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Si Moon Sunhee Lara había solicitado que el ático terminase a la mitad del ventanal de su cuarto, era por algo.

Sentada en el escritorio ubicado frente a la ventana de su habitación, observaba a Daehyun tomar sol en el patio gracias al tragaluz, que era lo suficientemente grande para que ingresasen unos rayos de sol, aunque lo suficientemente pequeño para que los vecinos no viesen a la criatura que descansaba sobre una manta.

Daehyun, con esa expresión de ojos grandes y curiosos, acariciaba a un gatito romeo que dormía entre sus piernas abiertas. Moon Sunhee nunca había sido amante de los animales, pero su pequeño se lo había rogado tanto que, cuando se lo trajeron la noche anterior, no fue capaz de regresarlo.

Pero había tomado una buena decisión, Daehyun se veía feliz observando al minino perseguir un hilo suelto de su camiseta. Estaba bien, muy bien. Su pequeño era obediente, tanto que muchas veces se cuestionaba lo aprensiva que era con él.  Solo que ella lo quería demasiado, tanto que le dolía el corazón la sola idea de que algún día pudiese ocurrirle algo.

Pero ella lo estaba haciendo bien, no iba a ocurrirle nada. Su pequeño no podía salir de esa casa, estaba protegido, seguro, iba a crecer bonito y sin preocupaciones.

Decidida, se levantó para ir a ordenar su cuarto.

Lo perdió de vista solo media hora, por eso ella no entendió cuando bajó al primer piso y encontró a Daehyun apretando al gatito contra su pecho.

Gatito que colgaba sin fuerzas.

Daehyun parecía no notarlo, todavía paseando con aquel cuerpecito que oscilaba sin vida.

El impacto le nubló el juicio.

Y es que ella no entendía.

—¿Qué hiciste, Daehyun? —exigió saber agarrándolo por el brazo.

El cuerpo del gatito cayó al suelo.

—¿Qué hiciste? —le volvió a preguntar sacudiéndolo—. ¡Lo mataste!

Daehyun no reaccionó. La observaba con sus enormes ojos casi sin expresión. La mujer volvió a sacudirlo una tercera, cuarta y quinta vez, buscando una respuesta.

Y entonces MoonSunhee lo entendió. Tal vez no estaba criando a un niño obediente. Tal vezestaba criando a un pequeño monstruo ante su incapacidad de enseñarle el mundo.

 Tal vezestaba criando a un pequeño monstruo ante su incapacidad de enseñarle el mundo

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Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora