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Gritos de celebración a su alrededor, Amaris escuchaba sin atención, solo voces, nada en específico

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Gritos de celebración a su alrededor, Amaris escuchaba sin atención, solo voces, nada en específico.

¿Había matado a aquel hombre? Sentada mirando la nada, miró asustada el cuerpo de Cedric Diggory al darse cuenta que aún lo tomaba.

Recordó todo lo sucedido, ¿Había dañado a alguien más? ¿Por qué fue incapaz de moverse para poder salvar al chico? Su muerte no era siquiera necesaria.

Había visto a Lord Voldemort regresar, torturando a Harry, el asesinato de Cedric Diggory, sentir como su varita se enterraba en el ojo del mortifago, sentir al sacarla, el sonido que esto provocaba, había estado apunto de matar a Viktor Krum, ¿Y había matado a un mortifago?

¿Había matado a alguien teniendo catorce años? Esa relamente no era su intención, no escuchaba nada de su alrededor, solo por su mente pasaban la luz verde estampandose en el cuerpo de Cedric que solo trataba de proteger a los tres, aquel hombre tirado en el suelo desangrándose.

Theo sonreía ampliamente gritando al ver a su amiga llegar, tal como lo hacían Draco, Zabini y Pansy.

Su sonrisa se borró al ver la manera en la que se encontraba la chica, con una mirada perdida y apagada, sentada sin hacer nada, sin mirar a su alrededor, sin irse lo más pronto posible para ni ver a nadie.

Estaba petrificada, Theo miró a el de gafas, viéndolo abrazar al chico Hufflepuff, sollozando sobre este, el cual ni siquiera se movía, no había señal de vida.

— Algo está mal...– murmuro el chico dejando de aplaudir y sonreír, haciendo que sus amigos fruncieran en entrecejo al verlo con una mirada de angustia.

No tardaron en escuchar el grito de Fleur Delacour, Theo negó, sabía que su amiga no se encontraba bien, que algo había sucedido en aquel laberinto, algo más de lo que debía suceder.

Severus al escuchar el grito lo primero que hizo fue mirar a su hija, sus mejillas llenas de raspones, su ropa sucia, y extrañamente sus ojos no eran azules, eran grises.

Aquella no era su hija, sabía que está no celebraría por más que ganará, sabía lo seria que era su hija, que no demostraba mucha emoción, pero esa no era su hija.

Estaba perdida, haciendo a un lado al que fuera, apresuró su paso caminando hacia ella con preocupación.

— Ama. – le llamo sin agacharse, esperando que está le mirará y se levantará, pero está seguía mirando la nada.

Pensando en el cuerpo de Cedric y en el del mortifago. Ambos estaban muertos, nadie sabía cómo salvarlo

Y por primera vez, Severus vio una lágrima resbalarse lentamente por la mejilla de su hija. No porque fuera la primera, se trataba de una adolescente, no de una niña que llorará por algo sin sentido.

Severus miró la mano de su hija cerca de la del Hufflepuff, paso su mano por todo el brazo del chico hasta llegar a él rostro, un color pálido, con los ojos abiertos y sin ningún movimiento en su pecho.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora