𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]

[20]

— ¿Dónde estarán Ron y Hermione? – le pregunto Harry a Amaris, no esperando que le respondiera relamente, pero ella solo rodó los ojos.

— No lo sé. – dijo acomodando su bata para baño color verde esmeralda. — Joder, detesto este maldito torneo.

— En mi opinión te vez muy bien. – le halago y Amaris asintió. — ¿Esto cuando me lo tomo o como?

— Cuando Dumbledore de su aburrido y estúpido discurso.

— ¿Por qué me ayudas?– “ Porque por algo estoy dentro del torneo" pensó Amaris sin embargo se lo guardo.

— Porque yo no quiero ganar esta porquería, y quizá tú tampoco, pero eres muy idiota como para salir vivo de este torneo, así que te ayudaré a ganar, ese búlgaro me cae fatal, Diggory, bueno es Diggory, Delacour, es muy linda para ganar así que solo quedas tú, que me caes mal, pero al ser cuatro ojos, me compadezco de ti.

— En resumen, me ayudarás porque te caigo mejor que cualquiera de ellos. – Amaris estaba por asentir pero negó lentamente.

— El resumen es lo que te dije, tu supuesto resumen es muy tarado e incierto.– respondió secamente mirando que estaban por llegar y pronto tener que subir a la torre.

— Eres demasiado buena, para ser verdad. Aún no me creo que seas hija de el profesor de pociones.

— No. No soy buena, no confíes nunca en mi Potter, es una advertencia y consejo. Soy inesperada. – le dijo y Harry solo sonrió sabiendo que la chica solía salirle lo Slytherin.

— Es bastante extraño que no vengas con Nott. – le dijo y Amaris sonrió negando.

— Eres bastante idiota Potter. – murmuro subiendo a la torre.

— ¿Tu padre que piensa de que me hables? – le pregunto, muy interesado por la respuesta.

— Mhmm...– soltó sonriendo un poco. — Es muy probable que no le agrade ni un poco la idea, en realidad no lo sé.

— ¿No lo sabes? – pregunto más intrigado y confundido. Amaris negó dejándolo solo para acercarse a su amigo rubio.

— No diré nada, pero...ahggg ¿Dónde está Theo? – pregunto y Amaris rodó los ojos.

— Cierra la boca porque juro que te dejare de hablar. Esta...en un largo sueño. – le dio respuesta mientras Draco fruncia levemente el entrecejo.

—¿Cómo? – pregunto confundido, tomando la bata que Amaris le extendía. — Joder...¿No encontraste algo con que cubrirte? –pregunto viéndola con los ojos muy abiertos.

— Deja de mirar y aguarda aquí durante una hora.

Draco asintió y le dio una palmada de apoyo a su amiga.

— Suerte. – murmuro con una sonrisa, sabiendo que su amiga saldría de ahí sana y salva.

Amaris se puso en medio de el Hufflepuff y el Gryffindor, miró su reloj y oprimió un pequeño botón.