Capítulo 6 "Hermana Te Extraño..."

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DAVID

En la oscuridad de mi habitación escuchaba con bastante claridad el llanto de mi Madre cada noche, pero durante el día ella era una mujer fuerte y valiente ante mis ojos y ante los demás. Sin embargo... al caer la noche antes de dormir notaba que sus ojos estaban vidriosos, y aún así ella no lloraba frente a nadie. Fue así durante dos semanas, pero una noche en especifico Mamá soltó un grito desgarrador que despertó a todos, salí de mi habitación y fui directamente a verla, aunque sin embargo mi Padre no me dejó entrar a verla; él me había dicho que no era conveniente verla en aquel estado.

Sabía que mi Mamá sufría por la ausencia de mi hermana y sin embargo siendo un niño no podía hacer nada por ella más que estar a su lado y darle mi cariño y apoyo. Pero sabía que debía hacer algo porque ya no soportaba verla sufrir de esa manera, su loba interior estaba deprimida y su bruja interior ni se diga estaba igual o peor. Entonces miré hacia la ventana y caminé hacia ella observando la luz de la luna que estaba en su máximo esplendor iluminando todo a su alrededor.

Me mordí el labio recordando que a Eliane le gustaba mirar la Luna antes de dormir porque decía que al hacerlo se sentía más cerca de la diosa luna que siempre nos está cuidando en el cielo. Entonces comencé a creer que al mirar la Luna me sentiría más cerca de la diosa Luna en sí y también me sentiría más cerca de mi hermana.

Sé que nunca fui un gran hermano pero aún así ella me preocupaba y sólo deseaba que ella estuviese bien, que ningún cazador le estuviese haciendo daño de alguna forma, pero sabía que Eliane no era ninguna niña débil que se dejara intimidar.

Seguramente ella estaba causando problemas y estragos a esos Cazadores que muy posiblemente se estaban arrepintiendo de haber secuestrado a mi hermana, conocía a Eliane y tenía la clara certeza de que ella haría hasta lo imposible por escapar de esa gente y volvería a casa con nosotros, realmente extrañaba pelear con ella. Siempre que me encontraba en mi habitación durmiendo pensaba que en cualquier momento ella aparecería por aquella puerta blanca y me gritaría que se estaba haciendo tarde para ir a la escuela y eso siempre me lo hacía cada fin de semana.

Me despertaba cayéndome de la cama, para después vestirme rápidamente, salir de mi habitación corriendo con mi mochila en mano gritando: ¡Esperen! Mientras que Eliane estaba mirándome y soportando las ganas que tenía de reírse de mí, cuando me daba cuenta de su mentira era cuando veía a todos en la casa en pijama incluyendo a mi hermana. Todos me miraban como si estuviese loco y miraba a Eliane con deseos de ahorcarla y comenzaba a perseguirla por toda la casa reclamándole.

Y Papá iba detrás de nosotros y nos detenía cargándonos a ambos como un saco de papas. Extrañaba mucho esos momentos y quería realmente que regresaran porque la casa estaba tan triste y solitaria sin ella que ya nada tenía sentido sin su presencia.

Después del secuestro ya nada era igual sin Eliane, extrañaba a mi hermana menor y mucho.

Suspiré pesadamente mirando el cielo y todo lo que había en él, incluso llegué a preguntarme si Eliane estaba viendo lo mismo que yo estaba viendo en ese momento y si ella nos extrañaba tanto como nosotros, realmente quería pensar eso. Me alejé de la ventana y fui directamente a la cama, me arropé con mi colcha de estilo militar.

—Hermana te extraño... quiero que vuelvas.—Dije y luego de unos minutos me quedé dormido pensando en qué hacer para ayudar a encontrar a mi hermana.

(***)

ELIANE

Miraba por la ventana de mi habitación preguntándome cómo era posible que existiera un escenario tan hermoso como el cielo, mientras yo vivía en la oscuridad de mi nuevo entorno, que era mi nuevo hogar, mi nuevo sitio, mi infierno. Ya nada importaba ni siquiera me importaba saber si mi familia me estaba buscando o no. Realmente no lo sabía y preferí no pensarlo más, realmente no quería saberlo.

¿Por qué? Ni yo misma tenía esa respuesta. De todas formas ya nada importaba, ni siquiera me importaba si alguno de ellos miraba lo mismo que yo, el cielo nocturno estrellado de aquella noche de Luna llena. Su luz era tan pura y clara que al cerrar los ojos podía sentir su calidez pero al mismo tiempo no podía sentir nada. Mi cuerpo había sufrido tanto dolor que ya ni siquiera me pareció importante.

Ya nada me interesaba, ni siquiera el dolor que sentía por el veneno que me inyectaron cuando llegué a ese horrible lugar, nada me parecía importante pero algo muy dentro de mí me decía que... había algo importante pero no tuve ni las ganas ni el deseo de saberlo.

De todas formas yo sólo era un arma, según me habían dicho y que era importante que yo estuviera con ellos porque necesitaban mi ayuda para una tarea que nadie más que yo podía hacer. Entonces creí que si hacia esa tarea sería libre hacer lo que quisiera y lo creí firmemente, no tenía duda alguna de ello.

Sabía que pronto mi libertad sería un hecho, sin duda alguna. Entonces fue ahí que me pregunté... ¿Mi familia me estará realmente buscando? ¿Por qué no vienen por mí y me llevan lejos de este feo lugar?

Quería irme pero al mismo tiempo sentía que mi lugar estaba con los Cazadores Nazi y tenía la firmeza de que así debía ser. ¿Por qué? No lo sabía...

Simplemente creía que ese era mi lugar, entonces... decidí ser parte de ellos para así obtener lo que tanto deseo que es la libertad y nada más.

Me alejé de la ventana al sentir venir a Klaus, sabía lo que él quería y entonces fui directamente a mi cama, me senté sobre ella arrugando un poco las mantas que eran de color al igual que el resto de la habitación que era completamente blanco.

Klaus entró por la puerta sin avisar y me hizo una seña para que me acercara, el pelirrojo me tomó bruscamente del hombro y me hizo mirar hacia la pared que destruí, sin embargo no tenía idea de lo que me estaba esperando.

—¿Ves lo que hiciste?—Lo miré de reojo y lo ignoré, vi en sus ojos color ámbar que estaba molesto por mi desdén e ignorancia, entonces comenzó a pellizcar mi hombro con fuerza y juro que me dolió tanto que estuve cerca de llorar, no le di ese gusto y entonces volvió a preguntarme.—¿Ves lo que hiciste, mocosa?—Asentí y dejó mi hombro en paz.

Me empujó hacia adelante con desdén y dijo:

—Usa tus poderes y arréglalo. No digas que no puedes porque sé tienes el poder y la capacidad de arreglarlo, así como también tuviste las agallas de destruir la pared.

No me quedó de otra y lo hice, me tomó bastante tiempo y Klaus en lugar de ayudarme o de pedirle a alguien me ayudara él no hizo nada y sólo se quedó como un simple espectador. Luego de unos minutos logré repararlo, pero eso consumió gran parte de energía y terminé por desmayarme en el suelo.

Sólo escuché que alguien gritó mi nombre pero no supe quién fue.

La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora