Capítulo 8 "Instintos"

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KLAUS

La mocosa despertó tres días después de haber caído enferma en fiebre y luego de haber recibido una paliza por parte de Stefan que por poco no la cuento, afortunadamente sané en menos de dos días y quedé como nuevo, pese a que quedé con alguna que otra cicatriz en el rostro que apenas visible.

Desde ese día dejé de maltratar a la mocosa, tuve que ser más tolerante con ella y más aún porque Stefan había puesto a Cazadores de alto nivel a vigilarme para asegurarse de que la mocosa estuviera bien mientras entrenase conmigo.

Mientras era vigilado la mocosa había mejorado enormemente sus habilidades pese a que había estado enferma aún así eso no evitó que se levantara con energía para pelear con todas sus fuerzas, lo más sorprendente de todo es que esa niña se había recuperado notablemente. Era como si nunca se hubiese enfermado.

Ahora estaba entrenando en combate con ella y debía decir que era muy buena pese a que llevaba poco tiempo en el Cuartel. El veneno había dado muy buenos resultados en ella, no sólo en su personalidad sino también en su resistencia que era totalmente envidiable por otros Cazadores. Tomando en cuenta las pequeñas complicaciones que hubo al principio.

Varios Cazadores de alto nivel y superior querían entrenarla personalmente, pero Stefan no lo permitió ya que nadie era lo suficientemente capaz para entrenar a su Ángel. A excepción de mí que tenía bastante experiencia entrenando a Híbridos de mitad bruja y hechicero.

Mientras tanto la mocosa hizo que me distrajera dándome una patada por un costado y después para rematar me dio un puñetazo en la cara haciendo que cayera al suelo derrapando sobre este. En pocas palabras la moscas hizo que mordiera el polvo.

Apenas levanté la vista vi que la mocosa estaba en guardia todavía, entonces me levanté del suelo y le hice una seña para que se detuviera, asintió y bajó la guardia. Me acerqué a ella, la toqué del hombro y dije:

—Es todo por hoy, vete a descansar. Te quiero a la media noche en el patio trasero, aprenderás algo nuevo esta noche... no llegues tarde.

Ella asintió y salió del sala de entrenamiento, secándose el sudor con una toalla.

Antes de irme sentí a Stefan detrás de mí y entonces volteé.

—¿Cómo va?—Preguntó refiriéndose a la mocosa.

—Bastante bien, dentro de muy poco será capaz de enfrentar a un licántropo adulto.—Stefan se sonrió.—Ella no se enfrentará a ningún ser sobrenatural hasta que yo lo diga, ¿entendido?—Asentí en respuesta pensando en que todavía la niña necesitaba más entrenamiento pero también pensé que la mocosa necesitaba adquirir experiencia y ese momento no podía ser pospuesto por más tiempo.

Stefan se retiró sin decir más nada y luego de unos minutos también me fui con la extraña sensación de que ese maldito vampiro tenía algo más planeado para esa niña más allá de convertirla en un arma letal.

(***)

Esperaba a la mocosa en el patio trasero del Cuartel, y pocos segundos llegó luciendo su traje de cazadora de color negro, su cabello oscuro estaba sujeto en una coleta de caballo ajustada. Caminaba con seguridad y confianza absoluta, no parecía ser una simple novata sino más bien toda una auténtica Cazadora Nazi.

Tenía la certeza de que esa niña lograría grandes cosas cuando fuese más grande y más poderosa de lo que ya era. Su mirada se tornó seria y arqueó una ceja cruzándose de brazos mirándome a qué hora comenzaba su entrenamiento o sino ella se iría sin más.

La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora