26
Fue escondido en la escalera la primera vez que Moon Daehyun creyó verlo. Cuando notó que su abuela alzaba la cabeza de su tejido y observaba la puerta, él supo que alguien estaba afuera.
—Ve a tu cuarto —leyó la orden en sus labios arrugados.
Daehyun, como el niño obediente que se enorgullecía ser, se fue a su habitación intentando no hacer demasiado ruido. Cuando estuvo ahí, se quedó unos segundos observando su cama y luego volvió a salir. La abuela solo le había ordenado irse a su cuarto, no era culpa suya que ella no hubiese especificado que debía quedarse ahí hasta que fuese a buscarlo.
Daehyun, con el tiempo, comenzó a tomar demasiado literal las órdenes de su abuela si así le convenía. Y en ese mismo periodo, aprendió a ser un fantasma cuando se movía por la casa. Si giraba el cerrojo y lo mantenía sostenido en sus manitas para soltarlo de apoco, su abuela no subía a ver qué estaba haciendo. Si abría su puerta solo hasta la mitad, su abuela tampoco iba. Y si caminaba sobre sus rodillas y manos, su abuela ni siquiera apartaba la mirada del tejido.
Así que, deslizándose en sus rodillas y manos, salió del cuarto solo abriendo la mitad de la puerta. Y al llegar al borde de la escalera, observó con precaución hacia abajo.
Nadie en la sala de estar.
Armándose de valentía, se colgó de la escalera. Después metió la cabeza entre las rejas de la baranda y espió el comedor.
Su abuela estaba sentada con alguien en la mesa.
Volvió a esconderse, cerrando los ojos con miedo y esperando a que su abuela fuese por él para reprenderlo.
Nada ocurrió.
¿Debería arriesgarse una vez más?
Sí, debería.
Colgando nuevamente del borde de la escalera, metió la cabeza entre las rejas de la baranda. Por sobre la coronilla de su abuela que le daba la espalda, su mirada se encontró con la de un desconocido. Era el mismo hombre que lo ayudó el día que escapó.
Contándose a sí mismo, esa fue la cuarta persona que Daehyun conoció en toda su vida de encierro.
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Still with you/me (Novela)
RomanceSe encuentra a la venta en librerías El oficial Jong Sungguk pensó que esa tarde de lluvia sería como cualquiera: otra inspección de rutina en un vecindario de clase media de la ciudad de Daegu, Corea del Sur. Nunca imaginó que dentro de una casa a...