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Sungguk apartó a Tocino cuando la alarma sonó. Si bien Tocino era muy pequeño, no era bonito despertarse con un perro sobre el pecho. Todavía con aire adormilado, se quedó haciéndole cariño a su pelaje largo.

Tocino no destacaba por ser muy amistoso y, ante su negatividad de que alguien lo tocase, había terminado siendo parte de la manada de Sungguk al no lograr ponerlo en adopción. Y a pesar de que ya lo tenía hace dos años, tras encontrarlo medio muerto de hambre cerca de la carretera con dirección a Busan, Tocino seguía siendo desconfiado.

Mientras Sungguk observaba la cara pequeñita de Tocino, se preguntó si a Daehyun le agradaría su mascota. Él quería pensar que sí, después de todo Tocino era muy bonito con ese pelaje largo oscuro y café. Solo era un poco mandón y consentido, aunque en eso se asemejaba bastante a Daehyun. Sí, se llevarían bien.

—¿Te gustaría conocer a alguien muy agradable? —Sungguk le preguntó a su perro mientras lo tomaba en brazos—. Podrías incluso irte con él si se agradan —Tocino le ladró como si le entendiese. Una ironía que se comunicase mejor con un animal que con un humano—. Solo decía, no te enojes tanto. De igual manera, si te fueras con él te cambiaría el nombre. Sé que a ti tampoco te gusta ser conocido como Tocino, es un poco indigno para tu porte real, ¿no? Pero Eunjin te nombró así y en la vida no se tiene todo lo que uno quiere.

Luego de la conversación Sungguk se fue a bañar.

A las seis, mientras atendían un accidente de tráfico en la carretera que unía a Daegu con Busan, recordó enviarle a Daehyun su mensaje de buenos días.

No fue hasta pasada las nueve de la mañana que se logró despejar la carretera.

—Estoy destruido y me duele la cabeza —Minki se quejó sentado a su lado tras subirse al coche patrulla—. ¿Podemos ir a tomar desayuno? Moriré en los próximos minutos sino como nada.

Sungguk también comenzaba a sentirse mareado, por lo que condujo hasta la primera cafetería que le aparecía disponible en el mapa. Al llegar tomaron asiento en la mesa con cara de muertos. Sungguk pidió leche caliente y se tomó la mitad del vaso dando un enorme trago. Bien, ya se sentía más recompuesto.

Sacó su celular, tenía dos notificaciones. Abrió primero la conversación con Daehyun a la vez que le daba otro sorbo a su leche. Escupió un poco sobre la mesa cuando observó aquella selca enviada por el chico.

—¿Qué te pasa, idiota? —protestó Minki—. Me escupiste.

Sungguk se limpió la boca mientras observaba la foto. Parecía sacada por otra persona porque, si bien tenía un enfoque cercano, Daehyun salía haciendo dos deformes corazones con su pulgar y dedo índice.

Daehyun: Buen día, Sungguk. Seojun me enseñó a hacer corazones.

—¿Estás bien? —quiso saber Minki—. Te pusiste rojo.

Llegaron unas tostadas de Nutella con banana para Sungguk y cereal sin azúcar para Minki. Como Sungguk no respondía, Minki se estiró sobre la mesa y le arrebató el teléfono. Sus cejas se alzaron tanto que se escondieron bajo el flequillo rubio tinturado.

—Vaya, veo mucha clavícula en una foto de buenos días —se burló. Sungguk también había notado ese detalle.

Minki se comió una cucharada de leche con cereales y habló con la boca llena mientras apuntaba a su amigo.

—Es tierno, en cierto punto —dijo—. Pero él tiene un gran enamoramiento por ti y puede resultar complicado de no ser correspondido. No sé si alguien como él sea capaz de lidiar con un rechazo.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora