Capítulo 61 "Libertad y Decisiones"

24 1 2
                                    

CRISTINA

Finalmente mi tormento había llegado a su fin, mis días de agonía y tristeza por un amor jamás correspondido habían llegado a su fin. Lo más irónico de todo esto es que... cuando rompí mis lazos con Stefan; en ese momento sentí como ese iba ese gran peso sobre mis hombros que durante tantos años me estuvo pesando en el alma. Finalmente podía ser libre sin nada ni nadie que pudiese romperme en mil pedazos el alma y el corazón.

Respiré profundo sin mirar atrás, caminé sin dejarme llevar por las voces en mi mente que me decían que volviera y perdonase a Stefan, ¿perdonarlo? ¿Por qué? Sin él nunca se dio cuenta de que yo existía y por más que lo intenté, él jamás me miró con otros ojos. Conocerlo y enamorarme fueron mi perdición, mi obsesión y mi deseo de ser amada por él pero dicho deseo fue roto por su propia ambición y poder, su obsesión por tener entre sus diabólicas garras a una mujer que jamás lo iba amar.

Y yo sé lo qué se siente y al darme cuenta de que en algún momento podría haber terminado como él, fue entonces que decidí dejarlo ir y continuar con mi vida.

Cerré los ojos y de ellos brotaron lágrimas empapando mis mejillas, muchos dicen que un vampiro no llora a menos de que sea por algo o por alguien que haya tocado la oscuridad de su corazón y de su alma. Y en mi caso lloraba por mi misma y por haber dejado atrás un amor no correspondido.

Muchos creerán que es tonto o incluso hasta estúpido pero... cuando uno está enamorado y da todo por esa persona y al final todo su esfuerzo y dedicación hacia ella o hacia él jamás fueron notados o por lo menos apreciados, llegados a ese punto lo mejor es dejar ir a esa persona y seguir adelante.

Entonces finalmente llegué hacia la salida del Mundo de los Malditos, el portal se abrió y antes de atravesarlo dije:

—Adiós Stefan, finalmente ya NO te amo. Finalmente ya NO.—Atravesé el portal y me fui.

(***)

STEFAN

Me había quedado solo. Completamente solo, sin nadie que me acompañara o por lo menos alguien que me dijera que muy pronto se terminaría todo y que despertaré pronto de esta pesadilla, pero no era así y sin embargo estaba esperanzado en que ocurriese dicho milagro.

Cristina me había apoyado desde las sombras sin pedir nada a cambio, me había ayudado y sin embargo jamás me di cuenta de ello. Lo único que me importaba era tener a Eliane en mis brazos y conmigo para siempre.

Solté un largo suspiro. Sabía que mi fin estaba cerca y las palabras de Cristina de ese día en el Bosque en Paris, todavía resonaban en mi cabeza sin parar.

"—¡Veo tu destino! ¡Tu destino es morir bajo la mano de tu sangre...! ¡No podrás cambiarlo al menos de que muestres arrepentimiento alguno! ¡Ah!—"

Seguía pensando a qué se refería con que iba a morir bajo la mano de mi sangre, ¿Acaso se refería a mi propia sangre? No lo entendía y siendo honesto seguía sin entenderlo pero algo me decía que muy pronto iba a saber dicho significado.

(***)

GRACE

Pasé toda la noche meditándolo, sentada en el techo fuera de mi habitación sintiendo el aire frío acariciando mi rostro de manera cortante y relajante, pensando en que debía hacerlo yo, nadie más. Solo yo...

Soy la culpable de todas las atrocidades cometidas por Stefan, soy la responsable de todo el dolor y la tristeza que todas esas pobres almas sufrieron cuando llegaron a manos de mi hermano, soy la única culpable de todo. No soy inocente, tampoco soy un Ángel, y mucho menos una buena hermana y persona.

Mi decisión hizo que mucha gente muriera, sufriera mientras aún vivían, muchos de ellos no pudieron más y terminaron por morir en manos de ese veneno o simplemente acabaron con sus propias manos. ¿Acaso hay una mejor manera de morir? No. Definitivamente no la hay, no existe.

Pero sin embargo debo terminar con esto y para ello tengo que terminar con la vida d mi propio hermano y si debo sacrificar mi propia vida que así sea, no me arrepentiré y mucho menos me acobardaré, porque de mí depende que todos estén a salvo y libres de Stefan. Nada será igual, pero no importa porque... desde un principio Stefan debió haber muerto pero fui demasiado cobarde como para permitir que eso pasara y en cambio permití que él viviera y vagara por el mundo como si nada haciendo cosas que en mi vida hubiese imaginado que pasarían.

Como dije antes... yo soy la culpable, yo soy la responsable de cada atrocidad que Stefan Wallace cometió, y después de 19 años debo de terminar con ello lo más pronto posible, pero... antes de hacerlo necesito hablar con él y saber por qué hizo eso todo esto, y sobretodo entender por qué se obsesionó tanto con la hija de Eliana.

Esta odisea me está carcomiendo el alma, las dudas que surgen dentro de mí la hacen más fuerte y difícil de comprender a mi propio hermano. El destino fue cruel con nosotros pero sin embargo... todo está escrito y nada ni nadie puede cambiarlo o simplemente arrancar la página, romperla y destruirla, comenzar de nuevo porque... hay un antecedente y un pasado que no puede ser eliminado.

Ahora me doy cuenta de que mis decisiones han perjudicado a otros e incluso hasta matado, la culpa me carcome y durante todos estos días he meditado y pensado, y llegado a la conclusión de que sino mato a Stefan más gente sufrirá y morirá. Entonces... lo decidí en ese momento bajo la luz de la luna llena, mirando las estrellas iluminando el cielo en compañía de la luna dije:

—Mañana acabaré con él y todos estarán a salvo, sin importar qué.—Cerré los ojos un momento y respiré profundo.

Entré por la ventana a mi habitación sintiendo por última vez el aire frío de afuera acariciando mi pálida y fría piel.

(***)

ASHTON

No podía dormir pensando en que posiblemente mi hermano debía morir para mantener a salvo a todo el mundo, la ansiedad y miedo eran mis peores enemigos en ese momento, cerraba los ojos y veía imágenes de Stefan siendo asesinado, no podía dejar de pensar en ello. No podía. Y además... tenía el extraño presentimiento de que Grace planeaba algo pero no quería especular más de la cuenta, ya era suficiente saber que Stefan debía morir y pronto. Miré a Elizabeth dormir profundamente en mis brazos, su hermoso cabello rizado cubría su rostro y sus labios estaban entreabiertos y respiraba suavemente mientras dormía. Su pijama que era un short corto rosado y una blusa holgada de tirantes que dejaba ver la parte alta de su pálida y tersa espalda.

Su compañía, amor y cariño eran lo único que evitaban que me volviera loco de la angustia, Liz era mi roca y mi sostén en esta situación, sin ella no podría estar tranquilo de alguna manera, pero no del todo.

Ella; se removió, abrió los ojos somnolienta y dijo:

—¿Está todo bien?—Habló con voz ronca.

—Si..., está todo bien.

Mi respuesta no la convenció.

—Ashton..., sé que estás preocupado pero preocuparte no va a ayudar en nada. Además; no sabemos qué va a pasar con Stefan y mucho menos sabemos si él seguirá con vida después de todo lo que ha pasado, y ruego a la diosa Luna que tu hermano esté bien y que se apiade de él.

Liz; siempre fue directa y eso siempre me gustó de ella, y además ella tenía razón preocuparme no iba a servir de nada, debía ser fuerte y afrontar la situación lo mejor posible.

—Vamos a dormir, lo vamos a necesitar para mañana.—Estuve de acuerdo y pocos minutos después me quedé dormido.

La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora