[07]

2.8K 284 32
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






— ¿Te acompaño? – le susurró Theodore al ver qué su amiga se quedaba petrificada viendo al anciano que le miraba con lástima. — Ama...– puso su mano en la de la Snape y está reaccionó mirándolo.

— ¿Pero cómo....?– tartamudeo, Theo no tardó en darse cuenta que sus manos sudaban junto con un ligero temblor. — Yo no...

— Yo se que no lo metiste, nunca estuviste cerca del cáliz, pero ahora debes ir....se que harán algo para que estés fuera, eres menor de edad.

— ¿Y si no...? – sus palabras no se pronunciaban del todo bien, su voz temblaba al igual que ella misma.

— Estaré ahí para ayudarte siempre. – le sonrió dándole un pequeño apretón en la mano. — ¿Quieres que...? – ella negó caminando hacia donde se encontraba el director, el cáliz y el resto de profesores, incluyendo a su propio padre.

Caminaba demostrando tranquilidad, en realidad no lo estaba, y seguramente tendría una crisis nerviosa de no haber sido que se había tomado la poción y aún tenía su efecto.

Al llegar miró director de Hogwarts quien evitaba mirarla, ella acepto el pergamino que el viejo le extendía, al darle vuelta su corazón dio un vuelco, su nombre estaba escrito en el pergamino.

Camino por dónde el habían sido enviados el resto de campeones, sus manos sudaban sin parar, camino por el pasillo que se formaba en otras dos mesas hasta llegar delante de su padre quien estaba muriendo internamente desde el momento en que escucho su nombre.

— Hablaremos de esto después. – susurró tomándola del brazo suavemente y está estaba por decir algo pero asintió caminando por donde vio al famoso Gryffindor que se encontraba tan perdido como ella.

Al llegar un portón se abrió automáticamente, la chica no tardó en ver a tres campeones, ella bajaba tranquilamente las escaleras atrás de Potter que observaba a los mayores.

Los gritos de los adultos no tardaron demasiado para hacerse presentes. Cedric Diggory abrió demasiado los ojos y saludo con una sonrisa a la chica aún sorprendido.

— ¡Debes decirme que pasó! – grito el hombre con su claro acento búlgaro.

Amaris se mantuvo en el lugar que se encontraba mientras Potter retrocedia hasta chocar con ella.

— Lo lamento, de verdad perdona, no fue mi intención es que...– Amaris asintió sin darle demasiada atención y Diggory abrió la boca ofendido sin embargo por los gritos que eran incomprensibles de los adultos no dijo nada.

El viejo director no tardó en correr hacia el joven Potter, siendo acorralado, Dumbledore le sostenía de el cuello de su camisa y suéter, Harry daba a demostrar un poco su miedo y nerviosismo.

— Harry, ¡¿Tu pusiste tu nombre en el cáliz fuego?!

— No, señor.

— ¿Le pediste a algún estudiante que lo hiciera? – fue entonces que Amaris frunció el entrecejo y miró incrédula al anciano.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora