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Amaris acomode su corbata mirando desde la entrada del gran comedor, el director del colegio sentado en su silla, profesores y alumnos sentados mirando hacia el anciano.

Sus planes se habían arruinado, no iría a la casa de el Malfoy, sabiendo que tal vez podría estar Lord Voldemort ahí, pues los Malfoy' s le eran muy fiel a el mago tenebroso.

Quizá ese año no saldría de casa, para dibujar lo del mundo muggle, tal vez estaría en casa encerrada, sin salir de ahí. Relamente no me hablaba a nadie que no se tratara de Theo y Draco, inclusive no había hablado con su padre.

— Hoy...sentimos...– resonó la voz del viejo director por todo el gran comedor. —..una terrible perdida.– dijo  por supuesto con el mismo desánimo que todos los que se encontraban presentes, el anciano se levantó. — Cedric Diggory era, como saben...un trabajador incansable...– se detuvo de hablar mientras avanzaba a cortos y lentos pasos, mirando a los alumnos y profesores. —.....infinitamente honesto...y lo más importante...un fiel...fiel amigo. Por tanto creo que tienen derecho a saber cómo murió.

Dejo de hablar mirando el suelo aún avanzando, bajando las escaleras y volver a mirar a todos.

— Sí. A Cedric Diggory lo mató Lord Voldemort. – les informo, quizá confirmo, pues era uno de los rumores.

Amaris se recargo en el marco de puerta esperando a que aquello terminará para poder marcharse lo más pronto del colegio.

— El ministro de magia no quería que se los dijera. Pero el no hacerlo, lo considero un insulto a su memoria. – hizo una corta pausa, dónde algunos sollozaban, Amaris inconcientemente miró hacia Hermione quien lo hacía. — El intenso dolor que sentimos ante está perdida, me recuerda...nos recuerda, que aunque venimos de diferentes lugares y hablamos diferentes lenguas, nuestros corazones, laten como si fuera uno solo. Dados estos sucesos...los lazos de amistad que hemos formado este año serán más importantes que nunca. Recuerden esto...y Cedric Diggory no habrá muerto en vano. Recuerden esto...y honraremos a un chico que fue...justo y honesto.... valiente y fiel...hasta el último momento.

Amaris mordió su labio y camino por los pasillos pasando la sonrisa de Cedric por su cabeza, sabiendo que siempre le había molestado y al chico le divertía verla de aquella manera, intentando llevarse bien con ella y ella evitandolo.

— Amaris. – le llamo una suave y dulce voz, Amaris disminuyó la velocidad de sus pasos y vio una sonrisa por el rabillo de sus ojos. — ¿Te encuentras bien? – preguntó tomándola de la mano y Amaris le miró fijamente a los ojos.

— Bastante bien. – dijo dándole un ligero apretón de mano. La chica le dio una ligera sonrisa tratando de ver a una Amaris con un semblante más relajado.

— Este año, no pudimos hablar demasiado...pero puedes contar conmigo tal como yo lo he hecho contigo. – Amaris asintió, la fuerza para formar una sonrisa le era demasiada. — Me agradaría felicitarte por el torneo, pero se muy bien que no querías eso, y que lo que sea que haya sucedido ahí dentro, no es algo que quieras compartir, pero no fue algo muy bueno.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora