A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Alnitak-
La última semana de vacaciones y regresamos al colegio. Mis padres ya están en casa y por lo que me dijeron, lo estarán por un tiempo, no irán a trabajar, ellos y sus compañeros, para recuperarse por completo.
Sirius decido quedarse con los Potter en lo que Alphard le ayudaba a conseguir un lugar donde se quedara. Mis padres y abuelos le dijeron que en la casa era bien recibido cuando quisiera.
Hoy me quedé de ver con mis amigas para pasar el día de chicas. Junto a Valery salimos del metro y caminamos por las calles del sur de Londres, que es donde quedamos de vernos.
—En serio, ¿Cuándo me vas a presentar a tus primos y amigos? —Pregunta mi amiga tomándome del brazo y con una sonrisa en los labios.
—¿Para que quieres conocerlos si ya tienes novio?
—No los quiero conocer para tenerlos como novio —la veo rodar los ojos y mirar a ambos lados de la calle antes de cruzarla—, solo que tengo curiosidad, es todo.
—Algún día, Val, algún día.
Llegamos a la cafetería y entramos, yo estiró el cuello, buscando a mis amigas y lo primero que veo es la mano estirada de Marlene moviéndose con energía en el aire. Nos acercamos y Lily es la primera que saluda a Valery con gusto, después la presento con mis otras dos amigas y me da risa el escaneo que le da Valery a Marlene antes de decir:
—Me gusta tu gusto por la moda.
Marlene sonríe de lado y mira a Dorcas.
—Ves, ella si sabe apreciar los buenos gustos —-rodea la mesa y toma a Valery por el brazo—. Ahora serás mi nueva amiga.
—Oye, ¿Desde cuando me robas a mis amigas? —pregunto cruzándome de brazos y frunciendo el ceño.
—Desde que si saben apreciar lo que es bueno —dice la rubia sin dejar de sonreír.
—Pues ni te emociones —me siento en medio de Lily y Dorcas—, porque esta señorita, es pésima vistiéndose.
Entonces, ambas, Valery y Marlene, contestaron a la vez:
—Eso no es cierto —dice Valery.
—Pues hay cosas que no se necesita ropa —dice Marlene.
Y a pesar de que sus palabras se combinaron, pudimos escuchar con claridad lo que la rubia de nuestra amiga dijo.
—¡Ay, Marlene! —exclama Lily cerrando los ojos y negando con la cabeza.
