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— Esto es muy, muy peculiar

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— Esto es muy, muy peculiar. – decía el señor Weasley.

Amaris se sentía incómoda en aquel lugar, sintiendo que estaba de más ahí, agregando que sentía la mirada penetrante de Sirius y de cualquier otra persona.

— No entiendo, ¿Qué tiene el ministerio de magia en mi contra? – cuestionó confundido mientras todos se callaban.

— Que lo vea. – decía Ojo loco quien se encontraba de pie a un lado de Amaris. — De todos modos lo sabrá.

Amaris se acomodo incómoda al seguir sintiendo la mirada de Sirius sobre ella, en realidad casi no solian incomodarle las miradas, pero aquel hombre le causaba...en realidad no sabía que le causaba, pero debía decir que si se encontraba agradecida, pero a la vez desconfianza al saber que era una persona prejuiciosa.

Miró a Harry que le compartía el profeta para que lo leyeran juntos, pues estaba al tanto de que Amaris no quería leer el profeta, y el tampoco lo leía así que pensaba que quizá sería buen momento para por fin leerlo.

“ EL JOVEN QUE MINTIÓ” era lo primero que se leía en letras grande Amaris no leyó más, con aquello le bastaba para saber el resto.

— También han atacado a Dumbledore. – informo el padrino del famoso cuatro ojos, Amaris al no saber que hacer, sin saber exactamente de qué serviría escuchar aquello. — Fudge está usando todo su poder y su influencia en el profeta. Para desacreditar a cualquiera que diga que el señor tenebroso regreso.

— ¿Pero por qué? –pregunto sin comprender.

— El ministro piensa que Dumbledore quiere su puesto. – le explicaba Remus Lupin, Sirius observaba el rostro de Amaris, buscando que en algún momento demostrará una expresión para saber que era lo que pensaba de lo que hablaban, pero jamás demostraba sorpresa, o incredulidad, siempre un semblante serio y cansado.

— Pero no es cierto, nadie que tenga un poco de  sentido común creería eso. – dijo mirándole con incredulidad.

— Ese es el punto. Fudge no tiene sentido común, el miedo lo tiene paralizado. – respondió. — El medio hace que la gente hagan cosas terribles, Harry. La última vez que Voldemort tomo el poder casi destruyó lo que más valoramos. – contó mirando por un corto tiempo a Sirius. — Ahora que regreso, supongo que el ministro va a hacer cualquier cosa para evitar enfrentarse a la horrible verdad.

Harry bajo su mirada al profeta, Amaris ya ni siquiera dibujaba, solo hacia trazos sin sentidos. Escuchando lo que decían, mirando de reojo a la castaña.

— Creemos que Voldemort quiere volver a reconstruir su ejército. – comenzó a contarle mirándolo, la chica tomo interés por ello pero no lo demostró y siguió dibujando, si es que así podía llamarse. — Haces catorce años, tenía a muchos bajo sus órdenes...– decía mirando de reojo a Amaris, está se percató de ello, sabiendo perfectamente que lo decía por su padre, uno que tal vez no lo era. —...no solo brujas y magos, si no toda clase de criaturas.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora