Arrepiéntete

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Espero que les guste~

Nota: Se supone que pasa justo después del capitulo de "Macaque" en la primera temporada

Nota-2: No he podido encontrar la historia exacta entre Wukong y Macaque, así que me guio por lo que encontré. Dice que solían ser amigos, usare eso xD

Petición de: Star233444

-No eres bueno para ser mi sucesor- dijo Wukong con seriedad y tono frio, tomando el bastón tirado al lado del chico, quien abrió la boca sin poder decir o saber como contestar. -Lo siento chico pero esto se acabo- llamo a su nube y se subió, dándole la espalda. MK solo pudo quedarse allí, quieto, viendo a quien había admirado durante toda su vida alejarse sin mirar atrás y a gran velocidad. Apretó los labios firmemente, un fuerte y doloroso nudo formándose en su garganta, su vista empezando a ser borrosa por las lagrimas acumuladas. Sabía que ese día llegaría tarde o temprano, sabía que no era bueno y no iba a poder cumplir las expectativas del ser inmortal pero que este lo haya dicho tan fríamente, que lo haya dejado allí después de una lucha lo hacia mucho peor de lo que ya era.

-Ho...- cayo de rodillas, sin importarle el dolor en esos momentos. Estaba agotado, física y mentalmente, estaba adolorido y el poco poder que le quedaba era apenas una débil chispa en su interior. Se inclino, apoyando sus manos contra el suelo y acurrucándose, dejando caer las lagrimas, sollozando sin vergüenza. Lo habían engañado, lo habían utilizado, lo habían degradado, lo habían dejado solo y él solo podía llorar, acurrucado en el medio de lo que antes había sido una zona de batalla. Abrió la boca, gritando con todo el sentimiento que tenía en esos momento, sintiendo su garganta arder pero sin importarle.

-MK...- se enderezo lentamente, reconociendo la voz repentina a pesar de que su mente estaba algo nublada por la tristeza. Alzo la vista y ahí estaba, Macaque, parado a una distancia respetable y mirándolo fijamente con expresión en blanco. Se veía sucio, golpeado, pero sin lucir agotado o cansado, MK lo envidiaba un poco. 

-M-Me...Me dejo...- decirlo en voz alta lo hacia más real, lo hacia peor. -...m-me dejo...- sollozo, sin importarle estar llorando frente a quien lo había utilizado no hace mucho. Estaba demasiado agotado y triste para detenerse. -...prometió que se quedaría conmigo...dijo que era un buen sucesor...pero mintió...me mintió...- se saco su campera al recordar el rostro de quien estaba en la espalda. Había sido su favorita durante años y ahora, ya no la quería. -...no soy un buen sucesor...y me dejo...- tiro la campera lo más lejos posible, sin querer verla por el momento. -...me dejo...y se llevo el bastón...- siguió repitiendo en voz baja, aun anonadado por todo lo sucedido.

-Ho chico...- Macaque no sabía que decir al decir verdad. Wukong siempre había sido de actuar antes de pensar, sin darse cuenta de que las personas a su alrededor podían resultar heridas o que estaba lastimando a alguien pero esto, dejar al chico de esa forma y llevándose el bastón, eso era un nuevo nivel de insensibilidad que no esperaba ver. No lo entendía, Wukong había luchado con conciencia de la presencia del chico, sin querer lastimarlo pero al final de todo, lo abandono de igual manera, dejándolo solo y con el corazón roto. Se acerco después de dudar mucho, el llanto ajeno resonando en sus oídos y haciendo que algo en su interior se estremeciera. Se arrodillo lentamente a su lado, sin tocarlo y sin mirarlo, ambos mirando fijamente hacia el frente, uno aun llorando y el otro pensando en que decir. -También me abandono- soltó antes de pensarlo. Era manipulador pero ese niño ya había sufrido suficientes tontearías, incluyendo las de él, y se sentía...extrañamente identificado con el menor.

-¿En serio?- lo miro, con las lagrimas corriendo y los ojos irritados por el llanto. Se veía horrible, desolado y triste, era chocante verlo en ese estado.

-Si...- asintió. -Éramos amigos, hermanos casi, siempre íbamos a todos lados juntos...- recordar esos tiempos del pasado lo llenaba de una sensación agridulce que no sabía como interpretar. -...pero entonces, pasaron muchas cosas y empezó a viajar con un extraño grupo...-

-...y te dejo de lado- suspiro el menor, secándose ligeramente las lagrimas con el dorso de sus manos. Ambos eran tan parecidos que era extraño, nacidos y criados en diferentes circunstancias pero ambos lastimados y abandonados por el mismo dios mono.

-¿Quieres volver a ser mi alumno?- pregunto el mono de repente, extendiendo suevamente su mano y mirando al chico.

-¿Sin engaños, ni trucos, ni manipulación de ningún tipo?- lo miro a los ojos con seriedad, ya no podía soportar un golpe bajo como ese, no después de todo.

-Sin nada de eso- Macaque accedió. Seria difícil dejar las costumbres de lado con el chico pero lo intentaría. -Hagamos que el tonto de Wukong se de cuenta de la tonteria que hizo- sonrío, decidido a esforzarse para molestar aun más al dios. Se lo merecía. -Hagamos que se arrepienta de todo lo que hizo...juntos-

-Juntos- asintió, agarrando la mano ajena

... ... ... ...

A Wukong no le quedo otra más que hacerse cargo de proteger la ciudad a pesar de sus supuesto estado de jubilación. Lo hizo en silencio y a escondidas, sin llamar la atención de nadie pero llenando de miedo a mucho demonios, solo logrando que todo fuera más calmo. Se sentía mal, fatal en realidad, por lo que había dicho. No debía haberlo hecho, lo sabía, pero había abierto la boca antes de pensar como siempre y metió la pata hasta el fondo, lastimando al inocente chico en el proceso. Quiso disculparse, devolver el bastón que ya no le pertenecía, pero no había encontrado al niño en meses y su preocupación, junto a la culpa, estaban creciendo con los días.

-Rayos...- bufo al escuchar explosiones y gritos viniendo de la ciudad. Fue, viendo con algo de sorpresa la gran destrucción causada en poco tiempo, dejándose caer pie y mirando a su alrededor. -¡No sé quien seas pero largo de aquí, no estoy de humor!- gruño de brazos cruzados, esperando lucir lo suficientemente amenazante para que quien sea que estuviera atacando se fuera, no tenía ganas de lidiar con ello.

-Vaya, vaya, vaya...- se tenso ante la voz, reconociéndola, sintiendo su corazón detenerse ante la figura que se estaba acercando a paso lento. -...¿tan rápido me olvidaste? Eso duele~- y ahí estaba el chico que había estado buscando durante los últimos meses, se veía tal y como lo recordaba pero con una sonrisa cruel pintada en su rostro y con la bandana que rodeaba su cabeza ahora de color violeta, vistiendo pantalones y zapatillas del mismo color con detalles violetas, con una remera negra y una campera parecida a la que siempre usaba pero de color violeta con toque negros, la parte de atrás ondeando ligeramente por el viento. Sus ojos llamaron su atención, brillando de color violeta.

-MK...- jadeo, sin poder creerlo.

-Hola, tanto tiempo sin verte~- su sonrisa se agrando, haciendo un pequeño movimiento de mano y un bastón oscuro apareciendo, el mono notando con horror que se parecía al que Macaque siempre usaba. -Me gustaría decir que es un placer pero...estaría mintiendo- rio ligeramente con burla, haciendo girar el bastón entre sus dedos. -¿Listo, maestro?- y de la misma sombra el chico, alguien más emergió y Wukong se sintió aun peor.

-Cuando tu quieras, niño- sonrío Macaque con diversión, parándose al lado del mortal, moviendo la cola con tranquilidad y haciendo aparecer un bastón entre sus manos. -Tu guías~- ambos giraron sus bastones, acercándose un par de pasos, luciendo sorprendentemente sincronizados.

-Ho cielos...- Wukong se sintió como la peor escoria del mundo. Su metida de pata resulto ser mucho peor y ahora, debía enfrentar las consecuencias.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora