𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

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La de ojos azules sonrió abiertamente al ver a aquel joven. Sus ojos brillaban con intensidad y su corazón daba brincos, pronto parecía desfile uno seguía al otro hasta que dio un brinco al sentir una mano sobre su hombro.

— ¿Esta usted enamorada señorita McKinnon?

— ¡Por las barbas de Merlín! – puso su mano sobre su pecho sintiendo su corazón latir con rapidez la joven rió burlona para luego de abrazada.

— ¿Y bien? – pregunto conteniendo su emoción, pero aún así le costaba pues la transmitía por sus ojos y su sonrisa.

— ¿Y bien...que...? – pregunto confundida para la joven rodada los ojos y dar pequeños brincos.

— ¿Dónde está? – hablo emocionada pero desesperandose al ver a su amiga sin comprender.

— ¿Dónde está quién...? – justo cuando la chica  estaba perdiendo la paciencia y estaba apunto de gritarle se vio interrumpida.

— ¿Marlene? – pregunto el chico de gafas asomándose con los ojos muy abiertos.

— ¿Marlene? – repitió la pregunta el castaño asomándose por detrás del joven de gafas.

— ¿Marlene? – llegó Sirius corriendo al escuchar tal nombre, golepeando los cuerpos de sus amigos para estos prontos caer uno sobre otro. — ¡Marlene! – grito el Black levantándose de inmediato, ignorando las quejas de sus amigos.

El de ojos grises abrazo de inmediato a la rubia quien sonrió cerrando los ojos recibiendo al Black con mucho gusto. Marlene se aferró Sirius disfrutando el aroma del joven quien también gozaba abrazar a la rubia.

El de cabello largo abrazaba por la cintura a Marlene para elevarla un poco y mover de izquierda a derecha con una sonrisa, olvidándose por completo de la presencia de sus amigos.

Sirius sonreía con tanta felicidad al tener de nuevo a McKinnon en sus brazos, el olor dulce de la rubia entrando por sus fosas nasales.

— Nos quedaremos sin la rubia, Sirius, sueltala. – le dijo James cortando su momento, el sangre pura dejo un beso en la frente de la rubia para luego soltarla.

— Destruye hogares. – dijo Sirius viendo a James abrazar de bienvenida a la joven de ojos azules.

— ¿Cómo han estado? – pregunto la rubia mientras abrazaba a Remus Lupin quién dejaba un beso en la mejilla de Marlene quien sonrió viendo al chico castaño. — ¿Dónde está el pequeño Potter?

— Estaba por presumir te justo a mi niño. – hablo James sonriendo con orgullo. — Y yo por supuesto que me encuentro bien, los únicos deprimidos han sido Sirius y Lily.

— Que cariñoso... – murmuro viendo a James Potter haciendo señas para que lo siguieran.

Subieron todos dejando atrás solos a Sirius y Marlene quien los seguían hasta que se encontraron delante de una puerta.

— Si quieres próximamente podría existir un pequeño o pequeña Black. – susurró roncamente Sirius al oído de Marlene.

La rubia sonrió quitando lentamente la mano de Black de su cintura, Marlene paso su lengua por sus dientes aún con su sonrisa y se adentro a la habitación en la que se encontraba en resto.

Miró al pequeño Potter que sonreía tiernamente al ver a mucha compañía con sus padres.

— Lo lamento tanto, Lily. – dijo la rubia poniendo su mano en su hombro en señal de apoyo, todos le miraron confundidos. — Se parece tanto a James. Gracias a Merlín que...– se detuvo al ver que estaba por arruinar todo. — Que tiene mínimo tus ojos.