultos terminaran de prepararse, riendo ligeramente al escucharlos gritar. Los gritos le daban miedo usualmente, le recordaban malos momentos, pero por alguna razón, cuando esos dos se gritaban, no sentía miedo, solo diversión. -...¿Cómo debería llamarte?- pregunto en voz alta, pensativo, sin esperar una respuesta. Hace días que lo llamaba "Monito" pero debía encontrar un nombre para su pequeño amigo.
-Macaque, chico. Me llamo Macaque- se sobresalto y se sentó con los ojos bien abiertos, mirando a su alrededor. Fue una voz repentina, sonando divertido y algo resignado.
-¿Monito?- miro con curiosidad al peluche, atento. -¿Fuiste tu?-
-¿Puedes escucharme?- ahora sonaba sorprendido.
-¡Si, puedo!- asintió con entusiasmo.
-Esto es...nuevo- murmuro Macaque, confundido por el repentino descubrimiento. Nadie había dado indicios de que pudiera escucharlo.
-¡Esto es increíble!- sonrío, emocionado. -¿Como es que puedes hablar?- la voz ajena sonaba directamente en su cabeza, como si tuvieran una conexión de algún tipo y era increíble, con un tono grave y suave al mismo tiempo.
-Digamos que...no soy un muñeco realmente- no estaba muy seguro de como explicar toda su situación al menor, quien jadeo ante esas palabras.
-Eres...¿un demonio?- pregunto con duda.
-Específicamente...un demonio mono- contesto con tranquilidad.
-¡¿Cómo Monkie King?!- chillo, saltando ligeramente en su lugar, su emoción en aumento.
-Algo así- en su mente, Macaque no pudo evitar rodar los ojos con algo de diversión, sintiéndose ligeramente ofendido por la comparación pero sin tomarlo muy a pecho.
-Wow...- parpadeo, dándose cuenta de algo. -¿Que te paso?- pregunto, curioso y preocupado.
-Una loca me hechizo y he estado así desde entonces...- explico brevemente. -...no tengo ni idea de cuanto tiempo paso- agrego, pensativo, sintiéndose perdido respecto al tiempo.
-Eso es triste...- hizo un puchero, triste ante eso. Su nuevo amigo estaba atrapado en su forma actual, quien sabe por cuanto tiempo, eso no era justo. -Lo siento, estas atrapado conmigo- miro al peluche con tristeza, dándole un pequeño apretón.
-Me agradas, Kid- dijo de repente, firme y amable. -Prefieren estar aquí, contigo, que dando vueltas por ahí-
-Ho...- se relajo ligeramente ante eso, feliz de escuchar que le agradaba a su amigo. -¿Macaque, puedo llamarte Mac?- pregunto con curiosidad.
-Claro, es mejor que "Monito"- rio ligeramente, divertido por el primer apodo que había recibido.
-Seguirás siendo Monito para mi- sonrío, escuchando un bufido. -Hay...¿algo que pueda hacer para ayudarte? Ya sabes, para que seas libre- quería ayudar, quería ser quien extendiera la mano amiga, como lo habían ayudado a él en el pasado.
-¿Sabes que? Necesito un pequeño favor- decidió decir después de pensarlo unos segundos, recibiendo una gran sonrisa como respuesta. Era la primera vez que podía comunicarse con alguien, así que debía aprovechar eso si quería recuperar su libertad y su cuerpo.
... ... ... ...
Mientras tanto, el par estaba en la sala de su pequeño hogar, sentados en la mesa y hablando entre su de lo que los había molestado durante las últimas semanas.
-Ese muñeco me da escalofríos- murmuro Tang con una mueca.
-A mi también- asintió Pigsy. Ambos habían intentado que el menor soltara al mono de peluche, incluso habías logrado conseguir un muñeco de Monkie King, blando y suave, incluso con olor a durazno. MK lo acepto con puro entusiasmo y se lo llevo para jugar pero nunca soltó al mono de pelaje oscuro, llevándolo a todos lados, durmiendo con ambos acurrucado en su cama.
-Es tan...raro- recordó lo que había sucedido hace unos días atrás. Fue en un día normal, con MK dibujando en la mesada y con ese raro mono abrazado a su pecho, cuando un hombre de aspecto rudo entro, amenazando a Pigsy para que le diera todo el dinero que tenía. Era un ladrón, uno que tuvo el descaro de empujar al menor fuera de la silla y riendo cuando este empezó a llorar por el golpe. Tang y Pigsy gruñeron, dispuesto a interponerse, pero algo se les adelanto. La misma sombra que antes habían visto, apareciendo tras el sollozante menor, pero esta vez agrandándose mucho más que la primera vez. Era enorme, con manos levantándose a sus lados y con la punta de los dedos en punta como si fueran garras, unos circulos apareciendo entre las sombra como si fueran ojos y una boca con lo que parecían ser dientes afilados. El ladrón se asusto y corrió con un grito pero la atención de ambos estaba fija en otra cosa, viendo como aquella sombra se mantenía allí hasta que el niño dejo de sollozar.
-Y que lo digas...- bufo, apoyándose de brazos cruzados en la mesa. -...pero parece proteger al niño- porque siempre que alguien que pareciera tener malas intensiones se acercaba o alguien molestaba a MK, la sombra aparecía y los espantaba.
-¡Señor Pigsy! ¡Señor Tang!- ambos se sobresaltaron ante la voz, viendo a MK corriendo hacia ellos, con el tema de su conversación acunado entre sus brazos. -Mac tiene que decirles algo importante- anuncio, alzando su muñeco.
-¿Mac?- enarcaron una ceja ante el nombre desconocido.
-¿No lo escuchan?- hizo un puchero cuando los adultos negaron. -Ho, ya se- se subió sobre una de las sillas y dejo al mono sentado en medio, apoyado ligeramente en un libro que estaba ahí. -Denme sus manos- miro al par con los ojos bien abiertos, esperando. Los adultos se miraron de reojo y suspiraron con resignación, decidiendo cumplir la petición del menor, extendiendo cada quien una de sus manos. MK sonrío, posando las manos de los mayores sobre el muñeco, soltándolos lentamente. -¿Puedes hablar, Mac?- Pigsy abrió la boca, dispuesto a cuestionar pero algo se les adelanto.
-Hola par de raros~- Macaque sonrío ante los jadeos de los mayores, divertido por sus muecas.
-¡¿Qué?!- chillaron con sorpresa y algo de miedo, tiesos.
-¡Lo escuchan!- MK festejo, aunque ahora él no podía escucharlo. Supuso que debían estar en contacto con el muñeco para escuchar a Macaque. Corrió para sentarse en el sillón y mirar tele, su amigo dijo que iba a ser una conversación de adultos y él nunca podía entender esas charlas, así que se mantendría distraído.
-Muy bien, antes de que empiecen sus preguntas, aclaremos algunas cosas- les conto la versión más resumida de su historia, contando sobre su maldición y de que había estado atrapado así por mucho tiempo.
-¿Que es lo que quieres exactamente?- pregunto Tang con curiosidad. Había escuchado de maldiciones pero ver una en persona, eso si que era nuevo.
-Su ayuda- contesto. No le gustaba tener que pedir ayuda pero no tenía muchas opciones, no en su estado actual.
-¿Quieres que te ayudamos a romper tu maldición?- Pigsy golpeo ligeramente la superficie de la mesa con su mano libre, algo desconfiado. -¿Y que se supone que harás a cambio?- porque los tratos eran así, hacer algo a cambio de algo.
-Protejo a tu niño, ¿no es suficiente para ti?- lo iba a proteger sin estar obligado pero eso era algo que ese par no sabía. Los adultos se miraron entre ellos con una ligera mueca, mirando luego al niño distraído con las caricaturas y dejando escapar un largo suspiro.
-Te ayudaremos- aceptaron después de unos segundos de silencio.
-Genial, un placer hacer negocios con ustedes~- tarareo, negándose a mostrar el alivio ante eso. Quizás, solo quizás, estaba cerca de volver a lo que era antes.
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~Monkie Kid~ 1️⃣
Fanfiction¡Libro cerrado! Si algo se me ocurre, aquí lo publicare ^_^ Nota: La imagen de portada no me pertenece, la encontré en Pinterest. Derechos a su respectivo creador Nota-2: Aceptó ideas~ Nota-3: Cuidado, hay Spoiler :3 Nota-4: No escribo shipp por el...