Amaris una vez que sintió sus pies tocando el suelo, miró a su alrededor, al menos McGonagall no le había mentido a dónde iría.
Tomo su lápiz y comenzó a poner figuras mal hechas, para pronto unirla de manera que Sirius, quién la veía, no comprendía, el hombre miró al resto de adolescente que tenía delante suyo, ¿Por qué Amaris lo primero que hacía era dibujar?
El hombre estaba por hablarle cuando está camino hacia las habitaciones, Sirius, suspiro y miro a los otros jóvenes.
Amaris frunció el entrecejo al notar sus iniciales en una puerta, abrió la puerta encontrando una habitación bastante oscura, la chica cerro la puerta y encendió la luz encontrando la habitación repleta de pinturas y distintos tipos de lápiz.
Aquello la agradeció, tomo un lienzo colocándolo en el caballete, se sentó tomando la paleta con distintos tipos de colores.
La chica comenzó a pasar el pincel por todo el lienzo, al no poder consentrarse, bufó, camino hacia la cama tomando la sábana, cuando estaba por romperla, encontró justo lo que quería, una bufanda ligera.
Se sentó dejando no muy lejos la paleta y pinceles, estiró la bufanda y la coloco cubriendo sus ojos, tomo más cosas con precaución pero con rapidez.
Siguió haciéndolo y se dejó llevar tratando de poder conseguir lo que quería. Era la segunda vez que lo intentaba de aquella manera, sabía que probablemente quedaría muy mal, pues la primera vez había sido una gran ruina que Amaris termino quemando.
Sentía el tiempo eterno, sus mejillas húmedas, deseando volver a ser envuelta por los brazos de Marlene McKinnon.
¿Por qué Amaris no pudo disfrutar de su madre? ¿Por qué Severus Snape? ¿Que eran aquellos gritos? ¿Por qué le parecían tan familiares los gritos? ¿Qué era lo que realmente sucedió? ¿Era un sueño? Porque Amaris descartaba aquello, la chica siempre soñaba en blanco y negro, sus sueños eran en tercera persona, no en primera.
No tenía la menor idea de cuánto tiempo llevaba encerrada, pero la de ojos azules estaba segura de que eran horas.
Su madre parecía divertida y ella todo lo contrario, la mujer era sonriente pero Amaris no, incluso llegaba a pensar que tal vez era como Sirius Black, tal vez por esl estaban juntos, ambos parecían saber divertirse.
¿Por qué no se parecía a ella? ¿Porque se tuvieron que morir todos los McKinnon y solo quedar ella?
¿Por qué Severus Snape tenía que tener la razón? Porque era cierto, estaba sola, no tenía a nadie, no tenía familia.
¿Cómo había conseguido ver a su madre? ¿Abrazarla y recibir pequeños besos de su hermosa madre?
Amaris paro de pintar dejo la paleta en el escritorio y movió su espalda hacia adentro para está tronar.
Quitó la bufanda y miro no muy convencida de la pintura. Se quitó la bata y trono su cuello cerro los ojos cons cabeza ladeada, respirando tranquilamente.
La chica semidesnuda no tardó en tirar todo lo del escritorio abriendo los ojos, ¿Por qué no comprendía nada? ¿Por qué se llenaba de preguntas y no obtenía ni una sola respuesta?
— ¿Todo en...? – Sirius se salió de inmediato al notar que la chica se encontraba semidesnuda, aunque estaba preocupado porque había alcanzado a ver las cosas tiradas.
Amaris tomo su bata y la puso atando la tira, la chica abrió la puerta encontrando al hombre de ojos grises.
— ¿Estás bien?
— ¿Dónde vivían los McKinnon? – preguntó Amaris mirando fijamente aquellos ojos.
— Ah...–el hombre observo los ojos azules de la chica, jurando que estaba mirando los de Marlene McKinnon. — ¿Por qué el repentino interés? Escucha se que debes saberlo porque eres la última y te interesa saber sobre ellos, ¿Pero crees que es lo adecuado?
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𝓐𝓵𝓮𝔁𝓲𝓽𝓲𝓶𝓲𝓪 [ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ]
FanfictionPronto estará corregida, en cuanto termine de escribir la historia. Subiré dos capítulos por día, con hora indefinida. Espero que les guste.