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La chica abrió los ojos sintiendo el frío invadiendo su cuerpo, lo único que veía era oscuridad, miró el reloj con dificultad haciendo que entrecerrara un poco los ojos para lograr ver la hora.

Miró a su lado entrando un pequeño perro profundamente dormido, se sentó en la cama encendiendo la lámpara que se encontraba junto de su cama, cuidadosamente abrió el cuadernillo, tomo una pluma y comenzó a escribir con una gran tranquilidad.

Amaris arranco la hoja en la que recién había escrito la doblo y se levantó caminando, en cuanto sus pies tocaron el suelo sintió de inmediato lo helado que se encontraba este.

Abrió cuidadosamente una jaula y dejo en pedazo de papel doblado en la parte baja de la jaula, saco su mano caminando a la cocina, encendió la luz y abrió su pequeño refrigerador sacando un poco de comida fría y la coloco en el microondas.

Sirvió un poco de café mientras esperaba a que aquel sonido llegará a sus oídos para poder comer, tomo un trozo de pan y camino de vuelta a la jaula dejándole el trozo a la lechuza.

Encendió la luz de la sala y regreso a la cocina sentándose en la barra, comenzó a escribir sin escuchar ruido alguno, todo era silencioso y solitario.

La chica se levantó y tomó una cuchara para sacar su platillo del microondas luego de este haber sonado.

Se sentó comenzando a comer con tranquilidad mientras leía lo que había escrito, miró el cuadernillo y tacho algo. Dobló el pergamino y lo metió en un sobre para luego dejar su sello.

Salió sintiendo el frío aire golpeando su cuerpo semidesnudo, abrió una jaula y le dio la carta al búho que de inmediato voló.

La chica regreso y se sentó a tomar su café, lo tomo con una mano y con otra su cuadernillo para luego caminar hacia su habitación, dejo la taza en el buró mientras seguía perdida entre las letras de su cuadernillo.

Amaris se encamino a su clóset sacando un conjunto, tomo el pantalón color marrón y siguió leyendo distrayendose en eso sin seguir vistiéndose.

La chica había permanecido unos tres días encerrada en aquella casa, tratando de enfocarse en lo que debía buscar, y ahora mismo que lo había encontrado quería ir a Hogwarts, ese no era su misión pero ayudaría a Harry a terminar lo más pronto posible lo que le habían encargado.

Dio un sorbo a su café mirando el cuadernillo hasta que escucho dos toques leves en la puerta de la entrada de su pequeño (no tan pequeño) departamento.

Distraída camino hasta llegar a la puerta y abrirla sin despegar la vista del cuadernillo, en cuanto no escucho que hablarán cerro su libro levantó la cabeza para luego lentamente mover sus ojos hasta llegar a los ojos grises de aquel chico rubio.

- ¿Que sucede? - pregunto haciéndose a un lado para que el chico pasará pero este alzaba una ceja sorprendido.

- Creo que se te ha pasado ponerte algo. ¿Te he atrapado en pleno acto? - pregunto divertido y Amaris negó abrochandose el pantalón.

- Me has atrapado vistiéndome, no tiene mucho que he despertado.

- Tienes el cabello húmedo, parece que recién te has duchado. - señaló con su largo y pálido dedo índice. - No creo que te acabas de despertar.

- Mi cabello demora para secarse y me he duchado antes de dormirme así que he de decir que por ese motivo no se ha secado. ¿A qué venías? - el chico entro mientras Amaris cerraba y Draco miraba cada detalle del departamento.

- Excelente vista, ¿Alguien sabe que tienes departamentos? Te tomarían por traidora, lo eres pero no es un excelente momento para que la gente lo sepa.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora