Muñeco Poseído #4

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Espero que les guste~

Nota: Creo que la descripción de la flor me quedo rara pero quizás lo arregle cuando esté más despierta xD

Nota-2: MK ahora es mayor de 12

Los años pasaron y a pesar de la buena voluntad de los adultos, no parecieron encontrar nada. Claro, había una opción, una flor antigua y bien escondida en lo profundo del bosque, en algún lugar oscuro y protegida por una bestia a la que nadie había sobrevivido para contar su apariencia. Era una opción que ninguno quiso pensar mucho, no siquiera Macaque. Enfrentarse a aquella cosa era una sentencia de muerte asegurada y al mono le agradaba esa extraña familia, así que era una opción totalmente descartada.

Mientras tanto, MK estaba en conflicto. Adoraba a Macaque, incluso si ahora sólo era un muñeco que hacía comentarios sarcásticos y tenia algo de mal humor, era parte de su pequeña familia y quería que fuera libre, que tuviera su cuerpo de vuelta para poder para hacer lo que quisiera con total libertad y al mismo tiempo, se sentía triste de solo pensar que su amigo, su protector, decidiera irse apenas volvía a la normalidad. Lo extrañaría pero quería ayudar, quería que pudiera volver a ser lo que debía hacer, y sabor que solo había una opción. Mientras sus padres estaban ocupados, MK se coló entre los libros que habían juntado sobre maldiciones y curas, volteando las páginas hasta que encontró lo que buscaba. La imagen de una flor de color rojo, tenía pétalos parecidos a los de un girasol y con las puntas en curva pero sin el gran centro, sino uno más pequeño y de un color amarillo. Le saco una foto con su teléfono y luego lo guardo, yendo a su habitación, tomando al muñeco dejado en su cama.

-¿Todo bien, Kid? Te ves preocupado- comentó Macaque con preocupación ante la triste mirada en el rostro ajeno.

-Si, estoy bien...- se acostó sobre la cama, de costado, colocando al pequeño peluche frente a él y manteniendo su mano allí, para poder escucharlo. -Oye Mac...- llamo, dudoso. -...cuando vuelvas a la normalidad y seas libre...¿Seremos familia aún?- preguntó la duda que habia estado carcomiendo su mente desde hace un tiempo.

-Claro que sí, MK- respondió sin dudar. Sus años atrapados en su apariencia de muñeco y en esa pequeña familia habían sido los mejores, sintiéndose acompañado a pesar de las circunstancias, siempre bienvenido e invitado a todos lados. Ellos eran su familia ahora, mataría a quien intentará hacerles algo, y volver a la normalidad solo le daba más movilidad para hacerlo. -Tengo malas noticias para ti y tu gente, están atrapado conmigo por el resto de la vida, Kid- lo dijo en tono de broma, contento al ver la pequeña sonrisa en el rostro del menor.

-Me alegro...- acarició suavemente el pelaje del peluche, pensativo. Sonrió, decidido, sentándose y agarrando al mono, levantándolo para verlo a la cara. -Me decidí...- hablo firmemente. -...te liberare, lo prometo-

-¿Que rayos vas a hacer?- preguntó con sospecha, temeroso y con un mal presentimiento. -Ni se te ocurra hacer ninguna estupidez, MK- gruñó como advertencia.

-Mis papas encontraron la historia de una flor especial, una que rompe maldiciones de cualquier tipo...- sonrió, sacando su teléfono para mostrarle a su amigo la foto de la flor. -...si la encuentro y te la traigo, tu maldición se romperá ¡Serás libre!- dijo con entusiasmo y emoción, mientras el mono solo quería golpear al niño en la nuca para que reaccionara.

-¡¿Estas absolutamente loco?!- grito con tono furioso, más preocupado que molesto. -¡Esa es una maldita misión suicida! ¡No se te ocurre irte y buscar esa cosa!-

-Estaré bien- se inclino, dejando un suave beso de despedida. -Volveré~- se esforzaría por hacerlo.

-¡MK, no! ¡Escúchame, no vale la pena sacrificarte por esa tontería! ¡No vayas!- Macaque estaba algo desesperado en ese punto, viendo al chico levantarse y dejarlo en la cama, soltándolo lentamente. -¡MK! ¡Vuelve aquí, maldita sea!- proyecto su sombra en la pared, haciendo señas frenética para que el menor se detuviera pero MK lo ignoro, saliendo de la habitación con su mochila llena de algunas cosas necesarias. Estaba decidido y no iba a detenerse pero antes, debía ir a un lugar. Se alejo sin mirar atrás, dejando al peluche sobre la cama, el mono gritando maldiciones y groserías, frustrado por no ser escuchado. -¡Más te vale que vuelvas!-

... ... ... ...

-Déjame ver si entendí bien...- Mei hizo una mueca, pensativa, caminando de un lado al otro y moviendo los brazos en grandes gestos mientras hablaba. -...¿Quieres aventurarte a lo más profundo del bosque, adentrarte en la oscuridad, enfrentarte a una bestia a la que nadie sobrevivió, encontrar una planta mágica...y todo eso para romper la maldición de Mac?- ella miró a su amigo fijamente.

-Básicamente- asintió.

-No ibas a irte sin mi, ¿o si?- se cruzó de brazos.

-Por eso estoy aquí- sonrió, sabiendo que su amiga se uniría a su loca aventura incluso si no se lo pedía porque era su mejor amiga y porque también quería mucho a Mac, ambos llevándose muy bien desde que MK lo había presentado.

-Bien- asintió, satisfecha. -Recogeré mis cosas- junto algunas cosas que pensó que serían necesarias en una mochila y se la puso. -Vamos, iremos en mi bici- se escabulleron hasta el taller, donde tomaron la bici de ella, mejorada y casi pareciendo más una moto que una bici, MK aceptando el casco prestado y subiéndose detrás de su amiga, aferrándose a ella mientras conducía hacia el bosque. Iba a cumplir con su palabra, iba a liberar a Macaque.

~Monkie Kid~ 1️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora