ELIANE
No podía dormir. El veneno estaba atacando mi cuerpo otra vez, sentía dolor en el pecho, las manos y el resto de mi cuerpo temblaban, me retorcía del dolor estando en cama, me caí tres veces de la cama y en esas tres veces me levanté con dificultad, apenas podía mantenerme en pie y subir a la cama; cuando lo logré apenas podía respirar sin desmayarme. Mi cabeza me daba vuelta, todo a mi alrededor me daba vueltas, no veía con claridad las cosas que había a mi alrededor y a mi lado. Cada respiro que daba era un infierno; pero dejar de respirar no era una opción para mí y la muerte era algo tentador pero... no podía morir sin antes haber vengado la muerte de Claire.
Era la media noche y no podía conciliar el sueño, cerrar los ojos me dolía, sentía como me clavaran cuchillos en los ojos y sacaran los cuchillos al mismo tiempo con mucha lentitud. No podía gritar, me había quedado sin voz, había gritado casi todos los días por el maldito dolor que sentía, sólo podía gritar en silencio. Un grito que no podía ser escuchado por nadie, un grito que no tenía voz ni sonido. Un grito silencio.
(***)
DAVID
Eliane no emitía sonido alguno. Era raro en ella, porque siempre gritaba a la noche asustada, pero en ese momento la noche era muy tranquila y silenciosa. No había nada ni nadie que perturbara aquel perfecto y tranquilo silencio, un silencio que me preocupaba pensaba en ir a ver a mi hermana pero pronto recordé lo que me había mi papá acerca de que no entrara a la habitación de Eliane. Así que descarté dicha idea y entonces opté por quedarme en mi habitación, viendo como pasaban las horas.
(***)
GRETEL
Sabía que mi amiga sufría, ella no era la única que sufría; también yo sufría. Era un dolor espantoso que ni a mi peor enemigo podía desearle pero por desgracia conocía a mucha gente a quien desearle lo que estaba sintiendo. Pero el punto es que vivir con un maldito veneno que intenta tomar el control cada día y cada noche, no era fácil y no me quería imaginar lo que estaba sufriendo Dakota que después de haber encontrado a su hermana, sus ataques se volvieron igual de frecuentes que los de Eliane. Y sin embargo no ha dejado que eso lo detenga y continua peleando porque su hermana jamás lo vea teniendo un ataque por culpa del veneno.
Cerré los ojos por inercia al sentir como el veneno comenzaba a recorrer cada músculo de mi cuerpo, podía sentirlo en los hombros, los brazos, manos, e incluso de las piernas; y también lo sentía en el pecho, era una especie de cosquilleo que crecía desde el brazo hasta pecho volviéndose pronto un dolor incesante y agudo, algunas veces el dolor era sordo pero igual de doloroso. No era mucha diferencia.
Lo que pensé que habían sido pocos minutos habían sido horas cuando los ojos, había amanecido ya. Creo que eran apenas las seis de la mañana cuando me di cuenta de ello, me levanté de la cama con algo de dificultad, me acerqué a la ventana que tenía a unos cuantos metros de distancia de mi cama, abrí un poco la cortina que era blanca y vi que había gente afuera entrando y saliendo de la casa, creí que otra vez Eliane había escapado otra vez.
Lancé un largo y pesado suspiro pensando en que iba a llegar un momento en el que Eliane tocaría fondo y cuando eso pasara... no sería nada bueno para ella. Tenía la certeza de que así sería y que por lo menos dejaría de provocar tantos problemas, pero conociendo a mí amiga dudaba mucho que eso sucediera. Sonreí burlándome de los guardias que estaban al borde de la locura, creyendo que no encontrarían a Eliane.
Pero entonces decidí ser amable y darles una pequeña pista de podría estar ella, lancé un pequeño hechizo que mostraba el rastro de los pasos de Eliane, al ser ella mitad bruja era más fácil el realizar el hechizo. El camino se iluminó en un brillante color azul con brillos, que lanzaba pequeños destellos de luz como si fuesen pequeñas estrellas iluminando el camino. Sabía que Eliane no me haría caso al decirle que no fuera al bosque a buscar esa maldita mora azul silvestre para la pócima de invisibilidad. Era mala idea porque había sentido cerca a los Cazadores Nazi desde hace un par de noches; a ella no le importó y fue a buscar ese último ingrediente, siendo de día que fue lo peor.
Pocos minutos después notaron el rastro y se adentraron al bosque, y luego de un par de horas vi que el Alpha Damon traía a Eliane cargando sobre su hombro, mientras ella tiraba patadas y gritaba que la soltaran.
Cerré la cortina y volví a la cama, tenía mucho sueño y quería dormir. Así que me metí en la cama y me arropé con mi colcha de color blanco y pronto me quedé dormida.
(***)
ELIANE
Me habían atrapado yendo al bosque, estaba tan cerca de conseguir un importante ingrediente para mi pócima para la invisibilidad para escapar de este maldito que alguien de nombre Gretel me delató, sabía que había sido ella porque cuando vi el extraño rastro que estaba dejando me di cuenta de que era un hechizo de rastreo, un hechizo muy preciso y muy específico, que sólo las brujas blancas de pelo rojo conocían y podían ejecutar sin mucho esfuerzo. Mi Padre me había traído cargando como un costal sobre su hombro, odiaba que me cargara de esa forma, quería que me bajara pero no me hizo caso, entramos a la casa y mi Padre me encerró en mi habitación castigada un mes sin salir, nada más que para comer y regresar a mi habitación.
Además ella me había advertido que no fuera, porque había sentido a los Cazadores Nazi cerca desde hace dos noches pero no le di importancia, había decido ir al amanecer a buscar mora azul silvestre que era el último ingrediente que necesitaba para completar la pócima y usarla, pero Gretel no estaba de acuerdo y por ende usó ese hechizo para que me encontraran. Si lo hizo fue porque hubo algo que le preocupó y por eso no quería que fuera al bosque, debía saber por qué y pronto.
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La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...
WerewolfHabían pasado diecinueve años desde aquel día que fue maldecido a vagar por el mundo como un alma en pena en busca de su alma gemela que nunca llegó. Había vagado por tantos países que ya había perdido la cuenta de cuántos había pisado, sentía que s...