𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

[18]

— ¿Me permite? – le pidió Draco Malfoy viendo a su amiga tomando ponche, ella acepto y entraron en la pista, ambos ya no se veían tan bien peinados y con su vestimenta del todo bien.

— Hasta que no tienes el cabello como mango chupado. – se burló con seriedad mientras su amigo rodaba los ojos, el rubio recargo su mentón en el hombro de la chica.

— Bailar es agotador.

— Lo sé, pero también brincar, me alegra que ya se hayan marchado, es mejor todo tranquilo.

— Por fin de acuerdo en algo. – le dijo aún rodeandola con sus brazos por la cintura, mientras Amaris hacia casi lo mismo, a diferencia que ella en su cuello.

Theo sonrió viendo a aquellos dos juntos, sabía que no se habían dado el tiempo de compartir tiempo por sus diferencias, dejando olvidado su amistad.

— ¿Qué tal a estado está noche para ti? – le pregunto Amaris mirando los ojos grises de su amigo.

— No tan mala como lo esperaba, pudo haber sido peor. ¿La tuya?

— Creo que un tanto parecida. – respondió recordando que había besado a un desconocido delante de su padre.

— Otra vez estuviste sin tu gemelo. – dijo extrañado viéndola. — ¿Se han peleado?

— Nah, pero es un buen momento para que ninguno tenga que estar cuidando del otro, para estar sin el, la noche estuvo, tan loca como todas.

— Se siente como siete años atrás. – sonrió el rubio, teniendo sus recuerdos de años atrás donde en banquetes ambos se ponían a bailar tratando de distraerse.

— No lo creo, ahora los dos somos aburridos. – comento y Draco ladeó la cabeza como si lo pensara y después asintió.

— ¿Recuerdas cuando te caíste esa vez de las escaleras porque te empuje?

— ¿Me caí o me tiraste? – sonrió alzando una ceja, Draco sonrió encogiendose de hombros.

— Te caíste, a mí no me culpes porque estás tan tonta. – le dijo sonriendo divertido. — ¿Has hablado con tu padre?

— Ay no...– murmuro soltando aire con cansancio y Draco le miró fijamente.

— No creo que sea tan malo hablarle, quizá el pueda ayudarte con el torneo y todo esto.

— Ese es el problema, no lo hace, y yo no lo obligaré a hacerlo. Theo es suficiente ayuda.

— También cuéntame a mi. Aunque si pensé que sería una loca que disfrutaría que el público viera un dragón comerse un venado.

— Superalo, aunque me hubiera encantado que eso sucediera.

— Demente. – susurró viéndola incrédulo, ella se encogió de hombros.