A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Alnitak-
—¿Estás hablando en serio? —pregunto viendo a James con el ceño fruncido y algo me dice que los chicos están con la misma expresión.
—Sí, hablo en serio —afirma James viéndonos a los cuatro.
Hace una semana que regresamos de vacaciones, hace dos semanas que James fue a conocer a sus suegros, y ahora llega con esto.
—James, si recuerdas que somos animagos ilegales ¿Verdad? —le recuerda Peter, que está sentado a los pies de la cama donde Remus, Sirius y yo estamos sentados, Sirius detrás de mí peinando mi cabello.
—Si, lo recuerdo, pero también sabemos que Remus... bueno, por su condición...
—No debería de estar aquí y también soy prácticamente ilegal, lo se —completa Remus de una forma muy relajada—. Pero Peter tiene razón, James. Si alguien más se entera, el problema en el que se van a meter...
—Pero nadie debe de enterarse más que Lily, y bueno, tal vez las chicas en general —James se acerca y se sienta en el espacio que queda en la cama—. Ellas ya saben de ti, Remus y no les han dicho a nadie, al contrario, te defienden más de lo que ya lo hacían. Además, si quieren no decirlo ustedes dos, está bien.
—Ellas van a llegar a la conclusión de que nosotros también lo hicimos —añade Sirius comenzando a trenzarme el cabello.
—Yo... no le veo problema —digo tratando de quitarme la duda. Todos me miran y yo solo me encojo de hombros—. James tiene razón, si pudieron ocultar la condición de Remus ¿No creen que pueden ocultar esto también? Además, ellas deben de saber que si los delatan irán a prisión donde conseguirán la verdad del porque lo hicieron y eso implica saber que Remus es un hombre lobo, arruinaría su vida, y aparte, también meterían en problemas a Dumbledore y... —me detengo para tomar una bocanada de aire al soltar eso de una sola— Ellas no dirán nada.
—¡Por eso te amo, primita! —James se lanza, literal, hacía mí para abrazarme, provocando que Sirius casi se caiga de la cama. James me besa la mejilla ignorando las protestas de mi otro primo y el azabache se queda ahí, acostado a mi lado—. Ya que lo aceptaste, necesito de tu ayuda.
Abro la boca para contestarle, pero James es arrastrado fuera de la cama por Sirius, que intentó regresar a su lugar, pero James lo detiene... y bueno, comienzan una pelea en el suelo como cuando eran niños. Creo que es algo que nunca va a cambiar así tengan ochenta años.
—¿Crees que sea buena idea? —me pregunta Remus. Pasa su brazo por mi cintura y me arrastra hasta que quedo contra su pecho. Ambos miramos a mis primos que sigue dando vueltas por el suelo, Peter se fue a su cama a acostarse.
