STEFAN
Después de dos largos meses sin ver a mi Ángel, ella finalmente volvió a donde pertenece que es conmigo. Además ya era hora de que ella aprendiera a cazar a una bruja blanca pura, porque debido a lo qué pasó con la Manada Luna Nueva, era necesario que Eliane aprendiera a cazar a una bruja blanca primero para evitar este tipo de desenlaces y ya después se le enseñaría a cazar a un Licántropo adulto.
Entonces fui a buscar a Klaus a quien no había visto en todo el día y mucho menos a Mary desde que regresaron de Francia. Fui directamente a la habitación del pelirrojo y al llegar escuché claramente gemidos de una mujer, rodé los ojos y lancé un largo pensando en: "Otro imbécil que no piensa con el cerebro"
Toqué la puerta un par de veces y luego de unos minutos la puerta se abrió, salió Klaus a medio vestido, nada más con el pantalón puesto y el torso desnudo, y antes de que él dijera algo, hablé primero.
—No digas nada, no me interesa, tienes diez minutos para alistarte y sacar a tu amiguita de aquí sino quieres que ella termine en una fosa común.—Él asintió y cerró la puerta.
Me fui de ahí pensando en que debía darle un buen sermón a ese idiota, está bien que tenga necesidades pero no en el Cuartel, para eso los Cazadores de alto nivel tienen la libertad de salir y saciar sus hambres de sexo.
(***)
KLAUS
—Te dije que no era buena idea hacerlo a esta hora.—Me reclamó Mary, vistiéndose rápidamente. Se puso su blusa negra y el chaleco encima, después subió el cierre y se puso su pantalón que era negro y elástico. Y finalmente se puso sus botas de combate.
Después me puse rápidamente mi chaleco y mis botas, Ambos salimos de la habitación con cautela y cada quien siguió su camino. Pero antes le di gran beso y dije:
—Seguimos en la noche.—Mary se sonrió y asintió en respuesta, se fue corriendo porque debía irse a entrenar alguno de los novatos.
Mientras tanto me apresuré a irme a reunirme con la Mocosa que debía aprender a cazar a una bruja blanca y que mejor que ir a buscar una en el bosque que es donde abundan. Llegué en menos de cinco minutos al patio trasero y la mocosa apenas había llegando. Me miró de reojo y me ignoró por completo como siempre.
—Vamos mocosa, tenemos mucho que hacer.—Comenzamos a caminar directamente al bosque cuando algo me llegó por detrás y me derribó, terminé derrapando contra suelo y choqué contra un árbol que estaba cerca y en el impacto nada más escuché el crujido de la madera que se rompía.
Eliane estaba alerta y con su daga oculta a la vista decidida a atacar. No podía ponerme de pie, mi cuerpo se sentía pesado y muy débil, no podía mantener la vista enfocada en lo que estaba a punto de pasar. Comencé a ver borroso y lo último que escuché fue el grito de alguien pero no sabía de quién era. Después oscuridad total.
(***)
ELIANE
Habíamos entrado al bosque para que aprendiera a cazar a una bruja pero en el momento en que Klaus puso un pie en ese lugar, sin esperarlo una extraña figura oscura llegó corriendo como alma que lleva el diablo y fue directamente hacia el pelirrojo, terminó por derribarlo contra el suelo derrapando contra este salpicando todo de tierra y demás, y finalmente se estrelló contra un árbol, cerré los ojos por inercia y pude escuchar perfectamente el crujido de la madera del tronco de árbol romperse.
Abrí los ojos y entonces oí pasos que caminaban en círculos alrededor, no importaba cuántas veces mirase sobre mi hombro, no veía nada acercándose pero mi oído no me mentía alguien estaba acechándome y esperando el momento para atacar.
Saqué a relucir mi daga oculta del antebrazo derecho, el corazón me latía con fuerza, las manos me temblaban, apenas podía mantenerme de pie en mi sitio sin caerme al suelo sentada, miré a todos lados y no veía a nadie aproximarse, entonces creí por un momento que lo que haya sido se había ido sin cumplir su objetivo de atacar.
Pero entonces sin previo aviso algo me golpeó por detrás y derrapé contra el suelo y terminé cubierta de tierra de pies a cabeza. Me levanté con algo de dificultad y para cuando lo logré otra vez me derribaron como si fuera una muñeca en un partido de fútbol americano.
Abrí los ojos y frente a mí tenía a un enorme lobo negro encima mío que tenía muy en claro que yo era su cena. Sentí su cálido aliento sobre mi rostro, además de su baba y sus gruñidos, me mostró los dientes para hacerme ver cuán aterrador y peligroso era.
Por un momento creí que iba a morir pero después recordé que debía vivir para huir del infierno en el que estaba viviendo, debía hacerlo, no podía rendirme. Miré la daga en mi brazo y entonces apuñalé a enorme lobo en el cuello, y se quitó de encima mío aullando de dolor y llorando como un cachorro.
Entonces me miró con sus grandes ojos rojos como la misma sangre que no dejaba de brotar de su cuello, no dudó en volver a saltarme encima y yo tampoco dudé en volver a apuñalarlo, cuando lo intentó.
Aquel lobo tomó pulso y literalmente saltó con el objetivo de derribarme contra el suelo y entonces preparé mi daga, di un salto y apuñalé unas seis u ocho veces al lobo. Para cuando lo apuñalé por última vez, dejó de pelear y cayó al suelo desangrándose, había un gran charco de sangre sobre el lobo que muy pronto cambió de forma y se convirtió en un adolescente de unos quince o dieciséis años.
Tenía cabello rubio y rizado, sus ojos que estaban abiertos y horrorizados eran verdes, habían perdido todo brillo de vida en ellos, tenía la boca abierta y su rostro estaba completamente pálido, su nariz romana era perfecta y encajaba perfectamente con la forma de su rostro ovalado, era alto y muy musculoso diría que un metro setenta y cinco quizás más.
Lo miré desnudo y muerto sobre un charco de su propia sangre, todo en el lugar olía a sangre, miré mi ropa y también estaba salpicada de sangre del joven licántropo muerto.
Tragué saliva nerviosa y comencé a alejarme mirando el cuerpo del joven, y entonces choqué contra un árbol golpeando mi espalda, miré aquella escena y pensé: "¿Yo hice todo eso?"
Negué con la cabeza y solté un grito desgarrador que hizo que los animales del bosque huyeran a refugiarse, me senté en el árbol y abracé mis piernas, no estaba asustada, estaba sorprendida y asombrada por lo que estaba viendo.
Entonces oí pasos nuevamente, levanté la vista y era Klaus quien se estaba aproximando a hacia donde estaba, no parecía herido sino al contrario él sonrió al ver al licántropo muerto, se mostró orgulloso y satisfecho por mi hazaña, no dije nada y simplemente me levanté del suelo y antes de poder irme el pelirrojo dijo:
—Bien hecho, aprendiste rápido a matar a un licántropo en combate. Vete yo me encargo del resto.—Asentí en respuesta y me fui sin decir más.
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La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...
WerewolfHabían pasado diecinueve años desde aquel día que fue maldecido a vagar por el mundo como un alma en pena en busca de su alma gemela que nunca llegó. Había vagado por tantos países que ya había perdido la cuenta de cuántos había pisado, sentía que s...