25
Sungguk observaba el pequeño movimiento que hacía el labio inferior de Minki al curvarse en cada palabra. Se acercó unos centímetros más y empequeñeció la mirada concentrado. No, no entendía. Se acercó otro centímetro, nada. De pronto recibió un golpe en la frente que lo mandó hacia atrás. La espalda de Sungguk se golpeó contra la puerta y su costado chocó con el manubrio.
—¡No te me acerques así, animal! —protestó Minki.
Sungguk hizo un puchero, gimiendo.
—Podrías haberme advertido... con palabras —se quejó Sungguk.
—Invadiste mi espacio personal. ¿Y qué si luego una de estas señoras chismosas nos ve y le va con el cuento a mi Jaebyu?
—Ay, no seas ridículo. Jaebyu es la persona menos celosa que he conocido.
—Eso es porque yo le he brindado esa seguridad como novio.
Sungguk puso los ojos en blanco y dio un largo suspiro cansado.
—No sé cómo lo hace Moon Daehyun para leer los labios, es imposible.
—Lleva toda una vida de práctica y tú, ¿diez minutos? —Minki intentó animarlo—. Si te sigues esforzando, mejorarás.
—Ayer me pasé dos horas viendo videos, ¿y sabes lo único que recuerdo? Cómo saludarlo. Al ritmo que voy, es más probable que tú dejes de hablar de tu novio que yo a comunicarme con Dae.
—Si lo pones así... ya ríndete.
Sungguk refunfuñó por lo bajo.
—¿No estabas dándome ánimo?
Minki le dio un empujón por el hombro.
—Es que estás mal enfocado, no es tan difícil.
Sungguk alzó las cejas y movió los labios para pronunciar una palabra muda.
—¿Lachimolala? —preguntó Minki—. ¿Qué es eso?
—Dije carbonada, idiota. ¿Ves que es imposible?
Sungguk recostó la frente en el manubrio, activando la bocina por error. Asustado por el ruido, se volvió a acomodar en el asiento colocándose el cinturón.
Esa semana a ambos les tocaba el turno nocturno, que empezaba a las cuatro de la madrugada y terminaba al mediodía. Recién estaba saliendo el sol en Daegu, lo que indicaba que era alrededor de las siete.
Sungguk creía que ya era una hora prudente para enviar un mensaje.
Sungguk: buenos días, Dae.
Porque podría haber olvidado dos veces una promesa, pero Jong Sungguk jamás olvidaría una tercera.
De inmediato apareció el «en línea».
Daehyun: SUNGGUK, BUEN DÍA.
Sungguk: Dae, tienes activada la mayúscula.
Daehyun: Yo sé, Seojun-hyung me enseñó que la mayúscula sirve para expresar emoción. Y Dae lo está, hoy no lo olvidaste.
Sungguk: ¿olvidar?
A esa hora Sungguk no terminaba por enterarse de nada. Tenía hambre y sueño, sus neuronas protestaban negándose a trabajar hasta que recibiese comida u horas de siesta.
Daehyun: saludarme, bobo.
Sungguk: lo siento, todavía estoy medio dormido. Las mañanas no son lo mío. Y tú, ¿qué haces despierto tan temprano?
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Still with you/me (Novela)
RomanceSe encuentra a la venta en librerías El oficial Jong Sungguk pensó que esa tarde de lluvia sería como cualquiera: otra inspección de rutina en un vecindario de clase media de la ciudad de Daegu, Corea del Sur. Nunca imaginó que dentro de una casa a...