A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Alnitak-
El cielo se ha mantenido gris desde que hace unos días, el clima frío y la lluvia a persistido más y quiero pensar que es por el mes en el que estamos, cada vez más cerca de los días donde la nieve nos acompañe.
Camino por la calle desolada, la gente ya encontró refugio por la lluvia que comenzó a caer sin avisar, yo solo me coloque la capucha de mi chamarra y metí las manos a los bolsillos, dejando que mi mente divague en todo y nada.
No ha pasado mucho de la muerte de Alphard, sigue doliendo su ausencia, y hace dos días, durante una misión donde me mandaron a ayudar, presencie la muerte de uno de mis compañeros de la Orden y no sé si estoy así por su muerte o saber que pude haber sido yo, porque estaba a mi lado, a unos centímetros, solo unos malditos centímetros y no pude hacer nada para evitarlo.
Respiro profundo cuando la imagen de su mirada vacía aparece en mi mente de nuevo, no me ha dejado dormir en esos dos días, las manos aun me tiemblan por el miedo que sentí al darme cuenta que si no hubieran sido por esos centímetros... hubiera sido yo la que estaría enterrada, a la que le estarían llorando ahora.
Me detengo y alzo la cara, cerrando los ojos y dejando que la lluvia me moje la cara.
¿Soy mala persona al pensar que fue mejor que ese hechizo lo tocara a él y no a mí?
Claro que si, soy una mierda de persona al siquiera considerarlo... pero también doy gracias, por no quiero morir, aun no quiero morir.
♡ ♡ ♡ ♡
Bartemius Crouch esta proponiendo una locura... pero creo que tiene razón: autorizar el uso de las maldiciones imperdonables.
Esta reunión fue para eso, el mismo señor Crouch estuvo reunido aquí, parado a un lado de Dumbledore. En cuanto las palabras salieron de su boca, todo se descontrolo, todos se alteraron y comenzaron a dividirse entre los que estaban a favor y los que no.
—¡¿No entiendo como es que pueden siquiera considerarlo?! —grito un hombre al otro lado, siempre se mantiene callado en las reuniones, apartado, escuchando, pero ahora se acerca a la mesa, viendo al hombre.
—¡No se dan cuenta que nos estaríamos convirtiendo en lo que estamos jurando destruir!
—¡No lo estaríamos haciendo! ¡Solo sería combatir fuego con fuego!
—¡Si, claro, como si eso nos diera un buen resultado!
—¿Y qué propones hacer? —exclama Sirius a mi lado y su voz me hace reaccionar y verlo— ¡Ya lo hemos intentado por las buenas y no hemos conseguido nada más que perder a compañeros o familia!
