MARY
Estaba acostada en la cama con la pelirroja a mi lado durmiendo, después de tantas horas de tener sexo con ella quedó exhausta y la dejé descansar un poco, porque a la noche iba a necesitar lamer sus senos y su vagina. Entonces tomé mi teléfono y vi que no tenía ningún mensaje de Stefan y de Klaus. Así que decidí dormir un poco porque realmente lo necesitaba por dos razones: la primera no había dormido nada luego de haber regresado de la pelea por la cantidad de heridos que hubo y la segunda había follado con una mujer zorro que intentó matarme para sacarme información que realmente no tenía.
El collar del zorro de las nueve colas... realmente no estaba en el Cuartel debido a que ese collar estuvo a punto de destruir el lugar una vez y lo último que se supo fue que un hombre zorro se lo había robado aunque eran nada más que rumores que jamás pudimos confirmar.
Miré a la pelirroja cuyo nombre no sabía y no me importaba saberlo, además yo sólo busco sexo sin compromiso y nada más, siendo honesta la mayoría de hombres y mujeres con los que me acosté han pensado de la misma forma que yo y he seguido viviendo de la misma manera desde hace mucho tiempo. Por supuesto que no soy tonta y me cuido, porque no quiero un bebé o una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual).
Por eso es que antes acostarme con un hombre o mujer, me aseguro de que ambas partes usemos condón y así me evito problemas.
Seguí mirando a la pelirroja y tenía que decir que era realmente hermosa, tenía unos hermosos labios carnosos rosados naturales, sus ojos eran grandes y azules con pestañas oscuras y su cabello era rojo como la misma sangre, rizado y con una amplia frente blanquecina, era tan pálida como un vampiro que resaltaba sus cejas oscuras de arco, tenía grandes caderas y senos que me enloquecían de sólo mirar. Su pequeña nariz encajaba con su pequeño rostro de niña inocente pero realmente ella no tenía nada de inocente luego de haberse acostado conmigo.
Llegué a pensar en si debía o no dejarla ir con vida porque dejarla ir con vida implicaría que ella hablara sobretodo lo que ha visto y llegó a ver cuando entró al Cuartel, pero por otro lado si la mataba metería en problemas a la Asociación de Cazadores con el Clan Zorro.
Entonces la única opción que quedaba era dejarla ir con vida pero debía borrarle la memoria para que no contase nada de nada, por supuesto que ella no recordaría que fue follada por una mujer o al menos eso quería pensar pero no me importaba si ella lo recordaría o no.
Luego de pensarlo unos minutos finalmente decidí que lo mejor sería borrarle la memoria a la pelirroja y así evitar problemas.
Miré mi teléfono y vi que tenía un mensaje de Klaus, que decía:
"Ni se te ocurra salir de tu habitación, Stefan sigue molesto contigo; no quiere verte. Si llegas a salir de tu habitación mueres..."
Dejé el teléfono de lado y pensé: "¡Fantástico! Ahora no puedo salir de habitación para sacar a la zorra que tengo a mi lado."
Pero todas maneras el enojo de Stefan sería temporal y estaba segura de que no iba a durar mucho tiempo su enojo hacia a mí.
Lancé un largo suspiro y la pelirroja se removió en la cama desnuda sin nada que la cubriera, ella me miró somnolienta y dijo:
—¿Me dejarás ir?—Sonreí negando con la cabeza.
—¿No te dije que ahora eres mi nuevo juguete? Yo decido cuando te vas, además... voy a necesitar de tus servicios por un tiempo más.
—¿Cuánto tiempo?—Preguntó preocupada.
—¿Por qué te preocupas? No te mataré, simplemente cuando decida el momento en que te vayas usaré una pócima y borraré tus recuerdos, es más no recordarás haber sido follada por mí. Es lo único que te puedo garantizar, porque en lo demás no puedo prometer nada.
Ella asintió y entonces vi que levantó su esbelta y sensual pierna derecha sobre la cama en una L invertida, suspiró pesadamente. Mi vagina pedía a gritos que follara a la sexy pelirroja, pero... antes debía asegurarme de que la pelirroja no tuviera ningún tipo de arma en su cuerpo.
Entonces comencé a manosear sus piernas y ella se retorció tratando de reprimir un gemido, me miró molesta.
—¿Qué? Debo asegurarme de que no tengas ningún arma en tu cuerpo, porque no quiero repetir el castigo de anoche. ¿Entendiste?—Asintió y seguí registrándola.
Por momentos la hacía desesperar pellizcando sus rosados pezones, me mordía el labio inferior conteniendo mis deseos de follarla otra vez, hasta estar segura de que ella no tenía ningún arma.
Luego de unos minutos noté que no tenía ningún tipo de arma en su cuerpo ni siquiera entre sus dientes o su lengua que fue uno de los primeros lugares que revisé además de sus piernas.
Sonreí satisfecha y entonces me puse ahorcajadas y comencé masturbarme para ella, mientras lo hacía notaba su deseo, necesidad de hacer lo mismo, así que tomé su mano y la introduje en mi sexo, ella comenzó a mover los dedos en círculos en mi interior y gemí pidiendo más y ella lo hizo.
Después de haberme corrido un poco saqué sus dedos de mi interior y pasé su mano a mis senos, ella nunca antes los había tocado y sus pupilas se dilataron.
Entonces tomé del maletín un par de esposas y esposé a la pelirroja a la cabecera de la cama, ella estaba asustada porque le había dicho que no la iba a dejar ir por un tiempo y por lo visto vio que no mentía.
—No te asustes... después de satisfacerme te las quito, pero ahora necesito que te quedes quieta.—Ella se relajó un poco y entonces sin decir más introduje mis dedos a su vagina y comenzó a gemir y a estremecerse de placer, ella gritaba rogando que no parara que continuara con este delicioso tormento.
Relamí mis labios y la premié con beso en sus labios rosados, nos besamos apasionadamente y aproveché para chupar su lengua con mi boca, ella estaba roja de sus mejillas del placer que le estaba dando, entonces ella intentó hacerme lo mismo pero no pudo porque estaba esposada, así que fui compasiva y acerqué mis senos a su boca y comenzó a lamerlos y chuparlos hasta que grité excitada, nunca antes había sentido tanto placer.
—¡Ahhh! ¡Ahhh!—Gemí.
Después unos minutos dejó mis senos en paz y pasé una mano por su cuerpo y comencé a darle placer y tenía que decir que pese a que esa zorra era una asesina, era buena en el sexo.
La tomé de la cintura y la puse a mi misma altura y posición e introduje mi sexo en el suyo, gemimos, gritamos, pasé mi lengua por su cuello y gritó, me encajó las uñas en la espalda y gemí de dolor.
Seguimos follando hasta que ambas nos quedamos sin aliento, caímos rendidas en la cama y no sabía por qué pero de repente pensé en Klaus y todos hombres y mujeres con los que me acosté y la mayoría fueron en trío.
Entonces miré mi teléfono que estaba en el suelo y vi que era media noche. ¿Tantas horas estuvimos follando? ¡Vaya! El tiempo pasa rápido cuando follas con alguien.
Así que en unas cuantas horas volvería a follarla y después la dejaría irse, pero eso sí debía asegurarme de que la pelirroja jamás recordaría lo sucedido, porque sino lo hacía estaría metida en un gran problema.
Me levanté rápidamente y me puse mi bata negra de encaje, volví a la cama a dormir, después de haberle quitado las esposas a la pelirroja.
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La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...
WerewolfHabían pasado diecinueve años desde aquel día que fue maldecido a vagar por el mundo como un alma en pena en busca de su alma gemela que nunca llegó. Había vagado por tantos países que ya había perdido la cuenta de cuántos había pisado, sentía que s...