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Sungguk imaginó que aquello podría ocurrir, por lo que no se sorprendió cuando, de camino a su camioneta en plena madrugada, se encontró a una mujer apoyada contra el capó: era Kim Jiwoo, la representante de la nueva subunidad del Departamento de Justicia. Y si ella estaba esperándolo a esa hora, era porque el gobierno ya sabía de la noticia.

—Oficial Jong —dijo como saludo al pasar por su lado.

—¿Qué quieres? —preguntó con malhumor—. Sé que ya lo saben.

—Vengo a felicitarlos por tan grata noticia.

—¿Es una buena noticia quedar embarazado a los veinte años? —cuestionó. Jiwoo se movió a su lado—. Bah, ¡¿pero qué podría importarle eso a ustedes?! Daehyun es solo un número, ¿no?

Intentó apartarla. Jiwoo se posicionó contra la puerta del piloto impidiéndole abrirla.

—Tampoco me gusta venir aquí —protestó ella con apuro.

—Entonces, márchese.

—Tengo que hacer mi trabajo. Solo escúchame un segundo y no tendrás que verme por meses.

—Hasta el nacimiento, ¿no?

—Nuestra misión es velar por el cuidado de los m-preg. Por supuesto que estaremos en un momento tan importante.

Sungguk soltó la manilla.

—Solo dilo rápido.

—Como sabes, tenemos un plan completo de ayuda para incentivar el embarazo m-preg, el cual consiste en darles una mano con el dinero y...

—Ya recibo dinero de ustedes —la cortó—. No quiero más.

—Eso es por el cuidado de Moon Daehyun, este plan es para... ¿Osito?

Escuchar el sobrenombre con el que Dae llamaba a su hijo le puso los pelos de punta. Apoyando una mano al costado del rostro sorprendido de Jiwoo, se le acercó hasta que sus alientos se combinaron.

—¿Quién te dio esa información?

—Estamos... protegiendo a Moon Daehyun —tartamudeó—. Debemos asegurarnos de que esté bien y...

—Está perfecto.

—Eso no es algo que podríamos asegurar a menos que hagamos seguimiento. Protegemos a los m-preg de malas intenciones, eso incluye las suyas, oficial.

—Las únicas malas intenciones que veo aquí son las del gobierno. Quieren a los m-preg únicamente por su capacidad reproductiva.

Jiwoo tragó saliva.

—Yo solo cumplo con la ley.

—Intente cumplirla lejos de nosotros.

Sungguk la apartó unos centímetros y abrió la puerta de la camioneta. Se subió y encendió con rapidez el motor. Esperó a que se moviese del costado para apretar el acelerador. Horas después, Sungguk tenía un nuevo depósito en su cuenta bancaria titulado «Osito».

Aquella situación le seguía molestando al mediodía, cuando fue a dejar a un emocionado Daehyun a la escuela de artes. Al bajarse del automóvil y ver a los estudiantes que se dirigían al edificio grande y antiguo, con el estilo arquitectónico tradicional de un hanok, su novio se ajustó la boina con actitud nerviosa y le preguntó a Sungguk una y otra vez si se veía como un estudiante de arte.

—Te ves precioso.

Dae casi puso los ojos en blanco.

—No eres objetivo porque me quieres.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora