ELIANE
Desperté a la mañana siguiente consternada, había tenido la peor pesadilla de todas; había... matado a mi familia y amigos, e incluso había matado a la persona que más de una vez me ayudó a salir de la oscuridad. Y finalmente Ashton, el Mate de Elizabeth me había matado en venganza. Sabía que sí seguía así, mataría a más gente y finalmente el veneno se apoderaría de mi mente, así que como precaución realicé un encantamiento para encapsular de manera temporal el veneno, el encantamiento duraría sólo seis meses y después de eso tendría que hacerlo otra vez; hasta lograr que él mismo durase al menos un año o cerca de un año.
Me levanté de la cama con la mente clara y decidida a reformarme, pagar mis faltas y pecados siendo alguien diferente, alguien que... sea capaz de ayudar a otros a sobrellevar aquel mismo infierno por el cual yo pasé siendo una niña muy pequeña. Cerré los ojos un momento y lancé un largo suspiro, era hora de dejar todo aquello que tanto me hacía sentir un monstruo, cruel y sanguinario.
Había hablado ya con Max acerca de irme a Monreal a ser una Night Hunter desde hace un tiempo y él había aceptado con la única condición de que no provocara problemas durante mi estadía y eso iba a ser difícil pero no imposible, por supuesto que acepté.
Así que me dirigí a mi armario y de él saqué una chaqueta de mezclilla, un pantalón negro, una blusa blanca sin mangas y mis botas oscuras de combate nuevas que había comprado con el objetivo de comenzar de nuevo y dejar atrás esa asquerosa vida de Cazadora Nazi.
Até mi cabello en una coleta de caballo un tanto desordenada, hice mi maleta y mochila con magia llevando mi ropa y objetos personales, sabía que esto sería difícil pero era lo mejor para todos, además ya había causado muchos problemas. Mis Padres no dormían por la preocupación y el estrés de que alguien viniera a casa o llamara para decir que había golpeado o incluso mandado al hospital a alguien porque hice que tragase un dulce en forma de pócima que provoca urticaria o granos en la cara, o cualquier otra cosa.
Me puse mi mochila sobre mi hombro y tomé mi maleta de la manija, salí de mi habitación respirando profundo con la mente fría y clara, debía ser fuerte y decidida a lo que iba a decir y hacer, además de que esto era lo mejor que podía hacer por mi familia. Irme de casa era lo mejor que podía hacer por ellos, sin embargo... no sabía cómo iba a reaccionar y en cierta manera tenía miedo. Tenía miedo de su reacción a lo que les iba a decir pero debía hacerlo.
Así que... salí de mi habitación con la frente en alto y me dirigí a las escaleras, bajé cada escalón de madera con cautela, me temblaban las piernas con cada paso que daba, apenas podía mantener el control de mi cuerpo. El corazón me latía rápido como un tambor, podía oírlo claramente y eso me ponía más ansiosa, pero algo que había aprendido sobre los Cazadores Nazi es que nadie debe saber que algo te preocupa o te pone ansioso porque el enemigo puede aprovecharse de ello sin duda alguna, pero en este caso se trataba de mi familia y no de un enemigo de todas formas no podía dejar que nadie se diera cuenta de mi ansiedad y preocupación, mucho menos mi familia.
Entonces cuando menos me di cuenta ya había terminado de bajar las escaleras, respiré profundo mirando la puerta de madera oscura que daba al comedor; no sabía si debía o no abrir esa puerta y entrar. No lo pensé más y entré, caminé unos pasos hacia el comedor y cuando llegué, la primera persona que me vio entrar fue mi hermano quien me sonrió con su cabello un tanto largo y desordenado, apenas se había levantado supuse.
Sin embargo noté que este estaba en pijama y pensé: "Este tonto, no tiene nada de conciencia en salir de su habitación sin estar en pijama... pobre de la que sea su Mate... tendrá que lidiar con este holgazán..."
—¡Buenos días!—Me dijo David con la boca llena de cereal de hojuelas.
—¡Mastica con la boca cerrada cerdo!—Lo regañé.—Buenos días, cerdo.—Gruñó por el apodo.—Bruja maldita...—Murmuró. Estaba por responderle cuando llegó mi Madre llevando puesta una camiseta blanca enorme de mi Padre y un pantalón de pijama de cuadros rojos.
—Déjense de tonterías y coman en silencio, ¿Entendieron?—Ambos asentimos, Mamá tomó asiento pero me quedé parada con mi maleta en mano.
Entonces mi Madre al darse cuenta de ello dijo:
—¿No te vas a sentar?
Negué con la cabeza y en eso entró Papá llevando puesto un pantalón de pijama negro y una camiseta gris sin mangas.
—¿Por qué llevas una maleta contigo Ana Eliane?
Mamá y David fijaron sus miradas en mi maleta y entonces puse mi maleta frente a mí, y simplemente lo dije.
—Me voy de la casa.—Mi Madre por poco deja caer su taza de café al suelo sino fuera porque la dejó en la mesa.—Me voy de casa a ser una Night Hunter.—Todos me miraron sin poder decir nada, es más sus expresiones me decían que estaban sorprendidos pero no asombrados como esperaba, era más bien sorpresa lo que veía en sus rostros.
—Está bien..., si es lo que quieres, puedes irte. No te vamos a detener.—Respondió mi Padre conteniendo a mi Madre en decirme algo. David, estaba muy tranquilo no dijo mucho o más bien no dijo nada.
—Está bien, no se preocupen estaré bien.—Me di la vuelta y me fui del comedor sin decir más nada, no quise decir mucho además de que no me gustan las despedidas. Jamás han sido lo mío y dudo mucho que eso cambie en mí.
Salí de casa y miré fijamente a mi alrededor y pensé:
"Finalmente podré ser yo misma y dejaré de causarle dolor a otros. Jamás volveré a este lugar hasta que haya cumplido mis objetivos y principalmente la promesa que le hice a Claire."
No lo pensé más y seguí adelante con lo que tenía que hacer a partir de ese día. Adiós familia... nos volveremos a ver cuando sea necesario y el momento indicado.
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La Cazadora De La Noche: Los Secretos De Un Traidor...
WerewolfHabían pasado diecinueve años desde aquel día que fue maldecido a vagar por el mundo como un alma en pena en busca de su alma gemela que nunca llegó. Había vagado por tantos países que ya había perdido la cuenta de cuántos había pisado, sentía que s...