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La rutina mantuvo ocupado a Sungguk hasta las cinco de la tarde cuando llegó por fin a casa. Por mensajes que estuvo intercambiando con Seojun a lo largo del día, sabía que Daehyun había estado en el hospital con su fisioterapeuta para mejorar la movilidad del tobillo fracturado hacia tantos años, y que tuvo otra clase de fonoaudiología para incentivar la recuperación del habla.

Se quitó los zapatos en la entrada escuchando el ladrido de Roko proveniente del segundo piso. Después oyó sus uñas raspando contra el suelo y bajando las escaleras, seguido se escuchó un par de pisadas apresuradas. Roko llegó a su lado tirándosele encima y aullando de cariño. Al segundo, apareció Daehyun en las escaleras. Se detuvo un segundo en el último peldaño y después se lanzó a los brazos de Sungguk, apretándolo con tanta fuerza que casi lo estranguló.

Sungguk volvió a sentir ese revoloteo en su corazón. Cerró los ojos unos instantes para disfrutar aquel momento que llevaba esperando todo el día.

—No sé cuál de los dos te extrañó más —se burló Seojun desde el sofá, se notaba que lo estaba esperando para largarse a casa—. Namsoo ya regresó del hospital, pero se durmió tras comerse un bol de cereales. Parecía un zombi. No quise dejar a Daehyun solo. Es muy pronto.

Sungguk concordaba con su cuñado. Así que asintió como pudo ya que todavía tenía los brazos de tentáculos de Dae por el cuello. Le pellizcó con suavidad cerca de las costillas para que lo soltara.

—Vamos, déjame ir.

Dae se alejó unos centímetros para observarlo, su nariz casi rozó la mejilla de Sungguk de lo cerca que estaba. Después el chico se escondió una vez más en el hueco cálido existente entre su cuello y hombro. Parecía ser su lugar favorito en el mundo.

El estómago de Sungguk se volvió un nudo apretado. Seojun continuaba mirándolos con expresión extraña, por lo que Sungguk puso los ojos en blanco mientras le daba una palmada amistosa en la espalda a Dae.

—Solo es un bebé consentido —aclaró Sungguk.

—Ajá —Seojun agarró sus cosas y enfiló a la puerta—. Solo me voy tranquilo porque confío en ti.

Pero Sungguk no confiaba tanto en sí mismo.

Permitió que Daehyun se quedase colgando de él unos segundos más y se alejó, en tanto Roko le clavaba las uñas en el estómago para también obtener algo de atención.

—¿Te gustaría que fuéramos a visitar a Minki? —Sungguk le propuso a Dae—. Minki vive con Jaebyu, tu enfermero del hospital, son novios hace cuatro años.

Entonces se dio cuenta de que Daehyun podría malinterpretar sus palabras. Y eso fue justo lo que sucedió. Dae se apuntó así mismo y después a Sungguk.

—No, no, no, no, no, no. No como nosotros —dijo a toda velocidad. ¿Habría dicho «no» las veces suficientes?—. Ellos duermen juntos —continuó Sungguk, porque siempre podía decir algo peor para anular el error anterior.

Daehyun volvió a apuntarse y luego a él.

—Nosotros somos amigos —Sungguk rio nervioso—. Sé que algunas veces duermes conmigo pero es diferente, ellos son parejas, novios. Sabes la diferencia, ¿cierto?

Dae puso los ojos en blanco, las aletas de su nariz se movían consternadas.

Ok, ok, sabes lo que son los novios. Eres un chico inteligente, no te enojes conmigo.

Como permanecía ofendido, Sungguk se aclaró la garganta y masajeó la nuca.

—Bien, ve por tus zapatos. Yo iré a cambiarme de ropa e iremos donde Minki.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora