𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

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Estaba cometiendo un error, por supuesto que lo hacía y estaba consciente de ello, sabía que estaba siguiendo los pasos de su padre y aún así no le importaba, ya era mayor de edad y haría lo que se le antojara.

Abrió los ojos percatandose de la habitación llena de oscuridad, de inmediato miró a su lado derecho, encontrando a su acompañante.

Amaris no tardó en salir de las sábanas para levantarse completamente desnuda, miró la hora y su marca, aún no era tarde. Miró a la mujer y luego entro al baño para comenzar a ducharse.

El agua fría recorriendo por su cuerpo que se encontraba sucio, no en si de sangre o mugre, en si eran de sus propios jugos y los de la mujer que se encontraba dormida.

Luego de unos minutos Amaris se encontraba vistiéndose, acomodaba su chaleco de gala cuando la mujer se le acercó.

— Lárgate. – ordenó Amaris, la bruja miró por el espejo el cuerpo desnudo de la mujer, siguió vistiéndose notando la molesta de la pelinegra, la Snape ni siquiera le importaba solo ver cómo se veía. — ¿Me veo excelente no?

— Vete al carajo. – la mujer tomo sus cosas y salió de inmediato del departamento.

Amaris siguió con lo suyo hasta que sintió el ardor, se había demorado que ahora sí ya era tarde. Tomo su varita y bajo las escaleras tranquilamente, una vez fuera del edificio, saco su varita para pasarla por su rostro y este cubrirse por la máscara de los mortifagos, los muggles no tardaron en ver en el humo negro que la chica se convertía.

Por supuesto que los gritos llegaron a los oídos de Amaris, le resto importancia y siguió hasta que llegó cerca de la dirección del famoso Harry Potter, ya había llegado con retardo, pero ya estaba ahí.

Hechizos dando por todos lados, gritos, y algunas cosas más que Amaris trataba de ignorar, la chica fue en busca de Harry, pero su sorpresa fue al notar que había siete.

La chica apretó los labios, había sido un acto estúpido, de esa manera podrían matar a quienes fueran los que tomaron la poción. Encontró a Remus Lupin y soltó una pequeña sonrisa, se veía un tanto cansado, miró a su alrededor y protegió a esos dos, ni siquiera le importaba Hermione Granger.

Amaris seguía enfadada por lo que la castaña le había dicho, la extrañaba pero no le protegería, no le daría la satisfacción de ver cómo se humillaba por ella, aunque quizá la chica no estaba pensando con claridad, ninguna de las dos.

Y menos Amaris al distraerse acostándose con variedad de personas.

Remus miró atrás viendo el mortifago que les seguía, un rayo verde salió de su varita y Amaris lo esquivo.

La chica apretó la mandíbula, miró a su izquierda apuntando al mortifago que estaba por atacar a Remus y su Potter. El mortifago de inmediato comenzó a caer, la Snape monto con los dos que estaban ahí y de inmediato Remus le apunto.