Ella #2

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Espero que les guste~

Estaban juntos, reunidos y pasando el rato en el lugar de Sandy, sentados todos juntos en la sala y comiendo bocadillos, disfrutando de un té y planeando mirar películas pero a pesar de la obvia alegría en el lugar, había alguien no del todo tranquilo.

-Mmmm...- Macaque entrecerró los ojos, sospechoso, sin apartar la vista del sucesor de su contraparte. MK estaba sonriente, hablando con entusiasmo con Mei y ambos riéndose de Red Son, quien gruñía con molestia y con el cabello en llamas. No apartó la vista, sintiendo como alguien se sentaba a su lado, ambos quedándose en silencio por unos segundos.

-Es un clon- dijo Wukong de repente, una verdad que ninguno había dicho en vos alta hasta ahora.

-Si, lo es- asintió. Reconocían a un clon fácilmente por la falta de latidos de corazón y la falta de aroma. Se habían dado cuenta desde el momento en el que lo vieron esa misma tarde pero ninguno de los dos comentó nada, sin querer preocupar a los demás, quienes no parecieron notar nada diferente. -Voy a buscarlo- porque, maldita sea que no lo iba a admitir en voz alta, pero estaba preocupado por el menor. Era raro que desapareciera pero todo era peor al darse cuenta que se reemplazo con un clon, quizás con la intención de que nadie se diera cuenta.

-Soy su mentor, debo ir yo- negó rápidamente, ligeramente ansioso. Estaba preocupado, el chico se había ido sin decir nada y había dejado a un clon en su lugar, ni siquiera se  había llevado su celular.

-Deja que vaya yo, Wukong- el mono de las sombras se volteo a ver a su acompañante. -Tengo...un presentimiento- había visto al chico actuar raro durante días y tenía una sensación.

-Tengo que ir- lo miro a los ojos, serio, con una decisión obvia en su mirada. -Lo abandone muchas veces...no puedo hacerlo ahora, no después de todo- porque esa era la verdad. Abandonar a su estudiante, dejándolo sólo en quien sabe que situación, no era una opción a estas alturas.

-Bien- asintió, ambos levantándose para acercarse al clon, alejándolo de los demás con una excusa de una rápida charla.

-¿Dónde está?- preguntaron al mismo tiempo.

-Me imagine que se darían cuenta y me dirían algo...- sonrió con tranquilidad, había esperado esa pregunta desde que había visto al par de monos. -...pero tardaron mucho más de lo que espere- rio con diversión. -Tengo malas noticias para los dos, no me dijo a dónde iba ni cuando volvería...- hizo una gesto, fingiendo estar pensativo. -...pero hay un lugar al que vamos cuando todo es demasiado- sonrió.

... ... ... ...

MK estaba en medio del bosque, transformando en gato y recostado en una rama de uno de los árboles más alto que había encontrado, moviendo su cola lentamente y con la vista perdida en la nada. Había destruido algunos árboles en un intento de descargarse, grito hasta que la garganta le dolió y su voz se rompió, lloro hasta que la cabeza de dolió, se recostó en el suelo para mirar al cielo de manera distraída y luego, simplemente se canso, transformándose para descansar cómodamente. Clavo sus garras distraídamente sobre la madera y entonces lo escucho, pasos acercándose.

-¡MK!- eran Macaque y Wukong, caminando, la linterna especial del manejador de sombras flotando entre ellos e iluminando su camino con una luz violeta, ambos mirando a su alrededor y llamándolo, luciendo preocupados. Suspiro ligeramente, ya era de noche, no podía ocultarse más y ahora que lo pensaba, ya no tenía ganas de estar solo. Se levantó, se estiró como el felino que era en ese momento y salto, dando una rápida vuelta en el aire, transformándose para aterrizar de pie con agilidad. Ambos lo escucharon y se voltearon, sonriendo con alivio al verlo. -¡MK!- se acercaron rápidamente y muy pronto, estaba entre los monos, siendo abrazado con fuerza y él les devolvió el apretón, sintiéndose mal por haberlos hecho preocupar. Para eso era el clon pero debió haber imaginado que era imposible engañar a ese par.

-...lo siento...- murmuró, aferrándose a ellos por un segundo antes de sentir que los se alejaban ligeramente.

-Esta bien, chico- Wukong sonrió ligeramente, preocupado por los sucio y cansado que se veía el menor. Habían visto la destrucción y solo podían imaginar lo que había hecho. -Se que puedes defenderte y todo pero eso no evita que nos preocupemos...- limpio algo de tierra que había en la mejilla ajena y ahí dejo su mano, acunando el rostro ajeno, al notar como el menor se apoyo en el toque.

-A la próxima, lleva ese infernal aparato contigo y no se lo dejes al clon o por lo menos avisa a donde vas- bufo Macaque, sonriendo ligeramente de alivio al haberlo encontrado.

-...esta bien...- acepto, sintiendo que algo parecido pasaría nuevamente. No podía estar allí, con los las horribles pesadillas y la inocente niña. Apretó los labios firmemente, jugando con sus manos, sintiéndose terrible. 

-MK...- levanto la vista ante el llamado, mirando a Macaque, ansioso. El mono pareció dudar un poco, su cola moviéndose con nerviosismo. -...ella te hace sentir incomodo, ¿no?- era lo que había notado, como el chico se ponía nervioso y ansioso ante la presencia de la menor, casi corriendo para alejarse. Había sucedido unas cuantas veces.

-Yo...- temía ver a una niña por culpa de los recuerdos, que inútil que era. -S-Soy...una mala persona...- jadeo, dejando entrar todo el aire posible, suspirando temblorosamente. Los monos parpadearon ante eso pero lo dejaron continuar. -...soy una mala persona...le tengo miedo, ni siquiera puedo verla...sin sentirme mal...- dios, había lágrimas saliendo de sus ojos otra vez. Estaba tan cansado de llorar y parecía que ya no podía detenerse.  -...la escucho en mi cabeza...siento tanto frio a veces...- sollozo. -...soy un inútil-

-Ho no, no, no, no...- Wukong fue rápido en agarrar una de las manos ajenas, luciendo casi en pánico, no acostumbrado a lidiar con alguien que lloraba pero dispuesto a intentarlo. -No eres un inútil, Kid. Pasaste por algo horrible y eso no se borra así nada más...- le dio un ligero apretón. -...tienes derecho a estar asustado, en especial después de todo que lo que paso-

-...tu no reaccionaste mal...- murmuro. Su maestro había sido controlado por ella, había sido utilizado, pero él se mantenía sonriente, acercándose a la pequeña sin mucho problema.

-No puedes comparar tu trauma con el ajeno, MK- negó Macaque, dando un paso adelante para apoyar su mano en el hombro ajeno. -Cada trauma es diferente y cada quien reacciona como puede o como quiere. No hay una guía escrita y obligatoria que te diga como lidiar con eso-

-...a veces también la veo- el de pelaje claro confeso después de pensarlo un poco. Le debía a su alumno algo de sinceridad. -Son en días difíciles, me siento frio y cansado pero verla...solo lo empeora- miro de reojo a su contraparte y luego de vuelta a su alumno. -Son días en los que solo...me mantengo alejado y espero sentirme mejor- porque es lo que hacia, cuando se sentía particularmente temeroso y con un horrible frio en todo su cuerpo, simplemente optaba por quedarse en casa, acurrucado entre sabanas y monos.

-Yo también- el de pelaje oscuro confeso, agarrando la mano libre del menor. -Verla a veces solo...me recuerda como ella gritaba ordenes en mi cabeza, lo enojada que estaba cuando no cumplí y lo frio que me sentí cuando ella decidió congelar parte de mi cuerpo- hizo una mueca ante esos recuerdos. -Son esos momentos en los que solo...me alejo- cuando se sentía particularmente mal, se iba a una zona algo despejada y se recostaba en el suelo, la calidez del sol recordándole que estaba libre y estaba bien. -Lidiar con eso es lo mejor que podemos hacer pero no puedes obligarte a enfrentarla- apretó la mano del menor, quien los estaba observando con asombro.

-Exacto- asintió King con una pequeña sonrisa. -Ninguno esta obligado a enfréntala pero con el tiempo, con el que necesites, estoy seguro de que eso ya no va a pasar y de que esos recuerdos ya no te afectaran como lo hacer ahora- MK lo miro, sollozando, aliviado ante las palabras ajenas. No estaban enojados, no estaban decepcionado, ni siquiera parecían dolidos. Se veían sinceros, amables. Sollozo, soltando las manos ajenas para poder rodearlo con sus brazos, abrazándolos con fuerza y algo desesperado por comedida, llorando, murmurando agradecimientos. Los monos simplemente correspondieron, ligeramente aliviados ante el desahogo del menor, murmurando palabras trasquiladoras y dándole todo el apoyo posible. Estarían bien, ya verían como arreglar todo.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora