071: UNA ADVERTENCIA EN TODO SU ESPLENDOR

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-Remus-

Miedo. 

Un sentimiento que todos hemos experimentado alguna vez en la vida sin importar tu edad o que tan valiente creas ser, siempre sentirás miedo por algo. 

La primera vez que experimente un miedo enorme fue a mis cuatro años, cuando Fenrir Greyback entró a mi habitación a mitad de la noche y me mordió. Ese miedo de esa noche pareció que nunca más me abandono y solo crecía más cada noche de luna llena. Cuando hice mis amigos aumentó también, porque el miedo de lastimarlos me hacía querer alejarlos. 

Y es por eso que entendí a Alnitak cuando me confesó que planeaba modificar la memoria de Valery y su familia, para que la olvidaran y así intentar mantenerlos a salvo. Yo la iba apoyar, aunque no sirviera de mucho.

Y a decir verdad, la muerte del padre de Valery no hizo darnos cuenta de la verdad, que esta guerra no es del tipo donde uno va al frente y el enemigo lo espera. No. Esta es una guerra silenciosa, cobarde... una que se cuela en las casas, en las protecciones cuando crees que estás a salvo y ataca sin anunciarse.

Pero también me he dado cuenta que el miedo es un impulso para muchos otro y con esto que estamos viviendo, el miedo a no querer perder a nadie es lo que nos impulsa a no rendirnos, a pelear con todo lo que tengamos.

Diciembre llegó, pero no llegó como otros años, con esas ansias de las vacaciones para poder descansar de tareas y clases, ni para pasar las tardes cerca de la chimenea con una taza de chocolate caliente. 

Eso ya no era para nosotros, al menos no como antes, porque los ataques no se detienen, al contrario, aumentan cada vez más. Si antes parecían accidentes, ahora no, porque recientemente, en cada ataque, aparece algo que grita que fueron los mortifagos: la marca tenebrosa. Gigante, brillante. Una advertencia en todo su esplendor.

Esta noche, cuando llegamos al lugar donde Alastor nos mandó, ya esa marca esta flotando sobre las casas, y ya ese resplandor verde solo puede recordarme a la muerte, porque es justo lo que encontramos. Ya no hay ningún mortifago, solo personas muertas. Cruzo la puerta de una casa y lo que encuentro me revuelve el estomago.

—Malditos hijos de puta —escucho murmurar a Sirius a mi lado mientras que Marlene se adelanta unos pasos, la varita en la mano e iluminando.

Toda una familia asesinada. El más joven que reconozco entre los cadáveres no debe de tener más de dieciocho años. Pero lo que me deja paralizado por un momento, es el hombre que está tirado cerca de las escaleras, la varita aun cuelga de su mano, pero su pecho y rostro están destrozados por unos zarpazos grotescos. 

—¿Creen que haya sido...? —intenta preguntar Marlene y siento que me mira, pero no termina la pregunta, porque alzo mi varita, murmuro un Lumus e ilumino las escaleras, revelando que el tapiz de la pared tiene igual la marca de garras—. Debemos avisarles. 

𝘼𝙡𝙣𝙞𝙩𝙖𝙠 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠// É𝙥𝙤𝙘𝙖 𝙈𝙚𝙧𝙤𝙙𝙚𝙖𝙙𝙤𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora