𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

[56]

Amaris camino hacia el gran comedor cuando fue detenida, pues le tomaban de la mano.

— Hola. – saludo la castaña sonriente.

— ¿Qué hay? – preguntó entrelazando sus manos mientras miraba hacia al frente buscando a alguien. — ¿A qué se debe que te acuerdes de mí?

— Me parece que has estado bastante ocupada en no se que y no se dónde, no me tires la culpa a mí.

— Es cierto, ¿Te parece si te veo luego? ¿Sí? Fantástico. – dijo tomando de las mejillas a Hermione para depositar un beso en sus labios y tratar de caminar hacia el rubio, pero antes de eso la Gryffindor negó deteniendola.

— No. Está vez no. – le dijo mirándola con seriedad, la pelinegra miró al rubio quien asintió tratando de comprender. — Ni siquiera sé si estás bien.

— Estoy en perfectas condiciones, Hermione. Mírame, luzco mejor que cualquier año en Hogwarts. – le dijo mirando por detrás de la castaña, quién estaba apunto de mirar cuando Amaris le besó. — ¿Cómo estás tú?

— Preocupada por ti.

— ¿Por mí? No he dado razones para que te preocupes por mí. – dijo la pelinegra pasando su pulgar por los labios de la castaña.

— ¿Segura? En definitiva yo creo que sí, tu comportamiento es extraño.

— Quizá el amortentia que me has dado este haciendo efecto. – bromeo viendo la mala cara que ponía la castaña. — Que humor, si quieres puedo cambiarlo. – me dijo acercando sus labios a la mejilla de la chica y comenzando a bajarlos lentamente por su cuello, dejando un camino húmedo por este, Hermione inconcientemente movió su cuello para darle más camino a la chica.

— No. – reaccionó viendo la sonrisa de la chica una vez que le había separado.

— Bien, no tengo nada, solo trato de no ser tan aburrida. Estaré a tu disposición hoy y todos los días que quieras.

— ¿Desde cuándo aceptas que eres aburrida?

— Era aburrida. – recalcó viendo la sonrisa de la chica, está le sonrió y la tomo de las manos. — Si quieres ahora mismo puedo volver a bailar contigo O Children.

— Vaya, ¿Que otro cambio habrá? ¿Te vas a teñir el cabello?

— En realidad soy rubia por naturaleza, pero me va mejor el castaño. – dijo mirándola fijamente, para la chica comprender después de unos segundos.

— Y el traje y los lentes también. – agrego y está asintió. — Hay algo que debo contarte.

— Soy toda oídos. – respondió depositando un corto y casto beso en los labios de Hermione, para caminar con ella abrazándola por la cintura.

— Es extraño, el libro que Harry ahora tiene, no me da confianza...

— Cariño, explicate mejor. – le dijo ignorando las miradas que tenían sobre ellas. — ¿Que libro?

— Claro, Harry no obtuvo una E en pociones y con tu padre era obligatorio obtenerla, pero la profesora McGonagall le a sugerido que fuera ya que con el profesor Slughorn no era así, lo que lleva a qué Harry no tenga libro y le han prestado uno, pero es viejo y....no se separa de él.

— Potter tiene su lado oscuro. – sonrió acariciando con su lengua el interior de su mejilla. — ¿Y que sabes sobre el libro?

— Aún no lo sé, pero duerme con el libro, además... ¿Acaso no pones atención a las clases de pociones? Slughorn cree que es excelente en pociones.