~Monkie Kid~ 1️⃣

Atados #5

Alguien me hizo el comentario de un Wukong celoso de MK y Macaque, así que no pude evitarlo xD

Espero que les guste~

Nota: No es shipp pero pueden tomarlo como quieran ^_^

Nota-2: No supe como terminarlo pero ñe, creo que quedo bien :3

Wukong noto la extraña cercanía de Macaque y MK en horarios de entrenamiento, donde por alguna razón el mono de pelaje oscuro se unía usualmente, también entrenando o simplemente como espectador, eso dependiendo de su humor. No lo molestaba, por supuesto que no, pero distraía a su alumno. Lo dejo quedarse solo porque el niño parecía contento con su presencia, por nada más que eso.

La primera vez que lo vio, fue sorprendente al decir verdad. Fue después de un intenso entrenamiento, dejando a Wukong con una sonrisa orgullosa y a MK agotado hasta los huesos pero satisfecho.

-¡Bien hecho, Kid!- sonrió, despeinando el cabello castaño y ganándose una risa cansada del menor. - Vas muy bien, aprendes rápido-

-Gracias, Monkie King- agradeció, feliz por su entrenamiento y por las palabras de su maestro. Bostezo ampliamente, iba a ser difícil levantarse en la mañana.

-¿Listo para irte, MK?- Macaque, quien había estado sentado mirándolos de vez en cuando y leyendo un libro, se levantó de su lugar, cerrando su libro. El castaño bostezo nuevamente y asintió, acercándose al mono. Pará sorpresa del dios, el menor extendió los brazos, esperando. -No voy a llevarte, Kid- bufo ante la pose.

-Por favor~- lo miró con expresión suplicante. Estaba adolorido y cansado, sólo quería dormir, ducharse y volver a dormir. El de pelaje oscuro rodó los ojos, obviamente divertido.

-Eres un flojo...- el dios vio, con sorpresa, como Macaque agarraba su libro con su cola para tener las manos libres. -...y estas mimado- agregó, riendo al escuchar el suave tarareo del chico. Se acercó y alzó al menor, pasando uno de sus brazos por debajo de las rodillas y otro por detrás de la espalda del chico, quien se acomodo rápidamente y recostó su cabeza contra el hombro del mayor, ya medio dormido. -Lleva esto, al menos- dejó caer el libro sobre el mortal, quien murmuró algo entre dientes pero rápidamente abrazo el libro. Los ojos del par de monos se encontraron, la sonrisa del de pelaje oscuro agrandándose un poco. -Esta super mimado~- comentó con burla.

-No...lo...estoy- murmuró MK, levantando débilmente su brazo y golpeando la cara ajena antes de bajarlo nuevamente.

-Mimado~- bufo ante eso. -Mas te vale que des la orden porque no pienso llevarte caminando hasta tu casa- gruño al ver los ojos cerrados del chico.

-Vamos a casa- murmuro, adormilado, la corona del mono brillando ante la orden.

-Adiós Wukong- le mostro una sonrisa divertida antes de hundirse en una sombra, dejando al tieso y sorprendido dios solo. Parpadeo, sin creer lo que había visto. Si, eso era nuevo.

Lo vio mucho a partir de allí, en pequeños gestos y por todas partes. Con MK dando abrazos con grandes sonrisa o simplemente enganchando su brazo con el ajeno y con Macaque simplemente sonriendo con tranquilidad, luciendo casi resignado.

Llego a un punto de ruptura en un día particular, todos reunidos simplemente para pasar el rato y comer como familia. Ahí fue cuando lo vio.

Wukong tenía los dientes firmemente apretados, usando todo el autocontrol posible para no gruñir. MK estaba sentado cómodamente en el suelo, comiendo chocolate al parecer y con su bandana en su regazo, mientras que Macaque estaba sentado tras él, pasando sus manos por el cabello castaño. Eso era un gesto intimo, familiar, entre mono y verlo entre esos dos fue molesto. Ya estaba pensando en formas de hacerle pagar al mono de las sombras, el próximo entrenamiento seria fatal.

-Tu cabello es un desastre...- murmuro el mono de pelaje oscuro, ignorando por completo la mirada fija y fulminante en su nuca. Sabía que Wukong estaba allí, molesto por su cercanía a su sucesor pero Macaque no iba a alejarse. El chico le agradaba y además, molestar al dios era su parte favorita de todos los días. Desenredo unos nudos, pasando sus dedos entre el cabello castaño, MK tarareando una ligera melodía, cómodo con lo que se había vuelto un gesto muy natural por alguna razón. Macaque simplemente sonrío ligeramente, escuchando los gruñidos llenos de enojo venir del mono de pelaje más claro.