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Amaris entro al despacho y frunció el entrecejo al ver a Theo dentro de estás.

- ¿Que haces aquí? - pregunto el chico sorprendido mientras Amaris alzaba una ceja.

- Estaba por preguntar eso, pero bueno es el despacho en el que la mayor parte del tiempo se encuentra mi padre así que he venido a verlo, pero ahora mismo no está. - dijo tratando de dar una sonrisa que era una clara mueca. - No tardará en llegar digo, supongo que te cito, suerte. - dijo caminando de regreso a la salida.

- ¿Te vas? ¿Así nada más? ¿No te importa saber porque estoy aquí?

- Bueno, no es de mi incumbencia, quizá quieras consultar algo con él dado los estúpidos maestros de Artes Oscuras o tal vez has hecho algo que te hizo llegar acá. - dijo restándole importancia, solo quería preguntarle algo a su padre, algo que no le llevaría ni cinco minutos y luego irse dormir porque se sentía muy agotada. - Suerte otra vez.

- ¡Ey! - le llamo haciendo que Amaris se girará confundida. - Perdón...- murmuro apenado al haber gritado sin necesidad. - ¿Estás bien, Flo?

La preocupación era lo único que decían sus ojos y su expresión facial, la chica inclino un poco su cabeza pero termino por asentir.

- Sí, muy bien, gracias.

Theo se paró con rapidez antes de que la chica volviera a hacer por irse.

- ¿Todo bien entre nosotros...verdad? - su preocupación era inmenso, incluso parecía que le daba miedo escuchar la respuesta.

- Clado que sí, Theo. Solo estoy cansada y quiero dormir, podríamos hablar otro día. - sugirió y el chico hizo una mueca observando por un largo tiempo a su amiga.

¿Qué les pasaba? ¿Por qué ya no se contaban todo, hasta lo que no debían? ¿Por qué ya no reían hasta que les dolía el estómago y les salían lágrimas de la risa? Aquello provocó un nudo en la garganta de Theo, extrañaba a su mejor amiga, las veces que criticaban a la gente de vez en cuando, ¿En qué momento había cambiado todo eso entre ellos?

- Antes solíamos hablar todos los días y nos reíamos hasta que nos faltará el aire... - murmuro Theo con una mueca y una mirada de tristeza.

- ¿Es un reclamo? - pregunto la chica frunciendo el entrecejo y mirando los ojos tristes de su amigo.

- No... - respondió con sinceridad tragando en seco, todo era tan diferente. - Es nostalgia. - hizo una mueca, sabía que las cosas cambiarían, pero jamás imagino que entre todas esas cosas fuera su amistad con Amaris.

Amaris mordió su labio inferior, era cierto, pero es que sentía que casa vez que tenía cerca a alguien solo provocaba que terminarán dañados. No quería que sucediera con Theo, además no mentía, se sentía muy cansada así que el chico había elegido mal momento para querer platicar con ella.

Pero se sentía culpable, no es que no quisiera a Theo, por supuesto que lo quería, amaba a ese chico, pero no podía permitir que le hicieran daño como ya había sucedido con Hermione.

Además ahora no tenía mucho de que platicar, solo eran problemas y más problemas, no quería que Theo se llenará de sus problemas cuando tenían suficiente con vivir un infierno dentro del colegio, nada era igual.

No quería que su amigo se aburriera porque ella le hablara de lo único que tenía por hablar, no quería que el chico pensara que lo estaba ocupando como psicólogo, que sí, se quería liberar de todo lo que sentía, desahogarse, pero Theo ya tenía suficiente con vivir entre los problemas de la segunda guerra mágica.

Amaris miró a Theo lista para decirle parte de lo que sentía acerca de lo que el estaba hablando pero la puerta se abrió y Amaris no se giro a mirar a su padre.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora