𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

[23]

— Snape. – le llamo y la chica siguió dibujando sin levantar la mirada. — Quiero de regreso mi pergamino.

Amaris paso hasta la última hoja de su cuadernillo y  la arranco para extendersela sin despegar la vista del cuadernillo.

— Se me cansarse el brazo, Granger. Tómalo ya y vete. – hablo como siempre con su tono bajo y cansado, regreso a dónde estaba su dibujo y al notar que la castaña no tomaba en pergamino levantó la vista, conectando sus ojos azules con los marrones.— ¿Qué?

— Quiero el que te entregué.– dijo firme, mirando a la chica pelinegra, la cuál regreso a dibujar.

— No me jodas. Lo he ocupado para dibujar, no te funcionará para nada, toma este, no te va a pasar nada por tomarlo.– respondió con obviedad, haciendo rápidos trazos finos con un lápiz.

— Es que no lo quiero para escribir, quiero ver qué has dibujado. – la chica frunció el entrecejo dejando de dibujar, mirando nuevamente a la castaña.

— ¿Qué dijiste? – dejo su lápiz entre las páginas, desconcertada por lo que escucho, pero quiso asegurarse de que si había oído bien.

— Que quiero ver qué has dibujado, por eso te di el pergamino.– respondió tratando de observar los otros dibujos, entre ellos el que estaba haciendo recién.

— ¿Me has dado un pergamino solo para que dibujara y te lo mostrará? – preguntó extrañada cerrando el cuadernillo.

— Ese día estabas dibujando con tu dedo en la mesa, quería saber que era lo que querías dibujar así que te he dado un pergamino, y ahora quiero ver lo que hiciste.– explico aunque realmente no estaba segura si tenía que hacerlo pues era sencillo de recordar aquello.

— ¿Y por qué te interesaría lo que dibujo? No tiene nada...especial, son simples dibujos. – dijo con simpleza.

— Déjate de rodeos, muéstrame el dibujo y ya. No es nada del otro mundo. – hablo cansada de que la de ojos azules hiciera a un lado por lo que en verdad había venido Hermione.

No es que se desviará completamente del tema, pero realmente Hermione quería ver qué era lo que la pelinegra había dibujado.

Amaris se encontraba confundida, solo había tres personas que se interesaban porque dibujaba, su padre y sus dos amigos.

De cualquier manera ya había pensado en darle de regreso el pergamino a la chica pero borrando lo que había dibujado, o dárselo así y que ella hiciera lo que quisiera con el pergamino. Pues no esperaba recibir nada de los Gryffindor.

Tomo su mochila buscando entre sus libros, hasta encontrar un pergamino que se encontraba saliendo de entre las páginas.

Se lo extendió a la chica en silencio, la castaña lo tomo desdoblando el pergamino para mirar cada detalle del dibujo, Amaris miró los ojos de la Gryffindor, que mantenía su vista en el dibujo.