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Espero que les guste~

Mei y MK se movieron juntos, en sincronía, caminando con pasos lentos y silenciosos, sus corazones latiendo con anticipación al ver su objetivo tan cerca y a la vez tan lejos. Solo debían acercarse y serían libres, solo un poco más. Sus dedos rozaron la salida, solo para gritar al ser repentinamente tirados hacia atrás, notando entonces la cinta roja rodeándolos hasta la cintura.

-¿A donde creen que van ustedes dos?- el dueño de aquellas cintas, Nezha, los miró con tranquilidad y enarcando una ceja, cruzándose de brazos. Ambos respondieron al mismo tiempo.

-¿A dar una vuelta?- sonrió él con nerviosismo.

-A ningún lado- ella hizo una mueca.

-Ustedes volverán a la cama- fue una orden más que una opción, el mayor dándose media vuelta y empezando a caminar, sin soltar ni bajar al par.

-¡Nooooooooo!- Mei se retorció, intentando sacar las cintas que la sujetaba. -¡Queríamos jugar!-

-¡Solo una hora!- MK intentó sacar las cintas que lo envolvían, sin lograrlo realmente. -Quizás dos...o tres...o probablemente cuatro...- murmuro entre dientes.

-No- no se detuvo, subiendo las escaleras con tranquilidad y con mucho cuidado con el par que mantenía elevados. -Están enfermos- como para confirmar sus palabras. Ambos estornudaron, una pequeña llama saliendo de Mei y un destello dorado saliendo de MK, ambos haciendo una ligera mueca. Se quejaron y lucharon pero Nezha era más fuerte y tardó mucho en ponerlos en una cama, prometiendo chocolate caliente si ninguno intentaba otra escapada. Ellos aceptaron, acomodándose, tristes por su frustrada huida pero contentos por la promesa de su bebida, durmiéndose en algún momento.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora