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El miércoles 21 de marzo comenzaba oficialmente la primavera, por lo que los productos de sakura inundaban los mercados de ese rosa pálido como pétalos de cerezo. Esa mañana, mientras Minki y Sungguk compraban desayuno en una tienda de conveniencia, Sungguk se preguntó si Daehyun alguna vez había tenido la oportunidad de probar uno de esos dulces de sakura. Lo dudaba, puesto que solo se vendían en una única semana en el año y no se imaginaba a Moon Sunhee dejando solo a su nieto para ir a comprar aquello.

—Deja de ser tan goloso, conejo glotón. Vamos, solo tenemos diez minutos.

Apresurado, Sungguk agarró una variedad de productos y fue a pagar. Hace un rato su papá le había enviado un mensaje contándole que se encontraba en el hospital con Daehyun, por lo que Sungguk sentía la urgencia de ir a comprobar que todo estuviese bien.

Con la bolsa repleta de dulces en la mano derecha y llevando su desayuno en la izquierda, Sungguk fue corriendo a la patrulla donde Minki lo esperaba con expresión cansada y ojerosa.

De camino a otro accidente de tráfico, Sungguk le preguntó:

—¿Estás bien, Minki? Te ves enfermo.

Su amigo apenas le había dado una mascada a la manzana que compró.

—No me siento bien —admitió.

—¿Qué te duele?

—El estómago.

—Oye, si estás con diarrea, me avisas y estaciono a un lado de la carretera —ofreció en broma.

—Ojalá fuese gracioso.

Mientras doblaba en la siguiente esquina, lo comprobó de reojo. Minki estaba sudoroso y con expresión contraída. Un rictus se le formaba en los labios.

—Lo siento, te ves terrible.

—Estoy con escalofríos.

—Uf, la muerte te espera al otro lado, amigo —hablando más serio, agregó—. Puedo ir a dejarte a tu departamento. De paso le aviso al jefe Eunjin lo que pasó.

Minki se encogió un poco más en el asiento. Sus músculos temblaban bajo el uniforme.

—¿En serio podrías?

Sungguk lo observó con preocupación.

—¿Y si vamos mejor al hospital, Minki?

Negó con los ojos cerrados.

—Son solo retorcijones, con un baño estaré bien.

—Pero...

—No quiero preocupar a Jaebyu por un dolor de estómago —Minki dio un pequeño suspiro—. Jaebyu está en turno desde ayer y me dio pereza hacer la cena anoche y preferí comer unas sobras del refrigerador. Simplemente me enfermé.

Preocupado por Minki, Sungguk cambió el rumbo dándole un aviso a Eunjin por radio. Pasó por una farmacia para comprar remedios y continuaron. Minki se encogía cada vez más en el asiento.

Al llegar al departamento, Sungguk se alivió al encontrar al hermano de Minki ahí. Le dejó los remedios y su número de teléfono para que lo llamase si sucedía algo.

Las siguientes horas, Sungguk se la pasó de un accidente a otro. No fue hasta mucho después de finalizar su turno, con un hambre terrible por no haber alcanzado a almorzar, que pudo dirigirse al hospital mientras leía los mensajes que había estado intercambiando con Minki durante la tarde. Hizo una primera parada en el casino para comprarse un emparedado y subió al cuarto de Daehyun.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora