Atados #4

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Uno más xD

Espero que les guste~

MK no quiere admitirlo pero ha estado evitando a su maestro desde que todo había sucedido. No puede enfrentar a Monkie King, no sin el miedo en lo profundo de su ser de que las cosas salieran mal y solo provocara una pelea de la cual sabía que Macaque no podría defenderse correctamente.

-No vas a poder evitarlo por siempre~- tarareo Macaque, sentado cómodamente en la cama, viendo al nervioso y casi frenético chico que se movía por toda la habitación.

-¡Ya lo sé!- chillo, haciendo un ligero puchero. -No sé como decirle...sobre...esto- hizo un gesto hacia el anillo dorado que tenía, señalando luego la corona del mono.

-¿Quieres que vaya contigo?- ofreció con algo de diversión, molestar a Wukong era uno de sus pasatiempos favoritos.

-Creo que es mejor que te quedes...- respondió después de pensarlo un poco. La compañía y apoyo moral sonaban genial pero temía lo que podría pasar. -...Monkie King tiene todo un historial de actuar antes de pensar, así que...- hizo un gesto, sin saber como terminar.

-Wukong es un maldito tonto que tiene el cerebro de adorno- bufo. -Solo debes darme la orden y pateare su triste trasero- sonrío con burla, moviendo lentamente su cola, agarrando la campera ajena que estaba a su lado y extendiéndola hacia el menor, quien parpadeo al verla.

-¡Eso es lo que no quiero!- rio ligeramente, agarrando su campera y poniéndosela rápidamente. -Gracias- sonrío, ya caminando hacia la puerta.

-Llámame si me necesitas~- tarareo, viendo al chico salir, escuchando sus pasos rápidos mientras bajaba las escaleras y riendo al escucharlo disculparse con algunas personas con las que de seguro se tropezó. Si, eso iba a ser un desastre.

... ... ... ...

MK se encargo de mantenerse lo más tranquilo y enérgico posible, manteniendo su mano fuera de la vista ajena pero aun se veía sospechoso, con la mano tras la espalda y riendo cada dos por tres con nerviosismo. Era malo mintiendo, tendría que practicar un poco, quizás pedirle a Macaque algunas lecciones de mentiras.

-Muy bien, Kid...- Monkie King rodeo uno de los tobillos de su estudiante con su cola, levantándolo de repente, el menor soltando un chillido al estar de cabeza de repente. -...¿Qué fue lo que paso?- pregunto, enarcando una ceja.

-¿Qué paso con que?- parpadeo, fingiendo ignorancia, cruzándose de brazos para no mostrar sus manos.

-No me trates de tonto- entrecerró los ojos, el chico desviando la vista rápidamente. -MK...- llamo, sonando serio ahora.

-¡No hice nada!- chillo, negándose a mirar al mayor.

-¿Qué paso?- volvió a preguntar, suspirando al no recibir una respuesta. -Vamos chico...- toco la frente ajena, logrando que este lo mirara, mostrando una pequeña y suave sonrisa. -...puedes decirme lo que sea- MK miro al mono, pensativo. Él se veía serio, dispuesto a escuchar lo que tenía que decir y no le gustaba guardar secretos, mucho menos toda la locura que fueron las últimas semanas.

-¿Prometes no pelear?- pregunto de repente, mirando a su maestro con los ojos bien abiertos, esperanzado.

-¿No pelear?- enarco una ceja ante aquello. -Si prometo no pelear, ¿me contaras?- el menor fue rápido en asentir, casi frenético y el mono suspiro. No lo entendía pero si eso hacia hablar a su estudiante, lo intentaría. -Bien, prometo no pelear...con lo que sea- hizo un gesto vago, agarrando al menor con las manos para soltar su tobillo, dándolo vuelta en un rápido movimiento y dejando que los pies de su estudiante tocaran el suelo.

-Bien...- respiro profundo, aquí va. -¡Macaque!- llamo y Wukong solo alcanzo a fruncir el ceño ante el nombre cuando, con un destello dorado, dicho mono estaba justo al lado de quien lo llamo.

-Me imagine que me llamarías tarde o temprano...- suspiro el de pelaje oscuro, ignorando por completo al dios y solo mirando al menor, alzando una bolsa blanca que al parecer tenía en su mano. -...tu jefe cerdo te envió esto-

-Ho, gracias- acepto la bolsa, sonriendo ante el olor a comida que salía de allí. Tenia algo de hambre ahora que lo pensaba un poco. Ambos se voltearon a ver al dios al no escuchar nada venir de él, notando entonces como este los miraba fijamente, con la boca ligeramente abierta en señal de sorpresa.

 -Cierra la boca, te entraran moscas- bufo Macaque, divertido ante la cara ajena.

-¿Qué rayos hiciste?- Wukong enarco una ceja apenas noto la corona rodeando la cabeza ajena, cruzándose de brazos, usando un tono que MK solo había visto en las novelas, uno que casi parecía decir "estoy decepcionado". 

-Ho por favor, no te atrevas a usar ese tono conmigo- rodo los ojos el mono de las sombras. -Tu no eres un ángel de ningún tipo, señor "me meo en cualquier pared cercana"- hablo con tono de burla, rodando ligeramente los ojos ante el recuerdo.

-¡No cuentes eso!- gruño, con las mejillas rojas y con su pelaje erizándose, haciendo una mueca al ver al menor reír ligeramente. Entonces, pudo notar, el anillo rodeando el dedo de su estudiante. -¿Como paso esto exactamente?- pregunto solo para desviar el tema anterior.

-Empezó con una especie de juicio...- y se sentaron, MK comiendo lo que su jefe le había enviado, Macaque contando la mayor parte de lo sucedido (omitiendo algunas partes al parecer) y Wukong escuchando con curiosidad. No fue ninguna sorpresa que el dios se riera en la cara ajena cuando la historia termino y tampoco fue sorpresa que el mono de las sombras se lanzara a atacarlo con un gruñido, ambos revolcándose en el suelo entre pelea e insultos, el menor optando solo por mirarlos. Eso había resultado mucho mejor de lo esperado.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora