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De pequeño, su abuela bromeaba diciéndole que sus grandes orejas eran las que le permitían escuchar de manera tan impresionante. Daehyun podía estar en el tercer piso, pero aun así oía lo que ocurría en el primero, en la calle o incluso en la casa de al lado cuando sus vecinos gritaban. Su afición, porque no tenía mucho más que hacer, era pegar su oreja al suelo de madera del altillo para captar las conversaciones del primer piso mientras esperaba que su abuela fuese por él.

Él no entendía la razón por la cual su abuela lo hacía subir hasta el ático cuando alguien tocaba el timbre de la casa, pidiéndole bajito que no hiciese ningún ruido porque él era su pequeño y hermoso tesoro, que la gente era mala y ella no quería que se lo llevasen lejos. Al principio se quejaba y lloraba todas las horas que pasaba encerrado, pero con el tiempo comenzó a subir corriendo por su cuenta cuando alguien se acercaba a la puerta.

Sin embargo, eso era historia, en ese pasado donde Daehyun podía escucharlo todo. Eso fue antes de que Daehyun escapase de la casa para jugar con unos niños en la plaza. Eso fue antes de que su abuela lo fuese a buscar y lo castigase sin videojuegos. Eso fue muchísimo antes de que Daehyun nunca más pudiese escaparse de la casa, porque su abuela mantenía la puerta con llave y las llaves siempre colgaban de su cintura.

Eso fue antes de la terrible fiebre que le vino a los días de jugar con esos niños.

Tenía seis, pero Daehyun todavía recordaba el cansancio insoportable y las posteriores náuseas. También recordaba ese calor terrible que lo hacía sudar y tiritar bajo las sábanas. También recordaba los vómitos en la fuente que su abuela le tendía. Y, sobre todo, recordaba el llanto de su abuela.

Su abuela lloró mucho al lado de su cama, mientras le cambiaba de ropa y ponía paños fríos en la cabeza, que lo hacían encogerse más pequeñito para alejarse. Daehyun no despertó hasta días después, desorientado y solo pudiendo escuchar un ruido ensordecedor, como una especie de movimiento de tierra que provenía desde su interior.

Eso fue lo único que pudo oír por días.

Cuando finalmente se fue, quedó nada.

Y por mucho que esperó días, después semanas y años, Daehyun no volvió a escuchar la voz de su abuela nunca más.

Y por mucho que esperó días, después semanas y años, Daehyun no volvió a escuchar la voz de su abuela nunca más

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Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora