A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Alnitak-
Odio que se haya dicho que tengo que tengo mis informantes, y odio mucho más que el idiota de Snow haya revelado la condición de Remus, porque ahora somos el centro de atención de todos en la Orden, a pesar de que Dumbledore había dejado bien en claro que no tenía que desconfiar de nosotros.
Y lo peor, es la discusión que tuve con Sirius sobre que no quise revelar quienes eran los que me estaban dando información. No me gusta discutir con ellos, con nadie a quien quiero, pero Sirius no puede entender que si no digo nada, es por seguridad. Ni mis papá y abuelos lo saben.
Fue justo después de que aquella desastrosa junta terminara, todos se habían ido a sus casa, Remus se había ido con sus padres a descansar y Sirius me había llevado a casa, estando ahí empezó a preguntarme y como me negaba a dar respuesta... Bueno, no sé lo tomó muy bien.
—¡Es que no entiendo porque no me quieres decir! —dijo Sirius con el tono de voz más elevado de lo normal. Yo caminé por la sala de mi casa, mis padres y abuelos estaban en la cocina y parecía que no se querían mover e interrumpirnos— ¡Solo di el maldito nombre!
—¡No puedo Sirius, entiéndelo! —grito girándome a él.
—¡¿Por qué?! ¿Qué a caso no confías en mí?
—¡No es que no confíe en ti, es que no quiero ponerte en peligro y no a ellos!
—Ah, por favor Alnitak, como si no estuviéramos en constante peligro.
—Pero esto es distinto...
—¡No, no lo es!
—¡Si lo es! —di un paso más cerca de él— Porque sea quien sea el traidor en la Orden, si se llega a enterar, no dudara en avisarle a Voldemort y no puedo hacerle esto a ellos, no se lo puedo hacer a él.
—¿Él? ¿Dime que ese no es Regulus? —me quede callada y me gire sobre mis talones, respirando profundo— ¡Claro que tenía que ser él! ¡¿Quién es el segundo?! ¡Ya habla Alnitak!
—¡Por que quieres saberlo todo!
Y exploté, sin más, me giré de nuevo para verlo, para encararlo, aun sentía la ira por todo lo que se dijo en la reunión y solo era cuestión de nada para que explotara.
—¡Por que me preocupas, maldita sea! ¡Está mal que me preocupe por ti!
—¡No, no lo está, pero entiende, que no lo puedes saber todo, todo el tiempo!
—¡Y una mierda con eso! —se dio la vuelta y tomó su chamarra, acercándose a la puerta— Si quieres hacerte la importante guardando secretos de gente que no vela la pena, haya tu.