[26]

1.9K 232 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.









Amaris miró la marca tenebrosa en el cielo, viendo como de está salían humos negros, sabiendo perfectamente que se trataban de mortifagos.

— No me jodas...– murmuro sacando su varita con lentitud mirando desde lejos al mago tenebroso que su padre seguía seguir.

Los humos se convirtieron en personas aterrizando en el suelo, quedando delante de su gran amo, al menos se trataban de ocho mortifagos, sin contar al que acababa de revivir al líder de todos.

Amaris mordió su labio inferior y se movió sin hacer demasiado ruido, asegurandose de tener su mente cerrada en todo momento.

— Bienvenidos, amigos. – saludo mirando a los que le rodeaban en una rueda. — Han pasado trece años, y aún así...aquí están frente a mí, como si todo hubiera sido ayer. – siguió diciendo mirando a todos. — La verdad me siento muy....– dijo poniendo una mala cara y dando a notar de cualquier modo su tono molesto. — ...decepcionado. Ninguno trato de encontrarme. – dijo dando a notar que estaba enfadado. — ¡Crabbe! ¡Macnair! – nombraba mientras les quitaba las máscaras y estos caían debilitados en el suelo. — ¡Goyle! – grito haciendo lo mismo que con los otros dos.

Los seguidores se quedaban en el suelo sin mirar a la cara a su seguidor, si es que eso se podía llamar cara por supuesto. El amo de todos se acercó a el último que se encontraba de pie, lentamente.

— Ni siquiera tú....– dijo acercándose con lentitud al mortifago — Lucius...– dijo antes de quitarle la máscara y este caer de rodillas.

Amaris se detuvo al escuchar el nombre, en realidad no le sorprendía ni un poco. Era de esperarse que Lucius Malfoy, un fiel seguidor de el famoso Lord Voldemort

La chica solo estaba buscando el momento correcto,  no podría contra todos, no era nada contra ellos y lo sabía. Sin embargo ella siguió avanzando sigilosamente escuchando lo que decían.

— Hubo señales, mi resbaloso amigo. Y más de una pista. – dijo molesto soltando la última palabra.

— Le aseguro, mi Lord, que yo nunca he renunciado a la magia tenebroso. – Amaris hizo u a mueca ladeando la cabeza y asintiendo, miró con el entrecejo fruncido negando, mirando al padre de su amigo rubio, el hombre ya se había descubierto el cabello. — Está cara...– comenzó diciendo mientras se ponía de pie. — Que me he visto obligado a mostrar cada día, desde su.... ausencia.

El rubio de cabello largo miró al chico que se encontraba atrapado, Amaris negó.

— “Quién diría que se humillaria tanto ”– pensó jugando con su varita mientras que se arrastraba al observar que uno de los mortifagos miraba hacia ella.

— Es mi verdadera máscara. – Amaris trato de no reír por lo ridículo que sonaba, mordió el interior de su mejilla mirando a quien conocía desde que tenía memoria.

𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora