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Dae entrecruzó los brazos tras el cuello de Sungguk a la vez que daba un brinco y se sujetaba a la cadera con las piernas. Aprovechó el gesto para besarle entre el cuello y el hombro mientras Sungguk subía la escalera. Sungguk se quejó al tropezar con un escalón. El corazón de Daehyun latía como loco cuando finalmente llegaron al cuarto y Sungguk lo dejó tendido sobre la cama. Detenido a un costado con las rodillas rozando el colchón, Sungguk respiraba con agitación. Tenía las pupilas tan dilatadas que Daehyun solo notaba el negro que habitaba ahí.

—Sungguk —dijo bajito y con tono suave—, ven. Por favor.

Dae lo vio apretar los puños. La mirada de Sungguk le recorrió el cuerpo.

—No podemos, Dae. Necesito que estés fuera de tu ciclo para que sigamos.

—Pero Dae quiere.

—Es por el ciclo.

Daehyun negó, su cabello estaba tan largo que se enredaba contra la manta.

—No, yo siempre quiero. Me gustan tus besos y caricias.

Sungguk gimió y apoyó las rodillas sobre el colchón. Se posicionó a un costado suyo.

—Dae, yo también quiero todo lo que piensas. En serio, no sabes cuánto lo deseo.

—Dae también quiere.

—Pero no así, no de esta forma.

—¿Así no? —frunció el ceño—. ¿Cómo así no?

Por alguna razón Sungguk rio genuinamente.

—Me refiero a que quiero estar contigo, pero no cuando estés en un ciclo.

—Yo no tengo eso. La luna tiene ciclos.

Sungguk le dio un beso que resonó en su oído bueno.

—Ciclos de calor —especificó—. Por eso has estado sintiéndote así, es porque comenzó tu primer ciclo.

—Yo me siento bien, solo quiero que me beses.

Pero el chico no pudo seguir pensando en aquello porque Sungguk había capturado su boca. Sentía que era arrastrado a un remolino de sentimientos y sensaciones. Daehyun se escuchó gimiendo. Tiró de Sungguk, quería sentir su cuerpo sobre el suyo.

Sungguk opuso resistencia quedándose de su lado de la cama.

—Sungguk —pidió al cortar el beso. Su mente comenzaba a nublarse.

—Te voy a ayudar —prometió Sungguk. Lo besó con tanto cariño que su corazón dio un brinco—. Pero de otra manera.

Entonces, Sungguk le tomó la mano y la llevó a la entrepierna de Dae. Pudo sentir su erección latiendo contra su palma mientras Sungguk le sujetaba por la muñeca.

—Tócate —pidió Sungguk, el aliento caliente le hacía cosquillas contra la piel.

—Sungguk...

Los labios de Sungguk bajaron por su rostro y se posicionaron en su garganta, besando y mordiendo la piel sudada del chico.

—Tócate, Dae.

—No. Que Sungguk me toque.

Dae jadeó feliz al sentir los dedos de Sungguk rasparle el estómago y tirar de su ropa interior hacia abajo. Su pene quedó libre a la vez que Sungguk volvía a sujetarle la mano. Cuando las yemas rozaron su piel sensible, Dae anheló más. La boca de Sungguk otra vez capturó sus quejidos a la vez que lo instaba a masturbarse.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora