A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Remus-
Ni el ruido en el gran comedor, ni la platica que están teniendo mis amigos, ni nada han podido distraerme.
No solo el oído se me hizo más sensible con la licantropía, el olfato también y tener a Alnitak frente a mí, no es suficiente distancia como para no notar ese aroma a... ¿Feromonas? ¿Excitación? No se que esté haciendo Sirius para que nuestra novia este sonrojada y huela así, pero solo quiero pararme, tomarla de la mano y encerrarnos en cualquier lugar y...
Siento un pequeño dolor en la cabeza junto a esa extraña sensación que se siente cuando utilizan legeremancia... Alzo la vista para ver a los primos Black, que no están viéndome, pero sí mantienen una sonrisa divertida.
—Estas apretando muy fuerte el tenedor —escuchó la voz de Sirius en mi mente.
—Y controla esos pensamientos, cariño —ahora es Alni la que habla en mi mente y es aquí donde quisiera que no fueran tan bueno en Defensa y menos en el tema de la legeremancia.
Lo hemos estado practicando estás ultimas semanas y ambos Black han conseguido el mayor numero de puntos a nuestra casa por ser lo únicos en conseguir entrar a la mente de los demás sin ser notados del todo y sin que tengan algún efecto por eso.
Aun los siento en mi mente, así que le respondo a mi pelirroja mientras dejo el tenedor sobre la mesa.
—Imposible controlarlos.
Alni suelta una risa y Sirius niega con la cabeza con diversión. Respiro profundo para controlarme y terminar de comer, solo que antes de que cualquier estudiante deje el comedor, el director se pone de pie y llama la atención de todos.
—Gracias por su atención, esto será rápido —todos guardan silencio y enfocamos nuestra atención en el hombre—. Solo quiero que sea de su conocimiento que, gracias a la propuesta de unas de sus compañeras, he decidido abrir un pequeño espacio para una actividad extracurricular. Un club de duelos, donde todos los estudiando, a partir de su tercer año, podrán participar.
De reojo miro a Alni sonreír, al igual que a Lily y Marlene. Obvio que nos habían dicho de está idea que le habían comentado al director antes de que terminara el año pasado, y aquí esta su respuesta.
—Esta actividad no es para que estén participando en duelos en medio de los pasillos o en los jardines —continua el director y no se porque, pero siento que su mirada se enfoca en nuestro pequeño grupo—, he decidido abrirlo para que cada estudiante adquiera un conocimiento extra y se forme con habilidades extraordinarias para poder enfrentar cualquier situación.
—Como la guerra que está comenzando haya afuera.
Escucho murmurar a alguien más adelante de nuestra mesa y creo que mucho compartimos ese pensamiento.
