A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Remus-
Despertar en la enfermería con un dulce aroma a fresas es un poco mejor que con el aroma de las pociones recién preparadas.
Mi periodo menos favorito del mes termino, estamos a pocas semanas de que inicien las vacaciones y no quisiera irme a casa, pero vamos a ir a visitar a la familia de mi mamá unos días y ya va mucho que no los visito, así que no tengo otra opción mas que ir.
A los lejos escucho como alguien está hablando y me es fácil identificar las voces una ves que despierto del todo: madame Pomfrey y Alnitak. Para la sanadora, la profesora Mcgonagall y el director no es raro que mis amigos ya sepan de mi condición, por lo que Pomfrey deja que Alnitak venga en las mañanas para estar conmigo, antes lo hacían también los chicos, pero desde que decidieron llevar a cabo su brillante idea, terminan muertos, pues se la pasan toda la noche afuera conmigo.
Las voces se acercan y frente a mi aparecen las dos brujas.
—Buenos días, dormilón —dice Alnitak con una sonrisa radiante.
—Hola —saludo mientras la sanadora se acerca a darme una de las pociones que debo tomar para calmar un poco los dolores. Cuando la sanadora se va, mi amiga se acerca para sentarse en la orilla de la cama— ¿Los chicos?
—Muertos... no literalmente, pero me entiendes —mira hacia donde se había ido la sanadora y, después de asegurarse de que no estaba viendo hacía nosotros, metió la mano en el bolsillo de su túnica y saca varias cajas de ramas de chocolate—. Vamos a alegrarnos la vida.
Aunque me siento un poco mareado, me siento, con la espalda apoyada en la pared y me pongo a comer chocolate con la pelirroja, que se sienta en los pies de la cama, con las piernas dobladas y me cuenta que en la mañana, Roger quiso hablar con ella, pero en lugar de quedarse hablar prefirió venir aquí.
—Quizás queria disculparse contigo —le digo dejando el cromo sobre los otros cuatro que están en el centro de la cama.
—Ya lo perdone dos veces —frunce el ceño—, conmigo no aplica lo de a "la tercera es la vencida", de hecho, debería de sentirse afortunado porque conmigo...
—Solo es una oportunidad y no hay más —termine por ella, pues es algo que desde que nos conocimos ha dicho—. Te lo dije, solo tu tomas tus decisiones, pero si quieres hacer algo al respecto, sabes que cuentas conmigo.
No tengo que decirle a que me refiero y ella no pregunta, porque sabe a que me refiero. Seguimos hablando de otras cosas hasta que Pomfrey la corre y a mi me da otra poción que me manda a dormir por casi toda la tarde. Cuando despierto ya es de noche y me siento mejor, por lo que me da salida, miro el reloj que me regalo mi padre y ya es hora de la cena, por lo que en ves de ir a la sala común, me voy al comedor.
