𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

[04]

— Alastor Moody. – comenzó a presentarse el hombre que los alumnos tenían delante.

“Tengo sueño”  leyó Theo el pergamino que me había dado su amiga y el hizo una mueca asintiendo. La voz de su profesor se escuchaba pero entre ellos cambiaban trozos de pergaminos.

“ Me da malas vibras” respondió en un pergamino Theo y la Snape sonrió negando. Miró a los ojos a su amigo “ Inútil malvibroso ” le dijo sin soltar sonido alguno.

— ¿Preguntas? – Amaris miró al profesor y luego le resto importancia comenzando a dibujar sin muchas ganas en el pergamino. El hombre miraba a cada uno de sus alumnos y por supuesto se había percatado de lo que hacía la Snape sin embargo no dijo nada. — Bien. Cuando se trata de artes oscuras, aplicó el método práctico.

Theo y Amaris se miraron alzando ambas cejas y bajando las de inmediato, ambos se encogieron de hombros y siguieron con lo suyo.

— Pero primero, ¿Quién puede decirme cuántos maleficios imperdonables existen?

— Tres, señor. – escucharon la voz de la Gryffindor que había respondido de inmediato.

—¿Por qué se llaman así? – pregunto el hombre tomando una tiza, comenzando a escribir en la pizarra con algo de prisa.

— Porque son imperdonables. Si un mago los usará...–Amaris levantó la vista buscando a la chica que respondía, pero no me podía ver, debido a que se encontraban en la misma fila de mesas y algunas cabezas le estorbaban.

— Se ganaría un boleto directo a Azkaban, correcto. – dijo terminando de escribir y regresando su mirada a sus alumnos. —El ministerio dice que son muy jóvenes para ver sus efectos. ¡Pero yo opinó lo contrario! ¡Necesitan saber a qué se enfrentan! ¡Y necesitan estar preparados! ¡Y creo que necesita encontrar otro lugar para poner su goma de mascar, señor Finnigan! – grito terminando de escribir.

— Increíble, creo que ese loco puede ver de espaldas.– murmuro el chico Gryffindor mirando a su compañero de mesa.

El nuevo profesor no tardó en aventarle la tiza al chico que momentos atrás guardaba su goma de mascar debajo de la mesa.

— ¡Y escuchar todo lo que dicen! – los alumnos parecían estar perplejos por lo sucedido, algunos Slytherin sonrientes, Amaris por su parte, fruncia levemente el entrecejo tratando de analizar tranquilamente al hombre. — Bien. ¿Cuál analizamos primero? – pregunto poniéndose delante de la mesa de Harry Potter. — ¡Weasley!

— ¿Sí? – pregunto encogiendose de hombros miedoso, Theo sonrió y se apresuró a escribir algo en un trozo de pergamino.

“ Ha hablado como chica. ¿Será homosexual?” Amaris sonrió negando sin responderle y siguió observando a su profesor.