Muñeco Poseído

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Vi una imagen en Twitter y simplemente me encantó, tenía que hacer algo con eso ^_^

Espero que les guste~

Nota: En un principio, iba a hacer una historia triste pero no me dio el corazón para lastimar tanto a MK xD

Nota-2: Imaginen a un MK pequeño, menor de 10 años

MK tarareo ligeramente, rebuscando en la basura tras un restaurante para buscar algo de comida, poniendo lo que parecía estar en buen estado en una bolsa. Cuando terminó, levantó su bolsa y fue al siguiente, rebuscando, deteniéndose en seco al encontrar algo que no se esperaba.

-¿Un muñeco?- lo miro con curiosidad, alzándolo con manos cuidadosas. Era un mono de pelaje oscuro, con una X violeta en el lugar donde debería estar su ojos izquierdo. Estaba algo sucio y olía mal por estar en la basura pero se sentía suave y era blandito. -Hola monito~- sonrió con cariño, no había encontrado un muñeco en tan buen estado en mucho tiempo. -También te dejaron solo, ¿no es así?- lo abrazo suavemente, ignorando el olor y la suciedad. Lo habían dejado hace un tiempo, solo y con lo que tenía puesto, sin advertencia o aviso. Fue doloroso pero ahora, ya no estaba solo y el pequeño muñeco tampoco ahora que lo encontró. -No te preocupes, ahora estoy aquí y podemos estar juntos, así no te sentirás solo- sonrió y salió de la basura con algo de dificultad, casi cayéndose. -No me gusta mi nombre pero el señor Pigsy y el señor Tang me llaman Monkie Kid porque las historias de Monkie King son mis favoritas- divago, sacudiendo con suavidad al pequeño muñeco, sacándole algo del polvo y de la suciedad que tenía encima, una idea viniendo a su mente. -¡Ho! Quizás el señor Pigsy pueda lavarte, él es super amable aunque parece un poco gruñón. Grita mucho y a veces me asusta pero siempre se disculpa- se levantó, agarrando su bolsa con un mano y abrazando a su nuevo muñeco con la otra, empezando a caminar. Se movió con cuidado, evitando a toda la gente posible, corriendo lo último de la distancia al ver el restaurante tan familiar y acogedor, entrando rápidamente. -¡Hola!- saludo con entusiasmo.

-¡MK!- Tang sonrió, aliviado de verlo, haciendo una ligera mueca ante la suciedad y el olor. -¿Estuviste en los basureros otra vez?- frunció el ceño, preocupado, parándose para acercarse al menor, arrodillados frente a él. -Sabes que ya no necesitas hacer eso, ¿verdad?- había costado tanto que ese pequeño confiara en ellos y había costado más convencerlo de que podía quedarse con ellos pero a pesar de haberlo logrado, a pesar de haber conseguido la custodia de ese pequeño que había conquistado sus corazones, había costumbres en ese niño que no parecía poder quitarse tan fácilmente.

-Lo siento...- bajo la vista, avergonzado. Ya no necesitaba buscar en la basura pero era una costumbre que no podía quitarse todavía, no después de casi dos años de hacerlo. -...pero encontré algo genial- dejo su bolsa, sabiendo que volvería al basurero más cercano, levantando al muñeco con ambas manos. -Es mi nuevo amigo~- sonrió con emoción.

-Ho...- el mayor parpadeo, sorprendido por el buen estado del muñeco, mordiéndose la lengua para no hacer una mueca ante el fuerte olor. -Eso es genial- sonrió ante la emoción ajena.

-¿Puedo quedármelo?- preguntó con esperanza y mirando al mayor con ojos brillantes, acunando al mono de peluche contra su pecho.

-Por supuesto...- no le negaría nada a ese niño, no si lo hacía sonreír con tanta emoción. -...pero necesita un baño, como tu- extendió su mano, sonriendo suavemente. -¿Qué te parece si, mientras tú te bañas y te pones ropa limpia, yo baño a tu nuevo amigo?- ofreció.

-¡Esta bien!- asintió, dándole un último abrazo a su muñeco antes de entregarlo, corriendo escaleras arriba.

-¡No corras por las escaleras!- recordó Pigsy, entrando en ese momento, escuchando los apresurados y fuertes pasos ajenos.

-¡Lo siento!- los pasos se volvieron más lentos.

-Ese niño...- bufo, divertido, haciendo una mueca ante el olor que llegó a su nariz de repente. -Agh, ¿y ese olor?- se adentro más en el lugar, dejando lo que había comprado en la mesa más cercana, viendo a su alrededor. -¿Estuvo rebuscando en la basura otra vez?- preguntó al notar la bolsa tirada en el suelo.

-Me temo que si...- asintió Tang, levantándose con el muñeco en mano, sosteniéndolo con cuidado. -...y encontró algo nuevo- se lo mostró.

-Bueno, al menos es un muñeco y no un gato como la última vez- tarareo, tuvieron que darle ese gato a Sandy, prometiendo al menor que podría visitarlo siempre que quisiera.

-Voy a lavarlo- hizo un gesto, empezando a caminar.

-Iré a a asegurarme que ese niño se bañe bien- Pigsy asintió, el olor a basura era difícil de sacar. Así que aprovechando que todavía no era hora de abrir el restaurante, cada quien se fue por su lado para cumplir una tarea.

No mucho después, MK estaba limpio y seco, con una remera de Sun Wukong y pantalones negros, medias de diferentes colores y pantuflas rojas, sentando y tarareando, dejando que Pigsy peinará  y secara su mojado cabello.

-Listo, chico- habló el mayor, dejando el secador a un lado para guardarlo después.

-¡Gracias!- sonrió, levantándose y dándose vuelta para darle un abrazo, el demonio sonriendo con cariño y devolviendo el gesto. Bajaron al restaurante, con el chico sentado en una de las sillas altas para alcanzar el mostrador y Pigsy en la cocina, preparándose antes de abrir. El menor dibujo un rato, balanceando los pies, solo deteniéndose cuando el mayor dejó un plato de fideos justo frente a él. Comió, sin prestar atención a los clientes que entraban y se sentaban para comer, volviendo a sus dibujos a apenas termino. Estaba dibujando a Monkie King cuando una voz lo hizo levantar la vista, sonriendo al ver al adulto acercándose.

-Ho, MK~- Tang sonrió, sosteniendo algo entre sus manos. -Adivina quién está limpio y seco- había costado mucho sacar el olor y la suciedad pero lo había logrado.

-¡Monito!- sonrió al ver a su muñeco limpio, abrazándolo apenas pudo agarrarlo, sonriendo al suave olor a lavanda que ahora tenía y restregando suavemente en la tela ahora suave. Ambos adultos sintieron con cariño al ver al más pequeño tan feliz con algo tan simple, solo para notar algo en particular y esforzarse por no retroceder, sorprendidos y algo asustados. Detrás de MK, proyectándose en la pared, había una sombra de gran tamaño, con lo que parecía ser una cola larga moviéndose lentamente y con el cabello ligeramente en punta al parecer. Ambos tragaron en seco, sintiendo que los estaba mirando de alguna manera. Daba mucho miedo.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora