043: MI INCOMODA SITUACIÓN

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-Remus-

Llegamos al castillo y vi como Marlene y Dorcas se adelantaban, sabía que querían hablar entre ellas, así que no las seguimos, Peter y yo decidimos ir directo al comedor, no sabía si quería ir al dormitorio todavía.

—¿Cómo crees que se hayan dado cuenta? —preguntó Peter mientras entrábamos al comedor.

—Pues yo creo que de la misma manera en la que Snape lo sabe —suelto un suspiro y nos sentamos en la mesa, por las ventanas se ve que a comenzado a llover—, pero confío en ellas, no dirán nada.

—Y aunque digan, les puede pasar igual que a Snape, no les creerán.

No estaba del todo seguro de eso, los amigos de Snape parecía que le creían, en especial Crouch, como la luna llena antes de vacaciones de Pascua, que utilizó de escusa que la luna lleva estaba cercas para hacerme perder la paciencia. Pero sea lo que sea, se que las chicas no dirían nada.

—¿A quienes no les van a creer? —la voz de Alnitak me hace voltear para verla llegar junto a Sirius. Puedo ver qué ambos traen el cabello húmedo y se que no fue por la lluvia, pero no digo nada. Ella se sienta a mi lado y canuto a frente a mí.

—A tus amigas —se adelanta Peter a contestar y eso hace fruncir el ceño a la pelirroja.

—¿Y por qué a mis amigas?

Colagusano me mira y término contándoles lo que me dijo Dorcas.

—Así que han sabido lo de tu pequeño problema peludo y no te lo habían dicho hasta apenas —dice Sirius sirviéndose puré de papa.

—Ni siquiera a mi me dijeron que lo sabían —añade Alni como si estuviera ofendida por ese detalle—, se supone que somos amigas y...

Se queda callada cuando se escuchan unas risas y los cuatro, y creo que todos en el gran comedor, miramos hacia la entrada para ver a James y Lily entrar riendo como si fueran los mejores amigos. Cosa que se nos hace super raro, ya que antes Lily no paraba de gritarle a James que se alejara y la dejara en paz. 

—¿De cuantas cosas nos perdimos? —pregunta mi novia sin dejar de ver a su primo y amiga. 

—No de muchas cosas —es todo lo que digo y ella me mira. La veo morderse el labio inferior y como sus mejillas se sonrojan un poco, pero antes de que diga algo, el ruido de una lechuza le interrumpe, casi todos nos giramos para ver al ave, cosa que es raro, porque a estas horas no suelen traer la correspondencia, pero ahí está, volando a nuestra dirección. 

𝘼𝙡𝙣𝙞𝙩𝙖𝙠 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠// É𝙥𝙤𝙘𝙖 𝙈𝙚𝙧𝙤𝙙𝙚𝙖𝙙𝙤𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora