~Monkie Kid~ 1️⃣

La Campera

Espero que les guste~

Nota: No creo que actualice durante el día porque es mi cumpleaños :3 (aunque no se preocupen, cumpliré las peticiones que tengo pendiente xD)

MK tarareo para si mismo, deteniendo el carro y agarrando la orden junto a una bolsa más, bajando para entregarla, sonriendo al ver a alguien muy familiar. Era su última entrega del momento y eso solo lo hacia sentir más feliz, tenía mucha hambre.

-¡Macaque!- llamo, haciendo que el mono se volteara a verlo, mostrando una ligera sonrisa. -¡Traje tu pedido!- levanto lo envuelto que sostenía entre sus manos. -¡Y te traje algo más!- esta vez mostro la bolsa blanca que traía consigo. -Conseguí gelatina de mango, también de durazno. Sé que dijiste que los duraznos no son tus favoritos pero pensé que en gelatina podrían gustarte más, aunque si no te gustan, avísame y...- se detuvo en seco cuando una mano le revolvió el cabello.

-Tranquilo- el mayor sonrío con diversión ante la pequeña divagación. -Gracias, Kid- acepto lo el pedido y la bolsa, sujetando aquello con una sola mano. -¿Tienes un momento?- pregunto de repente, llamando la atención ajena.

-Es mi hora de la almuerzo- contesto después de verificar la hora de su teléfono. -¡Almorcemos juntos!- y muy pronto estaban en el techo de un edificio, sentados de piernas cruzadas y comiendo con tranquilidad, el mono escuchando las divagaciones del chico, quien parecía emocionado por contar de sus últimas locuras. Cuando terminaron, de repente, había una bolsa frente al chico, quien parpadeo con confusión y sorpresa. -¿Qué es?- ladeo ligeramente la cabeza.

-Un regalo~- tarareo Macaque con una sonrisa, su cola moviéndose lentamente.

-¿Por qué? No es mi cumpleaños- aun estaba confundido.

-¿Debo tener una razón para dar un regalo?- enarco una ceja, repitiendo las mismas palabras que el menor le había dicho una vez cuando él hizo aquella pregunta.

-Cierto~- rio ligeramente, divertido, agarrando la bolsa y mirando dentro, sacando lo que allí había, sus ojos brillando con adoración. Era una campera, suave al tacto, de un color violeta no muy claro pero tampoco muy oscuro, con los bordes y puños de color negro, aunque lo que más llamo su atención fue el gran logo dibujado en la espalda, muy parecido al rostro de Sun Wukong de su campera favorita pero diferente y de colores oscuros, sorprendentemente reconocible. Era el logo de Macaque. -¡Es genial~!- se saco su campera para probarse la nueva sin pensar, emocionado, notando que las mangas eran un poco más largas, tal y como le gustaba.

-Sin hechizos malignos, ni nada- comento. -Aunque tiene algunas protecciones para que dure más...ufff...- Macaque se quejo cuando el menor de repente se le lanzo, aunque en serio que se esperaba esa reacción.

-¡Me encanta!- abrazo al mayor con fuera, entusiasmado y feliz. Se separo para mostrar una gran sonrisa, esperando que su amigo pudiera saber cuanto apreciaba el repentino regalo. -¡Muchas gracias, Mac~!-

-De nada, Kid~- sonrío ante la reacción ajena, luciendo casi cariñoso. MK arrastro a Macaque con él de vuelta a la tienda de fideos, presumiendo su nueva campera con orgullo y alegría, los presentes divertidos y enternecidos por la felicidad ajena. Paso parte del día así, presumiendo su regalo, cuando la hora de su entrenamiento llego y tuvo que irse, sin molestarse cuando el mono decidió acompañarlo. Fueron juntos hasta la casa de Monkie King, MK dando pequeños saltitos y Macaque mirándolo con diversión, su cola moviéndose con ansias por ver la cara de su contraparte. Llegaron y no tardaron mucho en ver al dueño del lugar.

-¡Hey, Kid!- Wukong sonrío enormemente, volteándose para ver a su alumno. -Tengo algo genial planeado para...hoy- su entusiasmo se desvaneció lentamente al notar la campera de colores oscuros que el chico tenía en vez de la campera con la que estaba tan acostumbrado ver. -¿Qué es esa cosa?- enarco una ceja.

-¡Es mi nueva campera!- se dio la vuelta para poder mostrar el símbolo en su espalda, el ceño del dios frunciéndose ante el obvio logo de Macaque. Ahí debería estar su sonriente rostro, no el de su contraparte. -¡Es genial~!- volvió a darse vuelta, mostrando una gran sonrisa, con los ojos brillantes de felicidad obvia. -Mac me la regalo- señalo a su amigo, quien tenía una gran y creída sonrisa en su rostro. Wukong, lentamente, giro su cabeza para ver al otro mono, su ceño frunciéndose aun más.

-¿Por qué?- gruño, cruzándose de brazos, su cola algo erizada por la molestia.

-No hay razón~- tarareo con tranquilidad, su sonrisa solo agrandándose ante el enojo ajeno. El par se miro entre ellos, uno con un aura de enojo puro a su alrededor y el otro luciendo feliz por su logro, mientras que MK solo podía mirarlos con confusión.

-Siento que me estoy perdiendo de algo...- murmuro para si mismo, sin entender la actitud de los monos.