Espero que les guste~
Nota: Luego arreglo los errores ortográficos xD
Wukong volvió lentamente la conciencia, sintiéndose cansado, adolorido y horriblemente frío, por no decir confundido. Recuerda haber ido a enfrentarse a ella, solo. No fue la mejor idea que había tenido en su vida, actuó por puro impulso como siempre y todo pareció salir mal después de eso. Recuerda frío, una helada recorriendo su cuerpo y adormecido su mente, la voz de ella haciendo eco en sus oídos y luego, todo lo demás era borroso. Recuerda su voz dando órdenes, recuerda pelear pero no recuerda contra quien, recuerda haber intentado recuperar el control pero sin lograrlo. Abrió los ojos, notando que estaba en un cuarto ligeramente iluminado y que estaba recostado sobre un futón.
-¿He?- intento moverse, solo para notar que estaba firmemente atado con algo que brillaba en dorado, algo rodeando, incluso manteniendo su cola presa. Se removió, aunque sabía que no podría soltarse por sí sólo, dejando escapar un largo suspiro. Alzó la vista al escuchar paso y espero, atento a lo que sea, decidió a improvisar si lo necesitaba para escapar. Una chica muy familiar entró para su sorpresa. -¿Mei?- ella lo miró fijamente, analizándolo y pareció encontrar lo que estaba buscando porque se acercó rápidamente.
-¡Señor King!- sonrió, con lágrimas amenazando con salir de sus ojos. -¡Volviste!- sonrió enormemente, luciendo emocionada, un contraste grande a la última vez que la vio.
-¿Y a donde me fui?- bromeó ligeramente, ella soltando una pequeña risa.
-Al país de los locos y el control mental, ahí te fuiste- respondió y eso tuvo algo de sentido para él. Ella lo soltó, contándole toda la locura que habían sido las últimas semanas. Habló de su entrenamiento con Red Son y lo que le costó controlar su nuevo poder, habló de las peleas que tuvieron contra él mientras estaba bajo control mental, contó cómo lograron idear un plan tan loco que debía funcionar, finalizando el cómo habían quemado la presencia de ella en él para dejarlo libre.
-Wow...- no pudo evitar decir al final de todo eso, rascándose ligeramente la nuca y sentado de piernas cruzadas en el futón donde había estado acostado. -...eso es...mucho- luchar contra ellos, eso era algo que no podía recordar muy bien. Lucho, por supuesto que si, pero los rostros de sus contrincantes estaban borroso en su mente. -Ho, ¿y que paso con...?- iba a preguntar pero la puerta se abrió, llamando la atención de ambos. Grande fue su sorpresa al ver al mono de pelaje negro allí, luciendo ropa más casual.
-Ho...al fin despiertas- bufo el recién llegado al verlo sentado y despierto.
-¿Macaque?- enarco una cena al verlo y miró a la chica, quien sonrió con nerviosismo.
-Ho, creo que olvidé mencionar sobre la tregua- se rasco la nuca.
-Si, lo olvidaste- bufo y rodo ligeramente los ojos, para después mirar a quien por durante mucho tiempo había llamado enemigo. -¿Decidiste unirte a los buenos? Raro, viniendo de ti, el gran mono emo y solitario- no pudo evitar decir, extrañado al decir verdad.
-¿Y tu decidiste unirte a los cuerdos? Raro, viniendo del loco que decidió enfrentar a LBD solo- contrataco, Wukong desviando la mirada, avergonzado. Había sido un tonto, lo sabia. -Levántate holgazán, los demás esperan...- hizo una gesto con la mano para que lo siguieran, ellos levantándose, caminado tras el mono oscuro por los pasillos. Podían escuchar más voces, haciéndose más fuerte mientras se acercaban. -...y alguien está muy emocionado de verte cuerdo, Wukong- sonrió y el mencionado enarco una ceja ante el tono ajeno. Sonaba divertido y algo sarcástico.
-¿De qué estás...?- una cuchara de metal golpeando su cara lo interrumpió bruscamente. -¡Auch!- se quejo con una mueca. Alzó la vista, solo para encogerse en su lugar. Pigsy estaba ahí, con el rostro rojo y luciendo absolutamente furioso, un par de tapas de olla en sus manos (¿o se dicen pezuñas? La verdad que no sé).
-¡Mono idiota, al fin despiertas!- gruñó entre dientes y Wukong trago en seco, temeroso, el cerdo daba miedo cuando estaba enojado. Solo pudo encogerse en su lugar, escuchando los gritos y reclamos de parte del cocinero, escuchando de fondo la risa burlona de Macaque y de Mei, viendo de reojo como ella lo filmaba. A pesar de todo los gritos y demás, de alguna loca y extraña manera, había extrañado al extraño grupo.
... ... ... ...
-Ese fue el sermón más largo y violento que he tenido en toda mi vida...- murmuró Wukong para si mismo, agotado.
-Te lo mereces- bufo Macaque. Había sido divertido ver al gran dios mono lucir tan asustado por un demonio cerdo furioso y que agitaba los instrumentos de cocina como arma. Ya le había pedido a Mei el video para verlo cuando quisiera. El mono gruñó pero decidió no contestar.
-Oye...- llamó de repente. -...¿Dónde esta mi sucesor?- preguntó. No lo había visto desde que se despertó y necesitaba hablar con él, le debía al chico unas cuantas explicaciones y disculpas. Miro a su acompañante al no recibir respuesta, notando entonces como Macaque se tenso y apretó los labios firmemente sin mirarlo. Eso no era una buena señal. -¿Donde está MK?- está vez estaba exigiendo una respuesta, serio y con el ceño fruncido. -¡Macaque!- reclamo al no recibir respuesta.
-Escucha, antes de que me ataquen en mi propia casa, quiero aclarar algo...- lo miro, serio. -...yo no hice nada. El chico pidió ayuda y yo acudí al llamado, nada más- lo que menos quería era una pelea en su casa, eso sería un desastre.
-Bien- asintió. No confiaba pero tampoco estaba en condiciones para pelear, estaba débil y su poder era sólo una chispa por el momento. Estaba preocupado también, algo malo debía pasar para que el chico pidiera ayuda, en especial a Macaque.
-Bien- le dio la espalda y empezó a caminar, Wukong apurando el paso para seguirlo. Fueron por el pasillo, deteniéndose en frente a una puerta que estaba al final de todo. -Ni se te ocurra gritar, bastardo- con esas palabras, abrió la puerta. Había dos clones del mono de pelaje oscuro, uno de ellos juntando algunas unos platos vacíos en una bandeja y el otro estaba sentado en el borde de la cama que había en la habitación, sosteniendo a MK.
-Ho chico...- jadeo Wukong al verlo. El menor se veía horrible, algo pálido, vendado y con la piel cubierta de moretones color violeta. No quería imaginar como se veía cuando recién llegó. MK parecía estar inconsciente, apoyado contra el hombro del clon que lo sostenía. -¿Qué rayos pasó?- preguntó, brusco.
-Ni idea- negó Macaque, decidiendo no decir su teoría, no por el momento. -Oye, no me mires así, en serio no lo sé- bufo ante la mala mirada del dios, quien parecía no creerle. -El niño estaba demasiado conmocionado y asustado para preguntar...- hizo una ligera mueca al recordarlo. El niño había llorado mucho, en pánico y con miedo, había costado mucho calmarlo. -...luego, con todo los medicamentos y tratamientos, preguntar ya no fue una opción. Duerme mucho, apenas logró hacer que coma y tome cada vez que despierta- hizo un gesto, los clones acomodando lentamente al chico en la cama, tapándolo. El niño se quejo pero se acomodo, uno de los clones acariciando su cabello para ayudarlo a relajarse. Wukong apretó los dientes, sus recuerdos estaban muy borrosos pero tenía un horrible presentimiento.
-Yo lo hice, ¿no?- apretó los puños con fuerza. El solo pensarlo le daba náuseas y asco, una sensación de horror llenándolo.
-No lo sé...pero creo que si- siempre fue brutalmente sincero. Se mantuvo firme, mirando al chico dormido, sin hacer amague de mirar al mono a su lado. No quería verlo desmoronarse, ese era un límite que no iba a cruzar. Mientras tanto, Wukong cayó de rodilla con un jadeo, inclinándose y apoyando su frente contra el suelo, llorando en silencio, lleno de frustración y enojo. Había sido un idiota al lanzarse sólo a la batalla y su sucesor había pagado las consecuencias.
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~Monkie Kid~ 1️⃣
Fanfic¡Libro cerrado! Si algo se me ocurre, aquí lo publicare ^_^ Nota: La imagen de portada no me pertenece, la encontré en Pinterest. Derechos a su respectivo creador Nota-2: Aceptó ideas~ Nota-3: Cuidado, hay Spoiler :3 Nota-4: No escribo shipp por el...