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O tal vez si, Amaris levantó la vista al sentir que una luz blanca se daba a notar justo detrás de Lucius Malfoy.

El rubio giro a mirar confundido a sus espaldas encontrando a el famoso Sirius Black, Amaris no sabía si aquello le alegraba, pero sonrió ligeramente.

— Aléjate de mi ahijado. – dijo para no tardar en estampar su puño cerrado en su rostro.

Tras aquello no tardó en ver a más luces blancas hacerse a notar, Amaris hizo una aparición llegando justo detrás del mortifago que tomaba a Hermione y este quedó petrificado.

— ¿Por qué no te marchas antes de que realmente te hagan daño? – pregunto Amaris mirando hacia Harry y Sirius, antes de que pudiera responderle la de cabello negro apareció detrás de ambos magos y defendiendoles la espalda. — ¿Deberé protegerte siempre la espalda, Sirius? – el hombre sonrió y la chica se alegro de ver al hombre de nuevo. Amaris miró a su alrededor y luego sin pensarlo dos veces abrazo hundiendo su cabeza en el pecho del hombre quién sintió la calidad de aquel abrazo, sonriendo abiertamente. — Debo admitir que jamás me había alegrado tanto ver a alguien.

— Que sentimental te has vuelto, Ama. – la chica asintió separándose mirando los ojos grises del hombre, la chica movió el brazo cubriendo al hombre al ver qué el hechizo de Lucius Malfoy estaba por darle a Sirius.

— Quizá en las siguientes vacaciones cambiaré tanto al nivel de tener que abrazarte en cada segundo. – dijo defendió a Harry que lo atacaban por la espalda, este agradeció asintiendo para ponerse del lado de Sirius atacando al mortifago que estaba por atacar la espalda de Amaris.

— Sin duda tienes buenos gustos, tengo mucho que decir acerca de los libros. – comentó haciendo que Amaris sonriera y siguiera defendiendose del mortifago mientras Sirius se encontraba a duelo con Lucius Malfoy. — Jamás creí que se sentiría genial hablar en pleno duelo. Estás vacaciones te enseñaré lo que son verdaderos duelos. – dijo mientras Amaris mantenía de rodillas al mortifago sin poder moverse.

— O tal vez sea al revés, si acabas con este, te daré lecciones de como ser mejor mago, Harry. – comento la chica y este sonrió, pero su padrino le ganó, el chico apunto al rubio quien fue desarmado.

— ¡Bien hecho James! – dijo el hombre Black y Amaris miró al hombre frunciendo ligeramente el entrecejo. Con movimiento ágiles del hombre, Lucius Malfoy soltó un quejido, levantando ambas ambos en señal de rendimiento cuando esté fue expulsado hasta topar con pared, Amaris sonrió haciendo un ruido de victoria y Sirius miró a sus dos chicos.

Sin duda eran como sus hijos, y ambos le tenía un amor paternal, era notable que ambos jóvenes se encontraban felices de verlo.

— ¡Avada Kedavra! – la sonrisa de Sirius seguía mientras el impacto de la maldición y su cuerpo sin vida caía en el arco, pero la sonrisa de ambos chicos se desbarató tan drásticamente.

Ambos observaron los ojos grises del hombre que les miraba, todo se volvía tan lento, lo cual no les venía bien, aquello era una tortura.

Amaris miraba incrédula aquel cuerpo caía por el arco, todo esa presión en el pecho aumentaba demasiado que llegaba a lastimarla, pero este subía lentamente hasta su garganta, sus piernas estaban débiles, sus ojos tan frágiles como nunca, miró de dónde provenia la maldición, topandose con Bellatrix Lestrange.

Su labio inferior temblaba, y su corazón se había detenido, sus ojos se encontraban más abiertos que nunca, mordió su labio inferior viendo desaparecer el cuerpo de aquel hombre.

Este ya no estaba ahí, no había rastro de Sirius Black, era solo aquel arco. Como si aquel hombre jamás hubiera estado ahí, Amaris permanecía quieta, esperando que milagrosamente Sirius saliera por detrás del arco, quizá dar un paso pero sus piernas le fallaron.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora